Pensar como político

El cierre de año promueve balances y estimula las actividades lúdicas, para lo que se propone dar inicio al ya mencionado metafórico juego de mesa llamado “Arme sus listas sábanas legislativas 2025”, destinado a analizar el contexto político del próximo año en base a la principal preocupación de sus actores: mantener poder electoral en lo partidario, y acceder a cargos legislativos en lo personal. Se recuerda que para ello se supone un tablero dividido en cuatro sectores con siete casilleros cada uno, que representan a los tres espacios/coaliciones excluyentes en la última elección (JxC, UxP y LLA), y un posible cuarto sector para la posible creación de un “espacio de centro”, armado no para triunfar, sino para presionar y negociar posiciones en las listas principales.

En los casilleros se insertarán los nombres de siete políticos que, con independencia del orden de ubicación, el jugador supone que encabezarán las listas sábanas en los dos distritos mayoritarios en los que pesa el concepto de “sábana”: Ciudad de Buenos Aires (se elegirán 12 o 13 diputados y 3 senadores), y Provincia de Buenos Aires (se elegirán 35 diputados, sin renovación de senadores). Por lo que en la Ciudad en sus siete casilleros se pondrán los nombres posibles de cinco diputados y dos senadores de los tres que se renuevan, y en Provincia los de siete diputados. El juego finalizará un mes antes de la oficialización de listas, tras lo cual se harán las comparaciones. Como el ejercicio no es de adivinación, sino implica un análisis permanente del devenir político para ir armando posibles configuraciones, la utilización de nombres propios vastamente conocidos, cumple con el requisito didáctico de la educación básica, en el que nombre, imagen y comportamientos sean congruentes, como por ejemplo que el término “oso” coincida con la imagen y actitudes de un oso. Este objetivo no se lograría si se apelara a rebuscados enfoques intelectuales, pretendidas diferencias ideológicas o encendidos discursos de barricada, pues es sabido que para mantener poder y privilegios, estas diferencias desaparecerán al momento de acordar los armados de las diversas listas. Lo relevante no será entonces lo que el político proclame, sino lo que decida (ejecutivo), y como vote o se ausente (legislativo), siendo los medios masivos de comunicación las fuentes de información naturales. En cuanto a las presentes reflexiones por ser subjetivas, serán solo referenciales, pues cada jugador/ciudadano elegirá sus fuentes informativas y evaluará los contextos políticos de acuerdo a su propio criterio.

La escala del juego parte de que a nivel nacional se elegirán 151 cargos de legisladores (127 diputados y 24 senadores), de los cuales los distritos CABA y provincia de Bs. As. aportarían 47 diputados, y 3 senadores en la Ciudad. En este marco y considerando la paridad de género, los siete nombres que encabezarán las listas de las cuatro coaliciones planteadas, marcarán los futuros realineamientos, discusiones y acuerdos. Como dato ilustrativo, se cita la distribución por distrito y coalición de los 45 diputados ingresados en el 2023: Ciudad de Buenos Aires:       5 UxP –   5 JxC – 2 LLA. Total = 12

Provincia de Buenos Aires:  14 UxP – 10 JxC – 9 LLA. Total = 33

Para avizorar realineamientos y la creación de un posible cuarto espacio electoral, se citan algunos de los nombres de quienes se les vence el mandato en el 2015, e intentarán renovar. Como senadores de CABA, Lousteau, Tagliaferri y Recalde hijo. En diputados, Moreau Leopoldo y Palazzo (UxP); Vidal, Santilli, Iglesias y Laspina (PRO); Lombardi, Tetaz y Manes (UCR); López y Oliveto (CC), Espert (LLA), y López Murphy, Monzó, Randazzo y Stolbizer, pertenecientes a la escudería Encuentro Federal, que nadie votó. Entre quienes posiblemente intenten un retorno para gozar de las mieles legislativas, se encuentran Larreta, Massa, Carrió, Schiaretti y Urtubey. Los mencionados y otros pretendientes, indican que las negociaciones podrán asimilarse a la lucha por conseguir un bote salvavidas ante un naufragio.

Como todo juego necesita un único y claro punto de partida, y considerando que las presentes reflexiones se retomarán el 29 de enero próximo, podría plantearse un arranque veraniego basado en dos actores esenciales intencionadamente no mencionados: Cristina Kirchner y Mauricio Macri, quienes encabezaron el gobierno en los últimos 20 años, aclarando que el de Alberto Fernández se adjudica a UxP, vista su forma de designación sin objeciones partidarias, políticas de gobierno adoptadas y equipos designados. Gran parte del éxito del juego depende de formular hipótesis consistentes sobre ambos en base a los siguientes interrogantes: ¿qué liderazgos representan hoy? ¿quiénes promueven sus nombres, creen en sus liderazgos o buscan mascarones de proa electorales? Finalmente, ¿se presentarán como candidatos a diputados? ¿les conviene y lo desean? No apresurarse con las respuestas, y tomarse enero para analizarlo.

Buenos Aires, 26 de diciembre 2024

Próxima newsletter el miércoles 29 de enero 2025

Corrupción para principiantes

El devenir político presenta una concatenación de imágenes con hechos institucionales, nombres propios y números concretos, que permiten aplicar principios de educación básica para explicar de modo comprensible para todas las franjas sociales la problemática de la corrupción pública, causante del atraso que desde hace décadas sufren los argentinos. Rol didáctico que no cumplen las grandilocuentes batallas culturales, que en esencia son vulgares propagandas igualmente masivas, pero cuyos mensajes se diseñan para llegar a los niveles intelectuales más elementales. La presente reflexión puede ordenar dichos hechos a modo de una simple ecuación: 355 + Congreso nacional + Juez Lijo + ficha limpia + expulsión de Krueider + políticos honestos e inocentes = corrupción.  

