Peronismo sin Perón

De los hechos políticos que se produzcan hasta el cierre de listas de candidatos el 24 de junio, deben rescatarse los que marquen hitos analíticos esclarecedores para afrontar el tránsito hasta las elecciones que definan el nuevo gobierno a partir del 10 de diciembre. El acto del oficialismo en Plaza de Mayo, día en que se conmemoraba un nuevo aniversario en el que nuestra colonia se declaró autónoma del gobierno español ante el derrocamiento de su monarca, exhibió curiosidades: no se recordó la efemérides, sino los 20 años de que Néstor Kirchner asumiera la presidencia; no lo encabezó el presidente, sino la vicepresidenta como única oradora, y una vez más, la memoria de Perón fue utilizada como complemento escenográfico de quienes buscan encubrir malas praxis invocando al “peronismo”. Cabe reflexionar sobre este último aspecto.

Como el término “batalla cultural” es demasiado sofisticado para describir técnicas tradicionales de propaganda política destinadas a manipular la opinión pública, vale citar algunos datos concretos que le otorgue cierta encarnadura humana a la memoria de Perón. De la Italia de preguerra, rescató su organización corporativa. Asumió su primera presidencia en 1946, y en ese año fundó el Partido Justicialista, del que fue presidente hasta su muerte; fue derrocado en 1955; durante su exilio surgieron intentos gremiales de un peronismo sin Perón; a su regreso al país, asumió su tercera presidencia en 1973, y sectores juveniles en armas intentaron utilizar “al viejo”, que reafirmó su liderazgo echándolos de Plaza de Mayo durante su último discurso; orgulloso de su condición militar, asumió sus presidencias de uniforme. Su buena formación geopolítica se plasmó en su “tercera posición” entre “yankees y marxistas”, para usar el eslogan de entonces. En cuanto a profundizar los éxitos, fracasos y desencuentros que marcaron el extenso período de su vigencia en vida, existe una amplia bibliografía con múltiples y variados posicionamientos.  

Transportados a la actualidad, a partir de la crisis 2001-2002, la memoria de Perón se diluye con el inicio de la liquidez ideológica, en la que peronistas, radicales y otras vertientes fueron oscilando entre distintos acuerdos electorales de cúpulas. Es así como el gobierno de Menem, siempre considerado peronista, una vez asumida la presidencia por Néstor Kirchner, incluso quienes lo integraron y alabaron descubrieron que era un “menemismo neoliberal” que nada tenía que ver con Perón. Desde entonces comenzó a mimetizarse el significado de peronista y kirchnerista. Los grandes acuerdos que todos invocan y siempre existieron para participar del poder, se plasmaron en la propuesta electoral “Cristina, Cobos y vos”. El fenómeno alcanzó al radicalismo, en el que el célebre apotegma de Alem “que se rompa pero que no se doble”, fue dejado de lado por Leopoldo Moreau y Ricardo Alfonsín, otrora candidatos presidenciales por la UCR, hoy férreos kirchneristas. No sorprende que los hoy tres potenciales candidatos kirchneristas, De Pedro, Kicillof y Massa, no sean peronistas, al menos en sus orígenes. La memoria de Perón y su simbología quedó como recuerdo a ser utilizado “cuando las papas queman”, frase que utilizara la vicepresidenta y repitiera Massa para describir la actualidad. Massa es un caso a seguir, pues representa al arquetipo de una de las alertas de Maquiavelo al príncipe: “Quien cambia de bandos, queda en ninguno”.   

Será importante evitar que una vez más la campaña electoral utilice a Perón, Irigoyen, próceres y símbolos patrios, para encubrir malas praxis, corrupciones y mediocridades de las actuales dirigencias responsables de la grave crisis socio-económica. La realidad indica que ninguna encuesta informa a quienes votaron o votarían los ciudadanos asesinados a mansalva, los trabajadores impedidos de circular, o a los pequeños y medianos empresarios sometidos a chantajes gremiales. Tampoco aclaran si los afectados son peronistas, radicales, socialistas, de derecha o de izquierda. Pero como hasta el cierre de listas será inevitable que predominen las habituales escenografías de campaña, que incluyen los transfuguismos de rigor, es de esperar que en paralelo estén trabajando equipos técnicos solventes para elaborar planes de gobierno integrales a ser presentados a la ciudadanía a partir de la oficialización de candidaturas. Hasta entonces el devenir político en los próximos veinticuatro días pueden observarse a modo de crónica social. Tal los casos de Elisa Carrió, que tras haber anunciado que no ocuparía más cargos políticos se presentará como precandidata a presidenta, y del presidente Fernández, que no dudó en bastardear la memoria del cardiólogo René Favaloro para degradar a opositores.

Buenos Aires, 31 de mayo 2023

Cristina, Mauricio y Milei

Como sucediera en 1912 con el recordado naufragio del Titanic, en el que algunos privilegiados fueron rescatados por el Carpathia, los políticos que hoy se hunden en la nave 2019-2023 luchan desesperadamente por subirse a botes salvavidas, léase negociar listas electorales y cargos, para poder usufructuar la remozada nave 2023-2027.

Como en todo naufragio, existen logísticas de evacuación primero y de rescate luego. En esta última priman datos concretos, como situación climatológica, ubicación geográfica y recursos de sobrevivencia. Políticamente, este rol orientativo analítico para llegar a puerto (léase elecciones), y tratar que el trasatlántico 2023-2027 se diseñe con mayor seguridad para los ciudadanos comunes, usualmente ubicados en tercera clase y sin acceso a cubierta, son Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Javier Milei. La argumentación obviará situaciones judiciales, para no invalidarla desde el inicio. Cristina y Mauricio, encabezaron las llamadas coaliciones o “espacios” que desde el 2003 con Néstor Kirchner, reemplazaron a los otrora consolidados partidos, entre ellos el PJ y la UCR, mimetizados tras las “marcas” Todos, Juntos o similares, confirmando que como bien señalara Natalio Botana, la fusión de liderazgo democrático con partido político que lo sustente estaría agotada. Hoy un mismo bote salvavidas lo pueden compartir peronistas, radicales, derechas e izquierdas carentes de convicciones, por lo que conseguir consensos intersectoriales implica negociar cargos, prebendas y recursos públicos.

