YPF para todos y todas

La última reflexión titulada “Oro negro con guantes blancos”, concluía con un interrogante: ¿cómo lograr que un tema complejo como el de YPF sea comprendido por la mayoría de la ciudadanía? El paso inicial no difiere del aplicado en sectores profesionalizados: partir de un armado cronológico de datos concretos y veraces, carente de adjetivos y opiniones anexas. En este caso, se cumple con dos objetivos necesarios: 1) que la información de base sea la misma y masivamente compartida; 2) que el ciudadano elija fuentes de consulta que ratifiquen, corrijan o amplíen dichos datos. Bajo este principio se detalla el ordenamiento cronológico del caso YPF, que se desarrolló a lo largo de 33 años (superior a una generación), desde la privatización de Menem en 1992, hasta el fallo de la jueza norteamericana Preska en junio de este año.

Cabe una observación preliminar de carácter subjetivo. En la reestatización del 51% de YPF decidida por el gobierno de Cristina Kirchner, un hecho explica que en el campo político las “grietas” no sean definitivas, pues votaron en contra tres mujeres de alineamientos políticos distintos, como Elisa Carrió, Graciela Camaño y Patricia Bullrich. Por el contrario, y considerando los vicios legales que dieron lugar al juicio contra YPF y el Estado argentino, como legisladores votaron a favor dos conocidos abogados: Gil Lavedra y Luis Juez. Dicho lo cual, se detalla el armado cronológico del caso.

Año 1990.- En diciembre se decretó la transformación de YPF de empresa estatal a sociedad anónima. Creada en 1922, era la única petrolera estatal del mundo con pérdidas.

Año 1992.- En septiembre, por ley 24.145 se aprueba la privatización de YPF. Inicialmente existía la llamada acción de oro, que permitía al Estado controlar decisiones estratégicas, e impedía la venta mayoritaria a terceros sin su aprobación. Como se transfirió a las provincias el dominio público de los yacimientos de hidrocarburos, y con la venta se pagaron las regalías mal liquidadas, la privatización tuvo el entusiasta apoyo, entre otros, de los gobernadores patagónicos de Santa Cruz con el peronista Kirchner (la provincia recibió 638 millones de dólares); de Chubut con el radical Maestro, y de Neuquén con el provincialista Sapag. Y votaron a favor entre otros, los entonces diputados Parrilli, Solá, Yoma, Gioja y Juan Pablo Cafiero.

Año 1993.- El Estado mantenía el 20 % de las acciones y la acción de oro, y un 12 % quedaba en manos de los estados provinciales.

Año 1998.- El sector privado alcanzó casi el 75 % de las acciones, ​aunque el Estado mantenía la acción de oro. En este año se privatiza el Banco Santa Cruz en favor de Enrique Eskenazi, luego de que el Estado se hiciera cargo de un pasivo de 200 millones de dólares.

Año 1999.- La empresa española Repsol se hizo con el control del 97,81 % de YPF por oferta pública de adquisición, por un monto de 13.437 millones de euros,​ dando lugar a Repsol YPF. Fuera de la exposición pública, la acción de oro había desaparecido.  

Año 2002.- Comienza una distribución excesiva de utilidades, incumplimiento de inversiones, enajenación de bienes y remuneraciones extraordinarias a directivos.

Año 2006.- El Banco de Santa Cruz, con la familia Eskenazi como dueños mayoritarios, actúa como administrador del fideicomiso de parte de los 638 millones de dólares recibidos por la privatización de YPF realizada por Menem.

Año 2007.- En julio son creadas en España al mando de Enrique Eskenazi las sociedades de energía Petersen, que en diciembre compró el 14.9 % de Repsol YPF, y al año siguiente el 10,1%, para lo cual obtuvieron créditos de siete bancos europeos y de la propia Repsol, liderados por el Credit Suisse, a devolver con las utilidades de las acciones.

Año 2010.- El 27 de octubre muere Néstor Kirchner.

Año 2011.- Para el 31 de diciembre el Grupo Petersen poseía el 25,46 % de YPF, la compañía Repsol el 57.43 %, el Estado argentino el 0.02 %, y el resto de las acciones en manos de inversores privados. En ese entonces ​YPF ya no producía petróleo y gas suficiente para abastecer su demanda.