355 indica la cantidad integrada por el presidente, vice, gobernadores y legisladores nacionales elegidos por el voto popular, que tienen poder de decisión. Sus intereses, sea por sí o por quienes los representan, se congregan en el Congreso Nacional, que entre sus funciones está la de designara los jueces del Poder Judicial, con decisiones finales que suelen tergiversar los concursos del ineficaz Consejo de la Magistratura, para concluir con los clásicos acuerdos de antaño: “estos jueces son tuyos, y estos míos”. Un ejemplo de tal laxitud se manifiesta en el trámite para designar al juez Lijo como integrante de la Corte, cuyos debates apelan a las indefinidas “inhabilidades morales”, subsanables si se llega a acuerdos políticos. Moralidad que no impidió la no aprobación de la mal llamada ficha limpia, pues permitía ocupar cargos públicos a quienes estén procesados o con una condena. Pero días más tarde de este fracaso, se ignora si por imperio de las fuerzas del cielo o del infierno, surgió el caso del senador justicialista Krueider, funcionario del gobierno de Bordet en Entre Ríos, y que accediera a la banca en el 2019 con la boleta presidencial Fernández-Kirchner, detenido en Paraguay acompañado por una empleada del Senado con más de 210.000 dólares en un bolso, tras lo cual sus colegas acudieron a la puesta en escena de la indignación, manifestada incluso por un senador procesado. Pero como el objetivo era la ocupación de su banca, se omitió el menú de opciones políticas usuales en casos de corrupción que los afecta, tales como ser víctima del “lawfare” o de una emboscada de la SIDE, ser inocente hasta que no se compruebe lo contrario, o ejercer el derecho de defensa. Se decidió que su mayor culpa fue la de haber votado parte de los puntos de la Ley Bases, por lo cual resultaba claro que los 210.000 dólares se los había pagado el gobierno. Atento a lo cual y en un rapto generalizado de moral, ética y honestidad, se votó la expulsión de Krueider. Para lograrlo se necesitó el aporte del último eslabón de la ecuación mencionada al inicio, al que no se le presta la debida atención en casos de corrupción: los autoproclamados políticos honestos e inocentes.

El concepto de corrupción tiene dos facetas: la penal, en la cual los funcionarios y sus cómplices se enriquecen ilícitamente a costa de recursos del Estado a los que tienen acceso. Pero para lograrlo necesitan de la segunda faceta, que es la institucional, consistente en la pasividad de otros funcionarios y legisladores, lograda a través de prebendas y privilegios penalmente no punibles, para que simulen no ver, no entender, dejar hacer y dejar pasar. Esto explica que los actos de corrupción se hagan públicos de manera fortuita (bolsos de López, patrimonio del fallecido secretario presidencial Muñoz, el yate de Insaurralde, los dólares de Kueider), o por investigaciones periodísticas. Nunca a través de políticos con los que conviven por décadas. Esta asociación entre el acto penal y la complacencia institucional, configura el concepto abarcador de corrupción: descomponer, deteriorar, destruir.

En el caso Krueider se podría citar al locuaz Luis Juez, experimentado, reputado de honesto, y según sus propias palabras “ningún boludo”, que promovió la suspensión y votó la expulsión. O al igualmente locuaz Lousteau, ausente en la sesión. Por lo que los considerados honestos e inocentes, deberían aclarar si nadie conocía el enriquecimiento de Krueider u otros políticos con los que conviven, si existen declaraciones patrimoniales actualizadas de los legisladores, y se investigan sus eventuales inconsistencias. Si se conocen los antecedentes de los miles de empleados del Congreso, como los de la empleada que acompañaba a Krueider, y del empleado que supuestamente le facilitó el vehículo para su traslado. Y aprovechando el brote ético-moral generalizado, informar si se solicitarán y harán públicos los antecedentes policiales, judiciales y patrimoniales de quienes integrarán las próximas listas legislativas sábanas, o apelando a la terminología del senador Juez, todos se harán los boludos.  

Buenos Aires, 18 de diciembre 2024

La familia judicial

En el marco de una degradación institucional visible, es momento de reflexionar sobre el desempeño del Poder Judicial, al que se ingresa a través de relaciones familiares y padrinazgos en lugar de concursos públicos, generando vínculos internos que a menudo son motivo de sospecha cuando interrelacionan tramitaciones de causas de corrupción con gestión de ascensos. El eterno conductor del gremio, por ejemplo, está casado con una jueza. En cuanto a eficacia, cabe destacar algunas causas emblemáticas.

1.- Causa “Sobornos a funcionarios pagados por Siemens para la confección de pasaportes y DNI”, iniciada en 1998 (juez Ariel Lijo). Siemens confesó el pago de millones de dólares, y tras 26 años, no hay Tribunal oral designado.

2.- Causa “Sobornos a funcionarios pagados por Skanska por adjudicación de ampliación gasoductos Norte y Sur”, iniciada en 2006 (jueces López Biscayart y Casanello). En octubre de 2019 el juez Casanello envió la causa a juicio oral, designándose al Tribunal integrado por Costabel, Gorini y López Iñíguez. Juicio iniciado en abril de 2024.

3.- Causa “Desaparición de fondos públicos destinados a Fútbol para Todos”, iniciada en 2015 (jueza Servini de Cubría). Elevada a juicio oral ante el Tribunal integrado por Basílico, Michilini y Grünberg, el mismo se inició en junio de 2024.

4.- Causa “Panamá Papers, con argentinos sospechados de conformar empresas off-shore”, iniciada en 2016 (juez Casanello). Sin avances a la fecha.