Tal hibridez explica la ausencia de líderes con capacidad de imponer políticas en un contexto de disensos, transformados en simples jefes con entornos adherentes beneficiarios llamados “núcleos duros”. En modos de conducción, Mauricio configuró estructuras con toma de decisiones más horizontales, mientras que Cristina, replicando la tradición peronista y el estilo unipersonal ejercido en Santa Cruz, hizo prevalecer la verticalidad absoluta. Por ello en la oposición sobran candidatos que pregonan autonomía, en algunos casos con una excesiva autoestima en cuanto a sus capacidades de conducir, mientras que en el oficialismo nadie se atreve a lanzarse (no confundir con amenazar), sin la bendición de la aún Jefa. Con vistas a futuro, se destacan dos frases de los ex presidentes renunciantes a ser candidatos. Mauricio expresando que “debemos tener claro para que queremos triunfar”, alertando que diseñar estrategias solo para ganar (caso del actual gobierno), augura graves problemas futuros para el país. Y Cristina anunciando que “es hora que alguien tome el bastón de mando. Yo ya di todo”, lo que produjo un estado de desamparo en sus feligreses en general intelectual y operativamente mediocres, como suele suceder con quienes aceptan someterse a conducciones férreas y unívocas. Rasgos que se extendieron a actores de la oposición, lo que se comprobará con el cierre de listas. Esta liquidez política promueve lo que Maquiavelo destacaba como vicios de los soldados mercenarios, al caracterizarlos como “ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos”.

Para desentrañar a Milei vale mantenerse en la república florentina de Maquiavelo, pues en el siglo XV existió un símil llamado Savonarola. Era un predicador dominico carismático y fundamentalista, que explotando el hartazgo de las masas urbanas lanzó públicas denuncias de corrupción contra el poder político y la Iglesia, en gran parte ciertas. Pero como sus discursos se agotaban en diatribas, sus seguidores lo fueron abandonando, y una vez excomulgado por la Iglesia terminó quemado en la hoguera en 1498. (Atención: es una referencia histórica que no pretende dar ideas a quienes están anunciando “sangre en las calles”). En cuanto a su poder político, Milei puede asimilarse a un catalizador, que es una sustancia capaz de acelerar o retardar una reacción química, pues logró acelerar mediocridades de muchos personajes políticos, más preocupados por lo que Milei representa en votos, que neutralizarlo con propuestas de gobierno modernizadoras y socialmente equitativas, pero más racionales y factibles. También afectó a opinólogos, analistas y encuestadores, que quizás en el afán de crear un suspenso en un contexto de declaraciones soporíferas, plantean que con solo Milei y su hermana, se pueda lograr una competencia electoral dividida en tercios.

Resumiendo, el verdadero mérito de Milei hasta el momento, es haber logrado asustar a rancios caudillismos y corporativismos conservadores, y haber permitido comprobar que en pleno siglo XXI abundan Savonarolas en el discurso político argentino.

Buenos Aires, 24 de mayo 2023

Corruptores demócratas

Etimológicamente el término corrupción significa arrebatar. Corrupción política remite a acciones delictivas en perjuicio del patrimonio público, con consecuencias civiles y penales. Pero en su definición más general, también significa “alterar el fin natural de algo”, que aplicado a un sistema democrático implica afectar creencias, prácticas e instituciones, convirtiendo al concepto democracia en un recurso discursivo que disimule las malas praxis, violación de normas, nepotismos feudales y prebendas empresarias. No sorprende entonces que el presidente, impulsado por quienes son juzgados y/o condenados en causas de corrupción estatal-privada, utilice la cadena nacional para en nombre de la democracia atacar a miembros de la Corte.

Esta etapa electoral que se mantendrá hasta la oficialización de listas el 24 de junio próximo, lejos de ser considerada “ajena al interés de la gente”, debiera analizarse con vistas al futuro inmediato, pues al desnudar las tensiones surgidas de mediocridades y apetencias personales para mantener posiciones estatales de privilegio explicitan no solo las verdaderas personalidades y vicios de quienes gobiernan y gobernarán, sino que explican cómo pueden mantenerse desde hace décadas en cargos políticos privilegiados pese al empobrecimiento del país. En esta instancia, diseñando, violentando, reinterpretando, eludiendo o falseando mandatos constitucionales y legislaciones electorales que impidan perpetuaciones políticas y faciliten impunidades judiciales, como la de promover elecciones indefinidas, utilizar ley de lemas, candidaturas simultáneas para más de un cargo, listas espejo, votos en cadena, o que una vez asumidos los cargos electivos, sean ejecutivos o legislativos, pedir licencia en el cargo en el que fuera elegido para asumir en otros cargos, o que legisladores una vez asumidos se pasen a otro partido, burlando al votante que lo eligió para representarlo. Ello se agrava con la existencia de una insólita cantidad de sellos partidarios con creativos nombres de fantasía, que permiten a sus dueños negociar posiciones en las principales listas, simulando virtuosas convergencias multipartidarias. Es así que más que diversidades ideológicas, cada lista adherente semeja a puestos de venta atendidos por quienes “escuchan ofertas”. Concluído el proceso negociador, el producto final, que ya no se denomina partido sino coalición, espacio, marca o similar, tiene ingredientes radicales, peronistas, kirchneristas, liberales, progresistas, populistas, etc., muchos de los cuales podrían a futuro reubicarse en una nueva coalición, según convenga. De programas de gobierno no se habla, no solo porque no existen, sino porque el objetivo inmediato es permanecer. Parafraseando el incumplido eslogan “ante una necesidad hay un derecho”, en estas negociaciones “donde hay un acuerdo hay un cargo político”

Lo descripto no tiene un fin destructivo o “anti político”, sino por el contrario, intenta ser una radiografía que muestre las causas de las dolencias ciudadanas, para evitar que viejos curanderos pretendan seguir engañando con invocaciones mágicas (Irigoyen, Perón, Patria, Pueblo), o con el más sofisticado recurso del marqués de Lampedusa en la obra “El gatopardo”: cambiar para que nada cambie.

