Una reina y tres reyes – bolilla 3
Mencionadas las pautas generales del cursillo de analista político básico, vale una referencia al ajedrez como forma de establecer diferencias y semejanzas con el campo político, previo a mover las fichas en el tablero. El ajedrez tiene dos contendientes definidos en piezas blancas y negras (claridad en las opciones), que se mueven con reglas rígidas (no existen confusas interpretaciones), y el éxito se basa en tener una estrategia lógica para anticipar movimientos propios y del adversario, aspectos que no se condicen con la actividad política vernácula, caracterizada por la competencia entre múltiples actores fluctuantes con reglas en permanentes cambios. Las semejanzas con los actores políticos se pueden encontrar metafóricamente en los roles de las piezas del ajedrez: los peones, que se extienden a lo largo de una fila para proteger a las piezas más importantes, y son fácilmente sacrificables; los alfiles actúan como los gestores y asesores, siempre en diagonal; los caballos se detectan en los discursos vociferantes; las torres representan a sectores privilegiados compactos, y el rey y la reina son las piezas claves que definen el resultado final del juego. Para el cursillo, se empleará la licencia de que en el tablero político pos crisis 2001, existieron una reina y tres reyes. Fallecido Néstor Kirchner, cabe centrarse en las tres figuras hoy más preponderantes: la reina Cristina Kirchner, a quien se le acredita el peón disfrazado de rey Alberto Fernández, y los reyes Mauricio Macri y Javier Milei.
El presidente Javier Milei, quien accedió al cargo apoyado en una prédica individual revulsiva contra el orden establecido, recuerda al monje fanático, histriónico y exultante Savonarola, cuya arenga que incluía invocaciones a las fuerzas del cielo, conmocionó a las consolidadas estructuras de poder elitistas en la Florencia de fines del siglo XV. Pese a terminar en la hoguera, abrió el sendero para que años más tarde en el campo religioso surgiera la Reforma protestante, y luego la Contrarreforma católica. En nuestro caso, la conmoción se tradujo en debates legislativos que desnudaron cinismos políticos. Entre ellos, a lo largo de un año no se pudo designar a dos jueces de la Corte; los intocables decretos de necesidad y urgencia pasaron a ser nocivos; las leyes electorales se manipulan meses antes de las fechas de votación; para legislar que condenados por corrupción no puedan ejercer cargos públicos no existen consensos, y para frenar decisiones del Poder Ejecutivo cualquier necio puede asumirse como experto constitucionalista. Como señal optimista, el gobierno contó con importantes apoyos opositores que le facilitaron gobernabilidad. Al presentar a Milei solo como un elemento disruptivo ante décadas de decadencia social, se evitan adjetivaciones anexas obsecuentes.
Por gobernar durante dieciséis años desde el 2007 (recordar que a Fernández se lo considera un peón que la reina disfrazó de rey), la reina Cristina y el rey Mauricio configuran los vértices opositores de todo análisis político electoral. En cuanto a sus semejanzas, ambos perdieron su condición de líderes excluyentes, para pasar a ser jefes de sectores internos acotados, por lo que Cristina intenta subsistir concentrada en un reducto del conurbano, y Macri en el porteño. Ninguno dejó herederos sólidos, ya sea el mediocre político Máximo Kirchner, o Rodríguez Larreta, con invalorable capacidad de trabajo, pero insulso para encabezar conducciones claras y confiables.
Si se considera la valoración actual de las alianzas predominantes en el 2023, la Libertad Avanza muestra cierto amateurismo en el armado partidario, potenciado por el riesgo inevitable de que ejercer poder acerca a mediocres y obsecuentes. En Unión por la Patria, el debate se acota a una reconfiguración de liderazgos en provincia de Buenos Aires centrado solo en el armado de las listas electorales, pues se comparten las políticas anacrónicas. Este juego desnudó la debilidad de la ex presidenta, que amenazó a través de allegados con una candidatura provincial, para posteriormente allanarse a la propuesta electoral de Kicillof. El caso de Juntos por el Cambio resulta el más lamentable, porque dirigentes que se presentaron como adalides de transformaciones estructurales de fondo priorizaron posturas individuales, y hoy se encuentran desperdigados buscando botes de salvataje legislativos, sean cuales fueren.
En cuanto al interrogante sobre si la dama Cristina y el rey Mauricio intentarán reingresar al tablero legislativo en las elecciones nacionales, se plantea una hipótesis negativa, sustentada en que ser diputados no les aporta ninguna cuota de poder adicional, y por el contrario, los somete a polémicas superficiales u ofensivas innecesarias. Tampoco provee una solución judicial para Cristina, pues de reafirmarse su condena, discutir la viabilidad de supuestos fueros tendría un costo institucional irreparable.
Buen Aires, miércoles 16 del 2025