5.- Causa “Sobornos de la empresa Odebrecht de Brasil a funcionarios públicos latinoamericanos”. Iniciada en 2016, en Argentina se dividió en tres causas: a) “Soterramiento del tren Sarmiento” a cargo del juez deGiorgi sin avances, pese a reclamos de la Cámara Federal para que defina la situación procesal; b) “Ampliación gasoductos Norte y Sur”, a cargo del juez Rafecas, elevada a juicio oral ante el Tribunal integrado por los jueces Gorini, Giménez Uriburu, sin fecha de inicio; c) “Planta potabilizadora de Aysa”, a cargo del juez Casanello, elevada a juicio oral sin fecha de inicio. Cabe señalar que en Brasil, Perú, Ecuador y Panamá, los juicios terminaron hace más de dos años, con condenas a funcionarios y empresarios.

6.- Causa “Defraudación de fondos públicos por la Fundación Sueños Compartidos”. (Jueces Oyarbide y de Giorgi) Iniciada en 2011, se elevó a juicio oral hace tres años, ante el Tribunal integrado por los jueces Paillotti, Obligado y Martínez Sobrino, sin inicio a la fecha.

7.- Causas por “Espionaje ilegal de servicios de inteligencia”, con denuncias formuladas entre 2019 y 2022. El juez de Giorgi tiene cuatro de ellas, sin avances a la fecha.

8.- Causa “Lavado de dinero a través de la Inmobiliaria Los Sauces y Hotesur”. Tras el insólito cierre de la causa en el 2021 por los jueces Obligado y Grünberg, designados para llevar a cabo el juicio oral, la Cámara de Casación anuló esta decisión, y se designó un nuevo Tribunal integrado por Paillotti, Michilini y Canero, aún sin fecha de inicio.

9.- Causa “Firma del memorándum con Irán”. Dictada la falta de mérito por el Tribunal integrado por Michilini, López Iñíguez y Obligado, la Corte Suprema ordenó iniciar un nuevo juicio oral. Los jueces sorteados para el juicio fueron Basso, Giménez Uriburu y Ríos.

10.- Mega causa “Sobornos entre 2005 y 2015 a funcionarios por obras públicas” (Cuadernos), iniciada en julio de 2018 (jueces Bonadío y de Giorgi). Elevada a juicio oral el 21 de septiembre de 2019 ante el Tribunal integrado por Canero, Castelli y Méndez Signori, recién en diciembre de este año se decidió iniciar el juicio el 06 de noviembre de 2025.   

11.- Causa “Denuncia del empresario Echebest contra el abogado D`Alessio”, iniciada en febrero del 2019 (juez Alejo Ramos Padilla). Manipulada para afectar la causa Cuadernos (operación Puff), se elevó a juicio oral ante el Tribunal integrado por López Iñíguez, Namer y Toselli, sin fecha de inicio.

Si se presta atención a las causas, personajes, tiempos y resultados, se podrá desmenuzar más fácilmente las realidades que ocultan los discursos políticos, que mezclan corrupción, moral y ética, con toques de Patria y Pueblo, y simulaciones de sorpresa e indignación ante nuevas corrupciones..

Buenos Aires, 11 de diciembre 2024

Periodistas aturdidos

Analizar u opinar de modo entendible para todas las franjas socio-culturales el desenvolvimiento político hasta las próximas elecciones legislativas nacionales, implica explicitar las pautas empleadas, como sucede con las bibliografías destinadas a aprender a leer y escribir.  Se señalan las siguientes:

1) Las críticas que definen a Milei como histriónico, agresivo, agraviante y otros adjetivos similares se consideran válidas, pero debe prevalecer que es un presidente electo con grandes desafíos. En este marco se estima contradictorio catalogar a su gobierno de débil por carecer de gobernadores, intendentes y mayorías legislativas propias, y en simultáneo hacerlo principal responsable de acuerdos llamados “opacos”; cuando los desenvolvimientos legislativos muestran la necesaria participación directa o indirecta de gran parte de todos los sectores políticos en la toma de decisiones. 2) En política predominan dos filosofías: la aristotélica basada en que se debe propender al bien común (muy aplicadas en los discursos), y las de Maquiavelo que la centra en la lucha por el poder (“realpolitick”). A esta última se tomará como adecuada para nuestra realidad. 3) Se considerará incursos en la condición de “casta” a quienes mantengan cargos políticos en forma ininterrumpida durante 25 o más años, periodo de tiempo que define a una generación. Milei no entra en esta categoría, pero debe moverse y negociar entre castas. Muchos legisladores impresentables no son casta según esta regla temporal, sino producto de nepotismos y listas sábanas). 4) La libertad de prensa y opinión se mantiene indemne en nuestro país, pese a la baja calidad institucional. Los intentos de limitarla fueron neutralizados con éxito, por lo que no hay riesgo de que se impida al periodismo continuar con la trascendental tarea de brindar información consistente (o manipulada según el caso), para que los ciudadanos saquen sus propias conclusiones.

En el campo comunicacional se generó en las últimas dos décadas un cambio profundo, en especial en lo político. Los mensajes masivos responden a clásicas técnicas propagandísticas nacidas en las primeras décadas del siglo XX para influir en la opinión pública en general, o de un grupo social en particular, cumpliendo con la regla de ser Unidireccionales o Asimétricas, pues el emisor, sea político o periodista, era quien elaboraba y presentaba sus mensajes ante los ciudadanos, que actuaban como simples receptores pasivos. Hoy los mensajes se intercambian públicamente en forma permanente entre formadores de opinión y ciudadanos comunes, entre inteligentes y delirantes, sin jerarquías preestablecidas. La consecuencia es que casi forzados a interactuar en las redes, muchos políticos exhiben sus mediocridades y contradicciones a través de videos y tuits, y avezados y tradicionales periodistas dedicados al análisis político, intentan polemizar con “influencers” de moda incursionando en frívolas “batallas culturales”, o bien pierden la calma ante el cruce de agravios que los afecten en lo personal. Es así como Fontevecchia inició una causa penal contra Milei que fue rechazada por la justicia en base al principio de libertad de opinión, y que el periodista apeló ante la Corte. O que Longobardi sintiéndose verdaderamente afectado por frases de Milei, convirtiera en obsesivas sus críticas y entrevistas en contra del presidente. Lo cual promueve un interrogante: sabido que el periodismo recurre habitualmente al modo potencial para describir rumores y hechos con visos delictivos, cabría preguntarse si en lugar de decir “ensobrado” se dijera que determinado periodista “estaría ensobrado”, la frase dejaría de ser agraviante.  