Dado que lo que más asusta a los políticos son las críticas ciudadanas mayoritarias y convergentes, es importante asumir que recaerá sobre la población gran parte de la responsabilidad de generar, de modo pacífico y por vías institucionales, cambios verdaderos. Avalando las luchas contra la corrupción, y exigiendo propuestas electorales concretas y factibles basadas en intereses nacionales por sobre los corporativos.  Dos factores son inicialmente inevitables: 1) la mayor parte de los políticos responsables de la decadencia, con independencia de los resultados electorales, continuarán ocupando cargos de privilegio; 2) a través de planteos gubernamentales y voceros aparentemente delirantes, las mafias políticas, gremiales y empresarias parasitarias de los presupuestos públicos están anunciando que ejecutarán medidas desestabilizadoras si se afectan sus negocios.

En cuanto a lo programático, plantear que el problema actual “es político”, por su globalidad conceptual no significa nada. Lo correcto es decir que el problema es “la estructura estatal burocrática ineficaz, inmanejable e injustamente onerosa, legislaciones nocivas, y perfiles profesionales y éticos de los funcionarios que conducen inadecuados o incompetentes”, lo que se traduce en pobreza y marginalidad. Pero como este aspecto prioritario afecta a las clases políticas, hasta el momento no lo tratan ni el oficialismo ni la oposición. Cabe esperar que se incluyan en las propuestas de gobierno que se presenten a partir del 25 de junio.

Buenos Aires, 17 de mayo de 2023

Entre mafias y psicosis

Al presente gobierno cabe reconocerle el mérito de haber explicitado las causas de la decadencia argentina desde hace décadas, que alcanzan a las oposiciones hasta que estas no demuestren lo contrario. Esta acción didáctica se inicia en junio del 2019, cuando Cristina Kirchner designó mediante un tuit a Alberto Fernández como candidato a presidente y  a ella como vicepresidenta, sumándose días más tarde Sergio Massa, configurando un remedo de los Triunviratos criollos de principios del siglo XIX. Pero nadie imaginó lo que vendría. Cabe destacar dos hitos: el reconocimiento oficial de la existencia de mafias estatales, y haber puesto en escena las reacciones esquizofrénicas de quienes pretenden usufructuar poder pese a sus incapacidades para conducir el país, defecto que se suele disimular invocando a líderes (Irigoyen, Perón), símbolos (Patria), o ideologías (izquierdas y derechas).

Respecto a las mafias, aparte de la Comisión en la que dieciséis legisladores intentan,  cual duros interrogadores fascistas,  juzgar, apretar y desprestigiar a miembros de la Corte, jueces y fiscales que osan investigar, juzgar y sancionar actos de corrupción estatal-privada, las gestiones en el campo económico recuerdan a la icónica escena inicial de la película “El Padrino”, en la que un inmigrante besándole la mano, le pide a Don Corleone lo que no consiguió a través de la justicia: que castigue a quienes desfiguraron a su hija intentando violarla. El padrino accede, recordándole que le deberá un favor a ser retribuido cuando se lo pida. En la versión criolla, y en el contexto de un sistema económico anárquico y cambiante, un padrino apodado “ventajita” negocia con empresarios la entrega de dólares a valores mayores al oficial para exportar, y con financistas e inversores acuerda tasas de interés privilegiadas para que continúen comprando bonos y títulos públicos. El rol de Clemenza, guardaespaldas del padrino en la película, lo desempeña un funcionario con poder para decidir a quién le libera dólares para importar a valor oficial, designando “ad honorem” para colaborar en la tarea a su mujer. Como el término “ad honorem” genera desconfianza en los ámbitos sombríos de los negociados, el funcionario aclara por tuit que se diseñó un sistema de acceso público que supuestamente,  transparenta  las gestiones del marido y su mujer.   

