Savonarola, el poder y los 72
En una instancia en que la reciente conmoción electoral dificulta que muchos de los actores políticos puedan disimular vicios y contradicciones, es oportuno comenzar desde ahora a analizar el devenir de los hechos en base a nombres propios y no de abstracciones semánticas. Para visualizar un escenario posible, nuevamente puede recordarse como metáfora la situación política de la Italia de fines del siglo XIV y comienzo del XV, con centro en Florencia.
Italia se dividía en ciudades-estado rivales en la puja por recursos (asimilables a nuestras provincias), que eran gobernadas por príncipes hereditarios o prácticas de nepotismo (que repiten caudillos y funcionarios en nuestro sistema), y en los enfrentamientos militares (en nuestro caso electorales), se reforzaban con fuerzas mercenarias poco confiables (símil de nuestros políticos oportunistas). En Florencia gobernó por décadas la tradicional familia de banqueros Médicis (el círculo rojo de entonces), bajo un despotismo ilustrado que hacía innecesario recurrir a las reelecciones indefinidas y listas sábanas, y como mecenas produjeron un reverdecer artístico inédito (en nuestro caso el mayor éxito fue el lenguaje inclusivo). En 1493 irrumpió el carismático y fanático monje Savonarola predicando contra el lujo, depravación y vanidades de las élites gobernantes, con una enorme repercusión en el pueblo (imagen asimilable a Milei por su histrionismo, crítica al poder establecido y consenso en la población). Pero las recurrentes crisis económicas debilitaron su discurso, lo que fue aprovechado por la Iglesia para excomulgarlo y condenarlo a la hoguera en 1498. En esta metáfora se prestó atención a que la prédica del monje duró cinco años, contra cuatro del período presidencial de Milei, lo que supone que pese al accionar de muchos inquisidores (léase golpistas), el presidente no será quemado durante su gestión. En el mismo año en que Savonarola moría en la hoguera, Maquiavelo asumía sus primeros cargos diplomáticos. Su nombre es importante, pues el concepto de política se suele agrupar en dos categorías: la que la define como arte de negociación para obtener el bien común (nace con Aristóteles), y la que la define como lucha de poder alejada de consideraciones éticas (Maquiavelo). En nuestros análisis primará Maquiavelo vista nuestra situación socio-económica, corrupción y deformaciones institucionales, reservando las invocaciones éticas para los endulzantes discursos políticos. Otra similitud podría producirse a futuro: la crítica a la Iglesia católica que era un Estado más con sede en Roma conducida por príncipes-Papas, pareció concluir con la condena a Savonarola. Sin embargo, su prédica influyó en la cercana reforma religiosa de Lutero, y la Contrarreforma católica. ¿Logrará nuestro Savonarola criollo reducir al menos las inequidades, corrupción y privilegios?
Establecido el escenario, cabe concentrarse en el accionar de los 72 senadores que tratan la Ley Bases, quienes exponen el juego entre intereses corporativos privados, políticos partidarios e individuales. Estos últimos se manifestaron cuando unánimemente sin debate ni grietas, a mano alzada y en dos minutos, priorizaron la aprobación de un incremento desmesurado de sus dietas, mientras que la Ley Bases, clave para estructurar un despegue nacional si concretan cambios virtuosos, está sometida a un tratamiento interminable, sin saberse si será aprobada y en qué condiciones. En el seguimiento del desenlace del debate, cabe una prevención: la historia señala que suelen ser más peligrosos quienes fluctúan en sus decisiones, que los que aún equivocados las explicitan claramente, tal cual hicieran los supuestos 33 senadores kirchneristas que manifestaron públicamente su rechazo a la Ley Bases en su totalidad. Actitud que es congruente con los apoyos corporativos explícitos que recibiera el candidato Massa en su campaña, para mantener privilegios y que nada cambie.
Por el contrario, muchos senadores que ingresaron a través de Juntos por el Cambio o expresiones provinciales que promovían “el cambio”, que en campaña se reflejó en la frase pronunciada por Rodríguez Larreta como precandidato presidencial de Juntos por el Cambio, cuando dijo textualmente que “Necesitamos en 100 horas, tomar 1.000 medidas”, publicada en el reportaje que Clarín le hiciera el 26 de febrero del 2023, hoy confunden a la sociedad con actitudes dilatorias que ocultan sus reales objetivos. Seguir estos derroteros confrontando adecuadamente lo que los políticos dicen, hacen y ocultan, permitirá participar con éxito en el futuro juego de mesa “Listas legislativas sábanas 2025”, en el que cada ciudadano deberá presuponer la integración de listas de las dos principales coaliciones, tratando de lograr la mayor cantidad de aciertos en comparación con las que se oficialicen. Será un juego basado en antecedentes, dichos y hechos, no en el azar.
Buenos Aires, 29 de mayo 2024