Dada la importancia que el periodismo cumple en los campos de investigación, información veraz y opinión, es de esperar que periodistas de reconocida capacidad profesional recobren la estabilidad emocional y eviten ser monotemáticos, pues los necesitamos para analizar un proceso político inédito desde 1983, en donde bajo mandato ciudadano, un peculiar personaje dejó a los integrantes de históricas estructuras corporativas aturdidas y sin consenso popular, pero plenamente vigentes. Situación que transformó a la llamada “opacidad” de las relaciones políticas en escenografías públicas en las que diversos actores transparentan hipocresías y contradicciones, como mostraron las fracasadas sesiones para la aprobación de la mal llamada “ficha limpia”. Para lograrlo fue vital el servicio periodístico de algunos medios de comunicación, cuando a partir del tratamiento de la Ley Bases en febrero tomaron como norma publicar de modo gráfico y claro con identificación individual, las ausencias decisivas que impiden obtener quorum, o bien los votos determinantes o fluctuantes para aprobar o rechazar proyectos de leyes trascendentes. Estas identificaciones explicarían que la primera sesión por la “ficha limpia” fracasara por solo una ausencia, y en la semana siguiente el quórum no se alcanzara por 16 ausencias multipartidarias que supuestamente la promovían, con justificaciones que rozaron el grotesco. Una legisladora simulando llanto, otra exhibiendo apósitos en su brazo, un legislador con certificado médico en su bolsillo, y el juego de la butaca, en el que si un legislador se sentaba y daba quórum, otro se levantaba. Señores periodistas, ante estos espectáculos con Milei incluido, no se excedan en lamentos y actúen casi como corresponsales de guerra. La fuerte corrupción lo amerita.

Buenos Aires, 04 de diciembre 2024

¿Batalla o parloteo cultural?

Es momento de ir afinando la gimnasia analítica para iniciar el juego individual “Arme sus listas sábanas 2025”, consistente en suponer los nombres de siete primeros precandidatos a integrar las listas sábanas de los tres espacios políticos preponderantes, más un cuarto espacio armado de apuro bajo la clásica invocación federal. En esta etapa de ímpetus electorales, se inserta la creación de Organizaciones y Fundaciones teñidas de intelectuales y destinadas a librar una “batalla cultural”, y la abortada sesión legislativa en que por ausencia de un diputado, no alcanzó el quorum para tratar la aprobación de la llamada Ficha Limpia, hechos que se interrelacionan si se clarifica la diferencia entre educación y cultura.

Educación implica enseñanza y aprendizaje de conceptos básicos generales necesarios para el desarrollo de los individuos, en especial niños y jóvenes, como forma eficaz de generar responsabilidad social y reducir la pobreza, mientras que  Cultura refiere a creencias, valores y comportamientos grupales en un país, que abarcan aspectos históricos, religiosos, morales y artísticos, entre otros. Por lo expuesto, mientras educación implica enseñanza racional de conceptos básicos comunes o específicos, cultura supone diversidad y debate, por lo que trasladado a la política, las batallas culturales intentan convencer y subyugar sin educar, utilizando reglas clásicas de la propaganda, en la que abundan escenografías, grandilocuencias verbales y distorsiones conceptuales. No en vano en los debates, escasos de ideas, predominan los términos zurdos, fascismo, camisas negras, y simbologías similares.

Un ejemplo de que en la política criolla no abunda la educación básica es el debate en diputados por el instrumento legal llamada ficha “limpia”, pues no se puede llamar “limpia” a lo que habilita ocupar cargos públicos a quienes tengan una condena firme por corrupción, y se duda si aprobarla con dos condenas. También brinda datos valiosos la ausencia de un solo diputado/a para obtener quorum en el tratamiento de la mal llamada “ficha limpia”, pues ratifica que para formar opinión consistente, deben observarse las acciones, discursos y reacomodamientos de los 355 políticos que elegidos por el voto popular, asumen la responsabilidad de concretar reformas virtuosas, o bien sostener privilegios e impunidades, que en el caso de los legisladores se transparentan según voten o se ausenten, y no por como declaran. Y recordar que cuando las votaciones o quórums se definen con números ajustados, es habitual que las negociaciones previas sean más intensas, y de ser necesario, incluyan elegir a quienes individualmente sea con silencio o excusas banales, asumiránlos costos de sus ausencias. Para estos análisis, cabe destacar el valioso aporte que están brindando algunos medios gráficos, al indicar individualmente como votan o se ausentan diputados en el tratamiento de temas trascendentes. Considerandoque los bloques de Unión por la Patria y de Izquierda (104 diputados), mantienen una oposición cerrada a todo cambio, vale poner la mirada en los llamados dialoguistas, federales, innovadores y demócratas. En el tratamiento de “ficha limpia” se citan seis ausencias: Manuel Aguirre, de Corrientes (UCR); Carlos García, de Chaco (oficialismo); Mónica Frade, de provincia Bs. As. (Coalición Cívica); José Nuñez, de Santa Fe (PRO); Esteban Paulón y Florencio Randazzo, de provincia Bs. As. (Encuentro Federal).