En cuanto al trastorno de perder contacto con la realidad conocido como psicosis, afectó simultáneamente a altos funcionarios en uno de sus síntomas: presentar una conducta confusa y desorganizada. Los casos a mencionar a modo de ejemplo son de veracidad indubitable, pues provienen de los propios afectados, al ser obtenidos de sus reportajes o manifestaciones en redes sociales. El contagio se manifestó a comienzos de abril (dólar a $ 392), y tuvo un pico psicótico-emocional el 25 de abril cuando el dólar blue, (es el malo), alcanzó los $ 495.  El 17 de abril fue clave: mientras el ministro de Economía presentaba el mundial de fútbol Sub 20, la portavoz presidencial Cerruti explicaba en un video las causas de la inflación, y el presidente Fernández en un reportaje grabado en una vivienda particular dijo que le gustaría que Robert de Niro lo interpretara en la historia de su vida. El 18 de abril renunció el empresario y asesor presidencial Aracre, acusado de conspirar contra Massa, tras lo cual la esposa del ministro retuiteó que “es mi marido o el final”. Al día siguiente, posiblemente medicados,  se distribuyó una foto con Fernández y Massa sonrientes en el jardín de Olivos. El diputado Yaski, también afectado, públicamente le aconsejaba al presidente lo que debía hacer en el congreso del Partido Justicialista el día del 21 de abril. El ministro del Interior Wado de Pedro, pese a ser el único ministro que permanece en el cargo de los originalmente designados, expresó que aún hay funcionarios que no funcionan, y confesó que recién ahora se leyó la letra chica del acuerdo con el FMI. El 20 de abril en un acto en Ensenada, Fernández reclamó luchar para que “la maldita derecha” no llegue al poder, mientras el representante de esa maldición ideológica en el gobierno, Sergio Massa, continuaba gestionando ante el FMI un adelanto de miles de millones de dólares. En simultáneo, el 27 de abril la conductora política del Frente, Cristina Kirchner, daba en La Plata una “charla magistral”  titulada “»El FMI y su histórica receta de inflación y recesión». Días más tarde en otro acto en la misma ciudad y a 40 meses de gobierno, el diputado Máximo Kirchner pidió acordar un plan de gobierno con 10 o 15 puntos básicos. Y ante el desmadre de inflación y dólar, el piquetero/funcionario Pérsico declaró que hubo un pedido de Massa a la CGT y movimientos sociales para apretar a empresarios a fin de que bajen los precios. Hasta el momento, los brotes psicóticos masivos no han podido ser neutralizados.

La oposición, por no tener las urgencias de gobernar, sus psicosis son más controladas y menos dañinas. Los más afectados son Larreta, Bullrich, Carrió, Morales, Picheto y Manes, que presentan la peligrosa patología de querer ser presidente.  En cuanto a Milei, es una patología en sí mismo.

Buenos Aires, 10 de mayo 2023

Fútbol, política y corrupción

La convocatoria realizada a través del joven “influencer” Santiago Maratea, destinada a una colecta masiva que permita al club Independiente de Avellaneda cancelar a través de un fideicomiso, así sea parcialmente, una deuda que oscila en 20 millones de dólares, excede a lo meramente deportivo paraconvertirse en una útil plataforma que permita a todos los ciudadanos entender de modo básico pero suficiente, los vicios que llevaron a la degradación indetenible de nuestro país, dado que de fútbol todos creemos saber y tener  capacidad de debatir. Cabe entonces señalar coincidencias entre política y fútbol, que oportunamente merecerán análisis más profundos.

1.- Discursivamente se presenta a los clubes de fútbol como “un sentimiento” que permanece a lo largo de la vida, muchas veces transmitido de generación en generación, y patrimonialmente se proclama que “el club es de todos”. Mensaje que en política se replica cuando se expresa que al país “lo sacamos entre todos”, o bien “todos tenemos responsabilidad”, pero lo usufructúan pocos.

2.- En las pujas electorales para conducir clubes, en especial a los que ofrecen prestigio y contactos de poder, las comisiones directivas se arman con acuerdos entre políticos, sindicalistas, empresarios y personajes del espectáculo, de variados orígenes partidarios. Situación que se repite en las negociaciones electorales para conformar listas partidarias, que integran muchos personajes con ideologías líquidas y fluctuantes, pero intereses personales definidos.

3.- Alcanzada la conducción de un club, independientemente de su gestión los dirigentes pretenden la reelección. La lista de Hugo Moyano como presidente y Noray Nakis como vice, quien terminara preso meses más tarde por sus negocios con la barra brava, triunfó en julio del 2014 tras el descenso del club en el 2013, y la renuncia del entonces presidente Javier Cantero, amenazado por barras. Moyano fue reelegido en 2018 con el 89% de los votos (el número no es un error tipográfico), con su hijo Pablo de vice y Maldonado como secretario, cual gremio de Camioneros. Pese a la gestión económica y deportiva desastrosa, Moyano pretendió reelegir en diciembre del 2021, y para lograrlo apeló a un recurso político de manual: impugnó a la lista opositora encabezada por el periodista y conductor Fabián Doman, conformada con las presencias políticas de rigor, que se suponía vencedora. Mientras la justicia provincial actuó con sus habitualestemores, dilaciones y complicidades, los Moyano con mandato prorrogado continuaban tomando decisiones ruinosas para el club. Desechada la impugnación recién se realizó la elección en octubre, triunfando la Comisión encabezada por Doman, quien seis meses más tarde, asustado por los resultados deportivos y según él amenazado por barras, renunció. En su comunicado apeló a una frase que se ha hecho tradicional en cambios de gobierno de distinto signo político: “la magnitud de la crisis era más grande de lo previsto”. (en diciembre podría reutilizarse solo por un par de meses “tierra arrasada”). Lo descripto, en cuanto a actores, acuerdos, reelecciones, impugnaciones y discurso, muestra similitudes innegables con el accionar político.

4.- En este contexto Santiago Maratea, alejado de estructuras burocráticas ineficaces o preparadas para delinquir, se pone al frente para promover una colecta vía virtual para levantar embargos, con un resultado que en este caso presenta una diferencia aleccionadora con la política que marca la distancia entre dirigencias y sociedad, y desactiva el recurso manipulador de la “grieta”, al lograr lo que no conseguiría ningún político: la adhesión multitudinaria de neoliberales, populistas, derechas, izquierdas, entre otras etiquetas, usualmente aunados anónimamente en una tribuna, con solo exhibir credibilidad, condición escasa en los gobernantes y sindicalistas

5.- Pero como los escepticismos cunden en la sociedad, y pese a que Maratea se asumió como único responsable, explicitó su honorario y que el equipo profesional que actuará en la operatoria es rentado, bien o mal intencionadas se formulan dudas respecto a si puede haber estafas o lavados de dinero. Puede haberlas, pero asociemos la respuesta a las “entidades sin fines de lucro”: ¿el Estado no controla? ¿nadie se hace cargo de manifiestos negociados y despojos? A futuro inmediato es urgente profundizar el rol de las asociaciones civiles sin fines de lucro (clubes de fútbol), y cooperativas en general, que actúan como pantallas ideales para ocultar negociados entre políticos, sindicalistas y privados, situación que se reflejó en la denuncia penal contra la anterior Comisión Directiva, que detalla montos escandalosos percibidos por intermediarios y abogados, compra de jugadores con cotizaciones absurdas, salarios impagables que derivan en juicios ruinosos, y cuanto menos, malas praxis de los directivos. Como los delincuentes se adaptan a cualquier escenario, la solución no es convertir a los clubes en sociedades anónimas, sino legislar y actuar para que lo que es “de todos” sea realmente protegido por “el Estado que nos cuida”.