Retomando la efervescencia cultural, cuya preocupación de las caras visibles es integrar listas sábanas para no quedar desguarnecidos dando cursos barriales de formación cívica, cabe señalar tres grupos: 1) Espacios oficialistas, como Fundación Faro conducida por Agustín Laje, y Las Fuerzas del Cielo cuya cara visible es el “influencer” apodado Gordo Dan; 2) quienes desde el llano desean reingresar a los confortables cargos legislativos, entre ellos el novel Movimiento al Desarrollo, conducido por Rodríguez Larreta; 3) A quienes se les vence el mandato en el 2025, y sus votos pueden usarse para presionar y/o negociar (Lousteau, Manes) En el oficialismo es razonable que se pretenda conformar una estructura de extensión nacional propia, pero es de esperar que con candidatos más consistentes, pues los partidos tradicionales pueden darse el lujo de incluir impresentables, dado que cuentan con soportes corporativos desde hace décadas. Posibilidad que Milei, aun incrementando su planta legislativa, no tendrá hasta el fin de su mandato.

Buenos Aires, 27 de noviembre 2024

Justicia zarandeada

Aplicar principios de educación básica para que las argumentaciones políticas sean mayoritariamente comprensibles, como cuando para aprender a leer y escribir la palabra “oso” debía coincidir con la imagen de un oso, se dificulta ante temas centrados en conceptos abstractos como Justicia, y su soporte institucional Poder Judicial. Lograrlo implica analizar en base a hechos de conocimiento público, en lugar de sumergirse en complejidades jurídicas. Para detectar falacias, ayuda la fragmentación política que deja sin caparazones partidarios a los legisladores, presentándolos desnudos cual rey de la conocida fábula, lo que los obliga a transparentar sus responsabilidades e intenciones individuales en cada votación, como sucediera en la realizada en abril de este año, en la que los senadores incrementaran sus dietas. A ello se agrega que la cadena de relaciones e intereses tradicionales fue afectada por la aparición de un eslabón perdido llamado Milei.

Sin embargo, es necesario comenzar con una asociación entre palabra e imagen para interpretar el concepto justicia, recurriendo para ello a la historia. El código de justicia más antiguo conocido se remonta al año 1750 antes de Cristo, elaborado sobre piedra por el rey babilónico autócrata Hammurabi, lo que explica su perdurabilidad. Destinado a mantener la armonía y resolver los conflictos entre sus súbditos, predominantemente analfabetos, se destacaba por la claridad de sus normas sin capciosas interpretaciones, la permanencia en el tiempo y equidad en su aplicación, condiciones que en nuestra sociedad no cumplen quienes deben diseñar y aprobar leyes virtuosas y equitativas (poder legislativo), y aplicarlas eficientemente en tiempos razonables (poder judicial). Por lo que en un contexto de convicciones políticas líquidas, malas praxis judiciales y una consolidada cadena de impunidades, cabe hablar de Justicia apalancados en tres hechos vigentes: la postulación de Ariel Lijo como juez de la Corte, la condena en segunda instancia de Cristina Kirchner y otros funcionarios por corrupción, y el debate legislativo para implementar la Ficha Limpia para ocupar cargos públicos.

La postulación de Ariel Lijo vía Poder Ejecutivo desnudó hipocresías discursivas de muchos legisladores, pues ratificó que en la designación de jueces no caben idealismos aristotélicos que prioricen verificar rectitud, imparcialidad, honestidad y ecuanimidad, sino que son producto de negociaciones que intercambian candidatos según fidelidades y conveniencias. Al punto que quienes sueltos de lengua para degradar a propios y extraños, ante consultas respecto a cómo votarían dicha postulación, prefieren reservarse la opinión. Pero el caso Lijo promueve un interrogante preocupante: si Lijo no es moralmente apto para juez de la Corte, como puede serlo para seguir siendo juez federal. Y en busca de una respuesta, qué rol cumple el Consejo de la Magistratura al respecto, que desde 1998 debe responder por los procesos de selección primero, y desempeños que impliquen sanciones o remociones posteriormente.  

En cuanto a la ratificación de la condena de Cristina Kirchner por corrupción, y sin detenerse en alquimias defensivas medievales modernizadas como la palabra “lawfare”, la causa Vialidad Nacional permite entender que el término “corrupción” no es aplicable solo en el campo penal, con funcionarios públicos y privados asociados en una trama diseñada para enriquecerse a costa de recursos del Estado, sino que para concretar estos saqueos, es necesario transitar un largo circuito administrativo integrado por personal no jerárquico, gremialistas, opositores y contactos  judiciales de ser necesario, que “dejan hacer y dejan pasar” sea por el otorgamiento de beneficios no punibles, como privilegios y prebendas legales, o simplemente por miedo. La causa Vialidad contiene todos los condimentos posibles en este circuito: un organismo central licitante de obras específicas, empresa contratista predominante creada para la canalización de recursos durante doce años, relaciones personales y comerciales entre funcionarios y empresarios, anticipos financieros sin garantías ejecutables, y descontrol en los seguimientos de avances de obra. Configurando lo que Max Weber denominaba Estados patrimonialistas, que “dan vía libre al enriquecimiento de sus funcionarios, cortesanos, favoritos, gobernadores, mandarines, recaudadores de contribuciones, procuradores y vendedores de gracias de toda clase”.