Buenos Aires, 03 de mayo 2023

Calles ensangrentadas

La perdurabilidad política del ministro Aníbal Fernández a partir de 1983, y su condición de peronista genuino, algo no habitual entre quienes dicen serlo en el actual equipo de gobierno, aconseja que su expresión de que habrá “sangre en las calles si triunfara la oposición en la elección nacional”, deba considerarse seriamente, y formular consecuentemente una hipótesis de conflicto.

En democracia “sangre en las calles” remite a sucesos tumultuosos con decenas de muertos civiles, como sucediera en la masacre de Ezeiza en junio de 1973, y la represión en Plaza de Mayo y aledaños en diciembre del 2001. Contra lo que se supone, lo económico actúa como “caldo de cultivo”, pero el detonante lo producen facciones de choque asociadas a intereses políticos. Ello explica que el actual gobierno a lo largo de sus 40 meses de gestión, pese a tener una crisis económico-social terminal con índices de inflación y pobreza que remiten a la crisis 2001/2002, con continuas manifestaciones multitudinarias de protesta con foco en la ciudad de Buenos Aires y réplicas en distintas provincias, no sufriera desmanes organizados violentos, y menos aún, tuviera “sangre en las calles”. La reforma jubilatoria que realizara apenas asumido en diciembre de 2019 por la que sacó a la inflación como índice de actualización, no provocó el alúd de piedras frente al Congreso como sucediera con la reforma en diciembre de 2017. Tampoco la CGT llamó a paros generales pese a la pérdida del valor de los salarios carcomidos por la inflación, situación que se intenta paliar con bonos extraordinarios gestionados por gremios poderosos. Asumido que los desmanes violentos no los producen ciudadanos que aún en sus penurias son esencialmente pacíficos, sino por fuerzas de choque que cuentan con logística política, cabe suponer que Fernández elípticamente se refirió a la sangre de muertes provocadas para quebrar un orden institucional democrático, en pos de intereses corporativos, habitualmente corruptos.

Establecido el contexto en el que es posible generar “sangre es las calles”, cabe comentar la mano de obra necesaria para desatar las acciones directas. Las experiencias indican el aporte de municipios que con altos índices de pobreza, son manejados por los llamados barones del conurbano, que basan su perdurabilidad en complicidades entre funcionarios, fuerzas policiales, barras bravas e inclusive narcotraficantes, con patotas aptas para “todo servicio”. En el campo gremial, la acción directa la realizarán grupos asalariadas (no trabajadores), útiles tanto para coaccionar a empresas como para dirimir violentas pujas internas, como sucediera en los gremios de camioneros, construcción y portuarios. La CGT abandonaría su rol benevolente con el actual gobierno, para llamar a paros generales que generen climas desestabilizadores; En el campo público actuarán sindicalistas que mezclan lo laboral con sus roles políticos, en especial ATE, encargados de generar disturbios en diversas sedes administrativas. En lo institucional, la caja de resonancia estará en el Congreso. La extrema izquierda por su parte, en forma autónoma, actuará en su campo de acción preferido: la calle. Si esta hipótesis se considera válida y posible, la declaración del ministro Fernández debería despertar inquietudes en la elaboración programática de la presente campaña electoral, en base a tres consideraciones:

1.- Cualquier programa de gobierno, en el tema de la seguridad interna deberá prever como afrontar acciones planificadas violentas y desestabilizadoras, usualmente disfrazadas de populares, y sus estrategias discursivas de apoyo.

2.- Como si los sectores sociales más desfavorecidos no sufrieran desde hace años y con una capacidad de aguante sorprendente, una pregunta ingenua en entrevistas periodísticas a políticos, es si con sus propuestas electorales “la gente” sufrirá. La pregunta debería ser si “sufrirán” los políticos y empresarios prebendarios del Estado, los que lucran con empresas y estructuras públicas con pérdidas millonarias, y corruptos enriquecidos buscando impunidad.

3.- Ante los habituales llamados a concertaciones políticas que los beneficiarios de recursos públicos suelen hacer en momentos de crisis extremas, que sus propias continuidades indican que siempre existieron en base a intereses personales y que algunos cínicos llaman “patrióticas”, cabría preguntarse si los acuerdos reclamados en esta etapa electoral, sea para triunfar o subsistir, incluirán  a corruptos, acomodaticios o incapaces para desempeñar sus cargos. 

Buenos Aires, 26 de abril 2023

Democracia o mafia

La verborragia individual usada como método comunicacional, que en la última reflexión se la ejemplificó con la desplegada por el ministro Berni, se complementa con el eslogan, que es un texto breve, simple y tajante adaptado al menos inteligente de los individuos. Tanto la estrategia verbal (dinámica) como la escrita y/o gráfica (estática), buscan influir en la opinión pública desde lo emocional, sin mayores análisis. Consecuentemente, el resultado son debates basados en altisonancias y escándalos que ocupan amplios espacios en los medios de comunicación por atraer audiencia. Estas simplezas propagandísticas bien empleadas, pueden servir para detectar omisiones o falseamientos en el discurso político que en las entrevistas periodísticas no se preguntan o los entrevistados no  responden, apelando al recurso igualmente simple de replicar la sana curiosidad infantil en la etapa de aprender: preguntar, previo a someterse a conclusiones meramente emocionales. Método que puede emplear cualquier ciudadano, en especial los menos formados, a quienes se los deja en manos de demagogos que manipulan necesidades, humillan con “planes platita” y caracterizan de electorado cautivo. 

Cabe comenzar por el eslogan “democracia o mafia”, de fuerte propagación. Es tan clara la divergencia de la opción, que en una encuesta hasta los mafiosos dirían democracia. Pero el promovido por el gobierno dice “democracia o mafia judicial”, por lo que el mensaje deja de ser rotundo, al confrontar un concepto global (democracia), con uno sectorial (judicial). Dado que el judicial es uno de los tres poderes independientes que se limitan entre sí para conformar una república, las posibles preguntas serían: ¿cómo es posible que haya solo mafia judicial, considerando que los integrantes de la Corte y jueces son elegidos por mayorías especiales legislativas? ¿porqué se ataca y amenaza a quienes juzgan o condenan actos de corrupción estatal, y no a jueces como Daniel Obligado y Adrián Grünberg, que designados para integrar el tribunal oral para actuar en la causa Los Sauces y Hotesur, y con la disidencia de la jueza Adriana Pailloti, dictaron el sobreseimiento de los imputados sin llevar a cabo el juicio? Si el eslogan fuera “Democracia o mafia estatal”, ¿no se daría respuesta a todos los interrogantes planteados?

El siguiente caso, en el habitual contexto preelectoral en el que se manipulan interpretaciones de leyes, calendarios y requisitos para ser candidatos, pues el individuo predomina por sobre el todo, se inserta la decisión del jefe de la ciudad Rodríguez Larreta de realizar en el mismo día elecciones concurrentes entre listas de candidatos para cargos nacionales en una urna, y del gobierno de la ciudad en otra. Ante las reacciones de integrantes de su propio partido, Larreta en todos los medios de comunicación se justificó repitiendo que “cumplió con la ley”, lo que es un mérito; pero las preguntas a responder serían entonces: ¿porqué semanas antes declaraba que oportunamente tomaría una decisión al respecto? ¿Existían opciones dentro de la ley?

Por último, cabe mencionar la declaración del ministro Aníbal Fernández, uno de los lenguaraces criollos más reconocidos, al declarar que “si gana la oposición, las calles van a estar regadas de sangre y de muertos”. Dicha expresión provocó la natural repercusión en el mundo del espectáculo político, que incluyó denuncias penales e indignaciones sobreactuadas. Pero los lenguaraces, como cuando Berni informó sobre 2.500 millones de pesos que el gobernador Kicillof había entregado a las empresas transportistas para invertir en medidas de seguridad en los colectivos, hoy desaparecidos, tienen la virtud no deseada de filtrar en sus torrentes dialécticos información útil. En el caso de Aníbal Fernández la pregunta inicial podría ser: ¿Fernández se refirió a sangre de narcotraficantes y delincuentes en caso de combatirse realmente el delito, o bien de ciudadanos comunes en manifestaciones de protesta?

A la espera de una aclaración, y para curarse en salud vistos los antecedentes históricos al respecto, en la próxima reflexión se planteará una “Hipótesis de conflicto”, basada en que dicha catástrofe intentara generarse, por lo que surgen las siguientes preguntas: ¿cuáles son los antecedentes de sangre en las calles? ¿cuál sería actualmente el contexto necesario?  ¿cuáles serían las metodologías y qué personajes las implementarían? Dado que en este caso se incursiona en el campo de la acción y no de la verborragia, no perder tiempo en denuncias estériles, y ponerse a pensar.

Buenos Aires, 19 de abril 2023

Políticos lenguaraces

Las acciones y dichos de dirigencias que permanecen inmutables desde hace décadas, facilitan comprender didácticamente las causas del empobrecimiento mayoritario de los argentinos. Un ejemplo lo brindó el histriónico Sergio Berni, fiel representante del antiguo lenguaraz, que hasta avanzado el siglo XIX tenía el rol de la comunicación entre indios y criollos, siendo caracterizado por el militar y escritor Lucio Mansilla por su memoria para traducir hablando de corrido, una garganta privilegiada, y de ser necesario, ser irrespetuoso, desvergonzado y atrevido.  

Bajo la óptica de que los hechos resonantes con repercusión mediática no deben analizarse aisladamente, sino también por lo que aportan para conocer vicios y virtudes del contexto político general, cabe comentar lo que se inicia en una madrugada de La Matanza con el asesinato del colectivero llamado Daniel Barrientos, tras lo cual sus compañeros de trabajo realizaron un paro y corte en la avenida General Paz reclamando seguridad. De improviso y a cientos de metros del punto de conflicto, sobre la avenida desierta aterrizó un helicóptero del que descendió sin custodia el ministro de Seguridad provincial Berni, quien a paso firme y monopolizando imágenes televisivas, se dirigió hacia el núcleo de protesta ubicado en una especie de “checkpoint Charlie” criollo, que divide provincia y ciudad, por lo cual la tensión cinematográfica era insoportable. Se generaron discusiones, la injustificable agresión al ministro, y su rescate por la policía de la ciudad para trasladarlo al hospital policial Churruca, a fin de evaluar su condición física tras los golpes recibidos. Al salir de la revisión médica, Berni expresó ante los periodistas que lo rodeaban que tuvo un fuerte golpe en el cráneo y una desviación del malar, con la expectativa de una eventual cirugía, lo que suponía que debía guardar reposo. Sin embargo, esa misma noche asistió a un reportaje televisivo, y a primera hora del día siguiente a uno radial, ejercitando su rol de lenguaraz ya no entre indios y criollos, sino entre políticos y ciudadanos. A partir de ese momento la víctima dejó de ser Barrientos, sino funcionarios que afirmaron afrontar oscuras operaciones políticas.