Finalmente, un debate legislativo demuestra que se pueden explicar hechos políticos de modo que sean racionalmente entendibles por quienes cursan la enseñanza básica. Supongamos una maestra/o que muestra a los alumnos tres cartulinas de 20×20 cm. llamadas “fichas”; una es toda blanca, la segunda tiene una mancha, y la tercera dos o más manchas. Los interpelados posiblemente digan que la primera está limpia, la segunda manchada y la tercera sucia. Nuestros legisladores en cambio, quizás con espíritu de autopreservación, discuten fervorosamente cuantas manchas deben tener las llamadas Fichas Limpias, para impedir que los condenados por corrupción puedan acceder a cargos públicos.

Buenos Aires, 20 de noviembre 2024

El turismo político une

La elección presidencial en Estados Unidos pareció adquirir gran importancia para más de 25 legisladores, funcionarios provinciales e incluso judiciales de distintos signos políticos, que se trasladaron a dicho país en pleno tratamiento del presupuesto nacional, para “vivir en primera persona el proceso electoral norteamericano, y participar en charlas y debates”, objetivo que con la multiplicidad de fuentes e interacciones informativas que brindan los medios digitales, puede lograrse a distancia con mayor eficacia en el uso de recursos públicos y tiempo empleado. Un dato a tener presente en el armado de las próximas listas sábana, es que se ratifica que en ámbitos distendidos como los generados en viajes de turismo político, no existen grietas irreconciliables.

Para quienes no pudieron viajar, también la elección estadounidense presenta aspectos útiles para interpretar nuestra coyuntura, relacionados con encuestadoras y analistas políticos. En un país con un bipartidismo consolidado y cuna de las encuestas metodológicas (empresa Gallup creada en el año 1935), estas fallaron ostensiblemente en sus predicciones, al presentarla como la elección americana más pareja de la historia. La sorpresa no fue el triunfo de Trump, sino lograrlo en cantidad de votos individuales, bancas legislativas y predominio casi total en los diversos estados. Por el contrario, la sorpresa de Milei es haber triunfado sobre estructuras de poder tradicionales, sin poseer una propia de extensión nacional. Ello implicó que pese a tener el 56% de votos individuales, cuenta con representaciones legislativas minoritarias, y no posee gobernaciones e intendencias propias, por lo que se lo define como un gobierno débil. Las similitudes entonces se reducen al término “sorpresa”, pero no se extienden a lo institucional y económico.

Las semejanzas plenas surgen en la caracterización que analistas e intelectuales hacen de Trump y Milei: autoritarios, excéntricos, fascistas, peligro para la democracia, misóginos y racistas, entre otros adjetivos. Ante tamaño desborde conceptual, y en aras de la simplicidad argumentativa, vale imaginar a un niño de la escuela primaria que apelando a la sana curiosidad infantil preguntara: ¿si los candidatos son tan malos, porqué derrotaron claramente a sus opositores? Mientras los estadounidenses están abocados a formular una respuesta consistente, integrantes de nuestro establishment político empobrecedor parecieran ignorar que existe más del 50% de pobreza, indicadores económicos-sociales que nos sumergen en los últimos lugares de toda tabla comparativa entre países de reconocidos organismos internacionales, y en donde el concepto Patria lo invocan quienes usufructúan privilegios.

Como intelectualidad y transmisión comprensible de conceptos no son contradictorios, cabe citar una expresión simple del brillante pensador, escritor y polemista recientemente fallecido Juan José Sebreli, al confesar “voté a Milei a mi pesar, para no votar a Massa”, quien representó a un peronismo kirchnerista que a lo largo de dieciséis años de gobierno y cinco de oposición demostró su raigambre elitista, conservadora de privilegios e impunidades. Pero la frase debiera interpelar, entre otros, a Larreta, Lousteau, Pichetto, Manes, Monzó, Carrió y Schiaretti, quienes se presentaron ante la sociedad como “el cambio”, y hoy en lugar de promoverlo legislativamente por sí o a través de quienes les responden, lo obturan con excusas asentadas en modos y perfiles psicológicos de Milei.  En este punto surge una hipótesis inquietante, que alcanza a políticos y analistas con independencia de fluctuantes ideologías y ropajes partidarios de ocasión, basada en que la resistencia a desactivar la matriz del empobrecimiento no es solo del kirchnerismo, sino también de quienes más hipócritas, plantean “estar de acuerdo con el fondo, pero no con las formas”, y emplean una estrategia comunicacional destinada a disimular esta resistencia distrayendo a la opinión pública con discusiones banales, escenificaciones ridículas y obsesiones personales.

Para develar esta hipótesis juega un rol esencial el periodismo, formador de opinión y comunicador natural de los acontecimientos. En el periodismo político coexisten la opinión (es subjetiva), información (con datos certificados o fuente reconocible), investigación (es especializada y compleja) y espectáculo (cruces de insultos, frases infantiles, escándalos). ¿Muchos actores no estarán sustituyendo opinión, información y aporte político con espectáculo?

Buenos Aires, 13 de noviembre 2024


Preescolar universitario

Preescolar es la etapa educativa previa a la enseñanza primaria, por lo cual pareciera un contrasentido relacionarla con la educación superior. Sin embargo, si el debate acerca del financiamiento de las universidades estatales se analiza con un sentido abarcador asociado a la problemática educativa general, esta relación cobra sentido. Para explicarlo, los argumentos más complejos de la actividad universitaria deben adaptarse a los de la enseñanza básica inicial, socialmente igualadora, que deben ser útiles, simples, comprensibles y veraces. En este caso, las palabras perro, gato y pelota, por ejemplo, que en la enseñanza básica no se discuten, se reemplazan por autonomía, autarquía y auditoría, causantes de intrincados debates entre las máximas instancias educativas formadoras de dirigencias estatales y privadas.