En sus reportajes, hablando de corrido y siendo difícil interrumpirlo, distribuyó variadas culpas y sospechas al expresar: la policía de la ciudad (tuvo ocho heridos), me retiró de la escena a la fuerza; si el ministro Burzaco me llama lo puteo; Patricia Bullrich fogoneó el crimen; el modus operandi del asesinato me parece raro; hubo infiltrados del PRO en la protesta; Aníbal Fernández no manda los gendarmes que le pedí, y miente; la General Paz es jurisdicción de la Capital Federal; yo doy la cara; el gobernador Kicillof entregó hace más de dos años 2.500 millones de pesos a las empresas para poner cámaras en los vehículos (los rostros de los presentes secretario de la UTA Fernández y el ministro de Trabajo D`onofrio se mantuvieron inmutables); nos tiraron un muerto.

Cabe reflexionar acerca de las tres últimas expresiones. 1) “Dar la cara” no se agota en una presencia, pues lo relevante es asumir responsabilidades profesionales e informar fidedigna y coherentemente, en lugar de distribuir histéricamente culpas; 2) En su velocidad verbal los lenguaraces suelen tener deslices, como mencionar los 2.500 millones de pesos entregados hace más de dos años por Kicillof a los empresarios de transporte para instalación de cámaras en los vehículos, sin que nadie conozca su destino. Lo que demuestra que inutilidad y corrupción suelen ir asociados, o bien cabe pensar el pago de coimas para simular inutilidad. 3) la frase “tirar un muerto” no solo es típicamente mafiosa, sino exhibe el escaso valor que los juegos políticos le dan a los dramas de los ciudadanos comunes. Tras las declaraciones de Berni, las víctimas pasaron a ser funcionarios inútiles tratando de eludir responsabilidades, y no Barrientos y su familia.  

Las malas praxis deberían servir para que en la presente campaña electoral la ciudadanía evalúe si se continuarán incorporando en las listas sábanas a quienes carecen de los conocimientos más elementales para legislar y solo votan por acumulación de manos o negocian beneficios personales, y si se continuarán designando en altos cargos políticos de conducción a quienes carecen de la formación específica para desempeñarlos.

Buenos Aires, 12 de marzo 2023

Aprendizajes para votar

Los ochenta días faltantes para el cierre de listas de precandidatos, momento a partir del cual se supone se deberán explicitar propuestas de gobierno concretas para transitar el período que va  hasta las elecciones internas del 13 de agosto (Paso), para definir quiénes encabezarán los distintos espacios políticos en la elección presidencial, son oportunos para que los votantes desarrollen un espíritu crítico en base a conceptos simples pero relevantes y fidedignos que sean entendibles por todos los niveles socio-culturales, y en especial “por los que más sufren”, como denominan a los sectores postergados quienes desde hace décadas usufructúan privilegios estatales.

La inédita confluencia de dos factores facilita este ejercicio: la perdurabilidad de muchos dirigentes políticos, sindicales y empresarios privilegiados, lo que les dificulta diseñar estrategias electorales, propagandas y discursos creíbles y de calidad, sumada al valioso aporte de este gobierno al visibilizar con crudeza todos los vicios y absurdos políticos latentes desde hace décadas, que para evitar preconceptos que invaliden todo análisis, les son aplicables a las oposiciones de turno. Para ordenar las reflexiones vale partir de una grilla de temas, cuyo objetivo inmediato es instalar criterios racionales disruptivos que eludan intereses personales y/o sectoriales predominantes, enmascarados tras polémicas superficiales y ruidosas que se asemejan más al mundo de los escándalos que a las políticas de gobierno.

1.- Partidos, programas e ideologías. Los más de 40 meses del gobierno nacido con la curiosa elección de Alberto Fernández como candidato a presidente mediante un tuit de Cristina Kirchner, quien se reservó el cargo de vicepresidenta, y la incorporación inmediata de Massa, arrojan conclusiones relevantes a futuro. Por sus antecedentes, dialécticas y entornos se suele identificar a Cristina Kirchner de izquierda, a Fernández de centro y a Massa de derecha. Sin embargo, los tres han coincidido en los aspectos más medulares de la gestión: 1) crecimiento desmesurado de las estructuras burocráticas para financiar militancia y apoyos políticos en detrimento de la calidad de gobierno; 2) acuerdo ineficaz con el FMI solo para que nada cambie, y salvaguarde prebendas políticas, empresariales y sindicales; 3) utilización del aparato institucional para mantener impunidades judiciales en casos de corrupción estatal-privada; 4) aplicar medidas que retrotraen a la crisis 2001/2022, canjeando inversiones en dólares de los jubilados  en favor de los Bancos, bajo el discurso cínico de que los jubilados ganan. Estos mojones debieran servir para no distraerse con dialécticas que invocan derechas, centros, izquierdas, peronismo, radicalismo, centralismo, federalismo y otras diversidades ideológicas, cuando al fin del camino permanecen los mismos políticos, sindicalistas y empresarios succionadores de recursos públicos. Por ello lo importante será prestar atención a los candidatos, sus antecedentes, y como en el fútbol, ver en cuantos equipos (léase partidos, coaliciones), jugaron.

2.- Analizar los hechos políticos relevantes concatenados con la estructura burocrática-institucional vigente. Ello permitirá comprender que el costo social de una estructura burocrática sobredimensionada e ineficaz no reside inicialmente en el gasto que provoca un exceso de personal, sino por generar una organización jerárquica atomizada, indefinición de responsabilidades (no sabía, yo no fui), baja formación de funcionarios, y facilitación de la corrupción estatal-privada. Casos como la causa judicial de Vialidad; la causa Cuadernos; al juicio político a la Corte Suprema, y la pesificación de las inversiones en dólares de la Anses, no son hechos independientes encapsulados, sino producto de la estructura burocrática- institucional vigente.