A diferencia de los niños, los adultos suelen disimulan intenciones invocando actitudes principistas. Una forma de detectar incongruencias es jugar con palabras y números. Por ejemplo:

El Estado te cuida + la Patria sos vos = pobreza 41,7% en el año 2023

Como cuando el rector de la Universidad doctor Gelpi, expresa que “queremos ser auditados todo lo necesario, pero en el marco de las leyes e instituciones”, o el senador Lousteau, que ante el decreto ómnibus de transformaciones estructurales, declaró que “estoy de acuerdo con el fondo, pero no con las formas”, sin que a la fecha haya explicitado que transformaciones apoya. De igual modo, la polémica universitaria presenta una matriz similar a todo debate que afecte intereses y privilegios de instituciones relacionadas con fondos públicos, como ausencia o distorsión de datos oficiales consistentes, y estrategias discursivas grandilocuentes. Tales hipocresías impiden aprender en base a una coherencia lógica entre palabra, imagen y concepto, por lo que a nuestro utópico aprendiz infantil solo le cabe el saludable ejercicio de la curiosidad, y preguntar: ¿auditar qué? ¿El presupuesto del 2023, y cotejarlo con lo realmente ejecutado? ¿Existe el balance de cierre, y de ser así, porqué, con o sin auditoría, no se lo hace público para conocimiento de profesores, alumnos y la sociedad que aporta los recursos?Evidentemente, el problema no es qué organismos pueden auditar.  

Como estos interrogantes no lo clarifican las autoridades responsables, en lugar de opinar suponiendo o inventando, cabe formular una ruta analítica que comience por definir a modo diccionario las palabras en debate. Autarquía: autosuficiente, autónomo, independiente. Esta condición no se ajusta a quienes dependen de recursos públicos. Autonomía: es una descentralización que permite fijarse sus propias normas, y administrar por sí mismo los recursos públicos otorgados en el presupuesto nacional, que usualmente incluye restricciones entre lo pedido y lo otorgado. Auditoría: es una revisión contable, de requisitos y gastos establecidos en el presupuesto que adjudicó los fondos, respecto a lo realmente ejecutado. Lo señalado puede transmitirse a los alumnos de la primaria, con un ejemplo: si el niño depende de sus padres, quienes le dan una cuota semanal para el cine, revistas y golosinas, no es autosuficiente. Pero tiene autonomía para redistribuir dicha suma entre los gastos previstos. Si del control de gastos por parte de los padres (auditoría), surge que el dinero se usó para comprar droga, el acuerdo quedará caído, y se analizarán correcciones y sanciones. El planteo no convencerá a políticos y autoridades; pero sin duda el niño lo entenderá.

Lo relevante es asumir que la problemática se inicia con el presupuesto nacional que distribuye los recursos públicos, lo que genera un desafío para legisladores acostumbrados a trabajar sin ítems detallados fidedignos y sin criterios de optimización de recursos, sino jugando a la tómbola de los porcentajes (x % del PBI) o actualizando gastos con índices de inflación, práctica que alcanza a todas las reparticiones, organismos y empresas públicas por igual. Por ello el presupuesto nacional 2025 a diseñar bajo el saludable objetivo de no tener déficit fiscal, que suele alimentar privilegios y empobrecimiento de los ciudadanos, exigirá un trabajo inédito y altamente profesional. Durante la tarea legislativa, el ciudadano no deberá deslumbrarse ante quienes declaren “apoyo el déficit fiscal cero”, sino prestar atención a lo que se propone y como se vota.

Buenos Aires, 06 de noviembre 2024

Sábanas políticas argentinas

A poco más de seis meses de que se definan las listas a presentarse en las elecciones que pondrán en juego 127 diputados y 24 senadores nacionales, los ámbitos políticos, ajenos a las urgencias sociales, están febrilmente dedicados a la lucha para ubicarse en las sábanas legislativas 2025. En lo discursivo abundan términos tales como  traidor, colaboracionista, desequilibrado mental y desagradecido, en tanto el muñeco para el “pegue y gane” del parque de diversiones es el presidente de turno. Es momento entonces que el ciudadano común analice las coyunturas políticas próximas a través de un metafórico juego de mesa llamado “Arme sus listas sábana 2025”, acotadas a las candidaturas de la Ciudad y Provincia de Buenos Aires por su peso electoral y toma de decisiones de impacto nacional, pero adaptable a las condiciones locales de distintas provincias. Consiste en una grilla subdividida en cuatro sectores, perteneciendo tres de ellos a las coaliciones de mayor peso electoral, y el cuarto oficiando de comodín, destinado a autoproclamados “moderados” que insistirán en presentarse de apuro como opción innovadora de centro. Cada sector contendrá siete casilleros, en los que se ubicarán fichas con los nombres de cinco supuestos primeros precandidatos a diputados y dos a senadores en la Ciudad, y siete diputados en la provincia, pues no eligen senadores. El juego finalizará quince días antes del cierre de listas, cotejándolas con las finalmente oficializadas, y otorgar a cada jugador un punto por acierto, marcando el puntaje final la calidad analítica del ciudadano.  

Al no ser un juego de adivinación, deberán observarse críticamente los discursos, conflictos y reacomodamientos políticos en busca de alternativas asociativas, para recién comenzar a mover las fichas en los primeros meses del próximo año. En cuanto a las reglas, que existen en todo juego, en este caso adquieren el rasgo de sugerencias. Como un nombre puede pasar de una coalición a otra fácilmente, no es aconsejable atarse a simbologías tales como PJ, UCR, Libertad, Renovador, Federal, o similar. Tampoco subyugarse con amontonamientos basados en el simplismo de “estar a favor o en contra de”, pues es una estrategia de quienes pretenden disimular su objetivo de que nada cambie. Por el contrario, abundarán los que en química se denominan radicales libres, que son átomos que disponen de uno o varios electrones de existencia independiente y corta vida altamente inestables, que se asocian fácilmente a otras moléculas provocando reacciones con distintos resultados y consecuencias. Serían como futbolistas que quedaron o quedarán libres en 2025, y buscan incorporarse a otros equipos.