3.- Propaganda electoral. Factor Milei. Para los diseñadores de campañas decidir si la imagen y discurso de desprestigiados políticos buscará revalorizarlos o disimular sus falencias, será una tarea ardua. Esta dificultad la confirman Rodríguez Larreta invocando paz y amor; Alberto Fernández gritando “sueñen conmigo”; Schiaretti y Urturbey planteando lo mismo que no llevaron a cabo hace cuatro años, y un reconocido abogado recorriendo una villa en musculosa y ojotas. La irrupción novedosa la protagonizó Javier Milei, que con solo catalogar a los políticos de “casta”, y en momentos de exaltación de “ladrones”, logró lo anhelado por toda propaganda: insertarla con fuerza en la sociedad, al interpretar su hartazgo explícito o subyacente. Y como contrapartida, desnudó la mediocridad de quienes solo se preocupan en establecer a qué coalición le “roba” más votos, o intentar asimilarlo a Hitler, sin reparar que su impacto se centra en el mensaje y no en un programa de gobierno mínimamente esbozado y con complejidades económicas. La forma de competir con Milei es presentar a la sociedad a partir del 24 de junio una propuesta de gobierno integral, moderna y factible, sustentada en un equipo con las capacidades necesarias para llevarla a cabo. Y sin mentir.

Buenos Aires, 05 de abril 2023

Políticos entre sábanas

Esta etapa en la que la clase política,  caracterizada como divorciada de las necesidades de la gente, está sumergida en sus conflictos e intereses producto de un sistema político-electoral conservador de baja institucionalidad, debiera servir para que la sociedad visualice sus vicios, y poder juzgar con mayor precisión las propuestas concretas de gobierno que se presenten a partir del cierre de precandidaturas el 24 de junio, en las PASO del 13 de agosto, y la elección presidencial el 22 de octubre.

Las actuales pujas políticas son inevitables, producto de sistemas electorales restrictivos del poder del votante como las listas sábanas y ley de lemas, diseñados para permanecer en el poder. Muchos de los que se presentan como candidatos a presidente, lo hacen solo para negociar otros espacios de poder en el próximo gobierno, sea como oficialismo u oposiciones. Las inmutables listas sábana para los anhelados cargos legislativos, por ejemplo, aseguran una continuidad temporal política con extensa planta de asesores y otros beneficios anexos, aunque no legisle o no tenga capacidad para ello. De este modo muchos legisladores priorizan los intereses de quien negoció su incorporación en la lista, y no el de los ciudadanos que votaron la sábana. El sistema permite además que una vez asumido, el legislador pueda separarse de la papeleta partidaria por la que accedió al cargo para armar un bloque propio, o negociar su incorporación a un bloque opositor que indefectiblemente es el gobernante, transfuguismo que es cada vez más habitual entre los oportunistas de coyuntura. Pero como los cargos legislativos a cubrir cual botes del Titanic son limitados y no alcanzan para todos los postulantes, se negocian opciones como futuros ministerios, organismos y cargos varios, generando una estructura burocrática desmesurada e ineficaz, pues la ecuación negociadora es acuerdo igual a un cargo, muchas veces con familiares incluidos. El mayor riesgo en este proceso lo asume Juntos por el Cambio, que al tener mayores expectativas de triunfo electoral concentra el interés de los numerosos saltimbanquis políticos, que en muchos casos negocian sus sellos de goma partidarios. Por ello cuando el precandidato Rodríguez Larreta plantea la necesidad de alcanzar un consenso del 70%, debiera aclarar si dicho porcentaje incluye a conocidos políticos, sindicalistas y empresarios responsables de los fracasos, pues en ese caso, cualquier modificación de las estructuras conservadoras vigentes será imposible. No pueden ser confiables quienes con cargos y/o beneficios personales se pasan de un espacio político a otro, por lo que entre los desafíos para generar un gran cambio, está el de legislar profundas reformas en el sistema electoral.

En este contexto de sobrevivencias personales y armado de promesas electorales, los presentes actos de gobierno producen hechos reveladores de la liquidez política y la insustancialidad dialéctica. Para sostener la sobrevivencia de un ajado gobierno y/o sistema político, el ministro Massa con la conformidad del presidente y la vicepresidenta, impulsó un decreto de necesidad y urgencia que obliga a la Anses a canjear sus tenencias en bonos en  dólares u otra moneda extranjera por nuevos bonos en pesos. Como para generar consensos mayoritarios se debe partir de mensajes veraces y comprensibles para la gran mayoría de la población, y recién entonces incursionar en consideraciones institucionales, económicas y jurídicas más complejas y controversiales, vale formular interrogantes aptos para una mesa de café barrial: porqué los dólares van de los jubilados a los Bancos, y no de los Bancos a los jubilados? A los jubilados se les pesificaron recursos, como sucediera en la crisis del 2002 con otros ahorros personales? Si la Anses es un ente descentralizado, porqué un simple decreto puede obligarlo a disponer de sus inversiones? Cómo se instrumenta primero la decisión de canje, para luego promover una auditoría universitaria sobre resultados económicos futuros?

Las crisis políticas desordenan cursos analíticos basados en un orden racional de prioridades, pues priman frases políticas engañosas y rimbombantes, de las que participa en este caso el propio FMI. Dado que hasta el presente predominan viejos políticos, con viejos intereses, propagandas y discursos, un eslogan virtuoso debiera ser “piense, luche y no vuelven”.  

Buenos Aires, 29 de marzo 2023.