Las internas radicales en provincia de Buenos Aires y del peronismo a nivel nacional para definir autoridades partidarias operativamente irrelevantes, dados los cruces de denuncias de fraudes e irregularidades administrativas, hace suponer que se valoran solo para ejercer autoridad en el armado de las listas sábanas. Los nombres elegidos para identificar agrupaciones internas ratifica el apego de las dirigencias a las grandilocuencias semánticas: “Primero la Patria” la lista de Cristina Kirchner para la presidencia del PJ, y “Democracia para Siempre” el bloque legislativo separatista radical del tándem Lousteau-Manes. Esta coctelera incluye a la Libertad Avanza, con muchos de sus legisladores/as dedicados a actuaciones faranduleras en lugar de promover  leyes virtuosas. Para los juicios de valor sobre cada precandidato, se tendrá presente que la renovación legislativa se producirá recién en diciembre 2025, por lo que lo relevante será detenerse en cómo los 329 legisladores en ejercicio votan leyes socialmente transformadoras, o las obturan en defensa de privilegios injustos y ruinosos, y no por lo que declaran.

En rol de analistas, es oportuno que cada ciudadano regularmente genere un espacio de reflexión, que bien describía el escritor Ray Bradbury: “Apaguen todo. Patrullen la casa para desconectar los enchufes de la televisión, la radio, el fax, la computadora que transmite el correo electrónico e Internet. Vayan a sentarse al porche con un vaso de vodka con limón, una libreta y un lápiz, y piensen de verdad”

Buenos Aires, 30 de octubre 2024

Discurso e imagen en política

Rata, corrupto, traidor, Judas, maricón, mentiroso, ensobrado, idiota, sinvergüenza, vende patria, chorro, inútil, son entre otros, términos habituales en los debates legislativos, políticos, e incluso periodísticos, que suelen acompañarse con excelentes actuaciones gestuales que simulan indignación y enojo ante la degradación social, que desde sus posiciones privilegiadas, los simuladores supieron generar. En estos espectáculos brindados por dirigencias desacreditadas y bajo tensiones electorales, no se pueden ocultar sus decadencias y falacias, pese al uso de reglas básicas de la propaganda política moderna desarrollada en las primeras décadas del siglo XX, como la de Simplificación (ejemplo, “la Patria no se vende”), Enemigo Único (Macri, Cristina o Milei), Exageración (destrucción del país), Orquestación (frases fácilmente recordables a ser repetidas por distintos medios y personajes), y Unanimidad (presión del grupo por sobre la opinión individual). Tal fracaso se debe a que se incumple con el principio de que toda propaganda política exitosa debe diseñarse en base a una coherencia entre antecedentes, discursos, imágenes y simbologías empleadas. En lo discursivo, el fracaso se refleja en la imposibilidad de llevar a cabo el consejo de Maquiavelo respecto al modo en que los príncipes deben cumplir sus promesas: “Todos sabemos cuán digno de alabanza es que el príncipe mantenga la fe dada y viva con integridad y sin astucia. Si bien no es preciso que un príncipe posea todas las virtudes citadas, .es indispensable que aparente poseerlas”. Simulación de imposible cumplimiento por quienes durante décadas llevaron al país a su decadencia.

Las incongruencias se evidenciaron en la conmemoración del 17 de octubre de 1945, conocido como “Día de la Lealtad peronista”. Los recurrentes oportunismos ideológicos y partidarios hace más verosímil asimilar el término Lealtad al de Hipocresía, vicio aplicable al espectro político en general. En Berisso se realizó el acto central encabezado por el gobernador Kicillof, con tradicionales dirigentes canosos y enriquecidos en el palco. Su discurso se centró en la actualidad nacional y partidaria, recordando a Perón solo en el cierre, cuando Kicillof, que nunca fue peronista, lo vivó con entusiasmo. El gobierno por su parte, presentó un video que no recordaba a Perón sino a la gestión de Menem, en tanto la vicepresidenta Villarruel, en entrevista personal y busto en el Senado, reivindicó a María Estela Martínez de Perón como primera mujer presidente constitucional de nuestra república. En el mismo día, ratificando la simbiosis existente entre fútbol y política, por aclamación para no repetir el papelón de la última votación secreta que con 75 presentes terminó empatada en 38, en el predio de la AFA fue reelegido como presidente del organismo Claudio Tapia, alias “Chiqui” o “Comandante”, cuando aún le quedaba un año de mandato, y cual Maduro adelantando la Navidad en Venezuela, se anularon los descensos de esta temporada en pleno campeonato, y se amplió a cinco mandatos sucesivos la posibilidad para ocupar cargos electivos.

Recordar los principios de la propaganda política no es incongruente con señalar la dificultad de nuestros políticos para emplearlos con eficacia, pues permite tener presente un principio universal en pleno uso, que indica que toda propaganda política masiva debe establecer su nivel intelectual según la capacidad de comprensión del más limitado de aquéllos a quienes se dirige; vale decir, tanto más bajo cuanto más grande sea la masa de personas a convencer, lo que explica la pobreza de los discursos en general, y en actos públicos en particular. Pero este principio de simpleza comunicacional puede cobrar valor si  en lugar de usarlo solo para convencer, se lo empleara para educar, recordando que para aprender a leer y escribir, la coherencia entre palabra, imagen y realidad era ineludible. Perro, por ejemplo, debía coincidir con la imagen de un perro. Por el contrario, el eslogan “la Patria sos vos” propagado por políticos enriquecidos y empobrecedores, solo genera hartazgo social.

Buenos Aires, 23 de octubre 2024