Año 2012.- Cristina Kirchner anunció en abril por cadena nacional la estatización vía decreto del 51% de las acciones en poder de Repsol, sin aplicar la ley de utilidad pública e indemnización previa, y sin observaciones del secretario legal y técnico de entonces, Zannini. No se incluyó al Grupo Petersen de la familia Eskenazi, y los ministros Kicillof y de Vido no ejecutaron la oferta pública de compra de las acciones entre quienes ya poseían acciones, según lo establecido en los estatutos, El grupo Petersen se presentó en concurso en su sede en España, pues sin cobrar dividendos no podían pagar los créditos. El Congreso avaló la expropiación de YPF por ley 26.741, con 208 votos a favor, 32 negativos, 6 abstenciones y 11 ausencias. Entre los votos a favor se destacan Luis Juez, Recalde, Larroque, Solá, Pichetto, Gil Lavedra, De Pedro y Sanz. En contra votaron Carrió, Patricia Bullrich, Graciela Caamaño y Juan Carlos Romero. Se abstuvo Prat Gay, y se ausentó Stolbizer.

Año 2014.- La petrolera española Repsol acordó una indemnización con el ministro Kicillof por unos u$s 5.000 en bonos garantizados.

Año 2015.- A través del administrador del concurso, el Grupo Petersen vendió en 15 millones de euros sus derechos a reclamar ante la Justicia de Estados Unidos por la expropiación de YPF a una subsidiaria de Burford Capital, que es un grupo especializado en litigios financieros. De inmediato, Burford al igual que las empresas Petersen, presentaron una demanda contra el país e YPF. En defensa del Estado, el procurador del Tesoro Saravia Frías durante el gobierno de Macri, presentó ante la Justicia norteamericana el procedimiento discovery, mediante el cual deben abrirse todos los archivos de la transacción, para encontrar elementos de corrupción, acción que fue desestimada por el gobierno de Alberto Fernández.

Año 2018.- En julio la Corte de Nueva York rechazó el pedido argentino de trasladar el juicio a Buenos Aires. La Unidad de Información Financiera presenta ante el juez federal Ariel Lijo una información financiera con movimientos inusuales de fondos en YPF, que hacía presumir un vaciamiento. En este juzgado ya existía una denuncia de Elisa Carrió en el mismo sentido presentada en el año 2007. El juez no produjo avances investigativos.

Año 2025.- En junio la justicia estadounidense ordenó al Estado Argentino que entregue el 51% de las acciones de YPF a beneficiarios del fallo por la expropiación de la compañía, como parte de la sentencia en la que el país fuera condenado a pagar 16.100 millones de dólares. El pasado 14 de julio la Justicia de Estados Unidos volvió a fallar en contra de la Argentina, al rechazar el pedido de suspender la orden que obliga al Estado argentino a transferir el 51% de las acciones a los beneficiarios que demandaron al país.

Buenos Aires, 16 de julio 2025

Oro negro y guantes blancos

La energía es un componente ineludible para el desarrollo de un país. El petróleo, por su valor energético y origen de conflictos bélicos, es llamado oro negro, y por lo tanto objeto de interés de las mafias, que el politólogo italiano Gaetano Mosca llamara “estructuras de poder paralelas que surgen por incapacidad o complicidad del Estado”. Mafias que cuando el botín son recursos públicos, deben insertarse en el Estado manejando áreas claves. Por negociarse los saqueos en cómodas oficinas y lujosos restaurantes en lugar de ensuciarse en sangrientos tiroteos y matanzas, los funcionarios, empresarios, jueces y legisladores partícipes por acción u omisión, son llamados ladrones de guantes blancos. En este contexto debe analizarse la decisión de la jueza norteamericana Preska de pagar u$s 16.000 a quienes litigaron por la parcial estatización defectuosa o corrupta de YPF, o la entrega inicial del 51% de las acciones.    

Intentar que las explicaciones o argumentaciones en un tema sean comprensibles para la mayoría de los ciudadanos, implica explicitar los criterios generales a utilizar para ello, comenzando por el mundo de la comunicación, a través del cual la inmensa mayoría de ciudadanos carentes de información privilegiada, puedan obtenerla parcialmente, tras lo cual afrontan el desafío de procesarla, separando lo veraz y útil de lo falaz e irrelevante. Si bien esta tarea se supone compleja, los avances tecnológicos como redes sociales e inteligencia artificial generan cambios en simultaneidad de propagación de mensajes, velocidades, alcances, y manipulación de imágenes, pero en lo político mantienen las técnicas y tácticas de la propaganda diseñada para manipular a la opinión pública nacida en las primeras cinco décadas del siglo veinte, basada en mensajes simples y en general superficiales dirigidos a lo emocional, orquestándolos para su repetición constante. Cabe distinguir cuatro ámbitos periodísticos: información (hechos y datos, veraces o no); opinión (siempre es subjetiva); investigación (exige una formación profesional específica y en muchos casos soportes económicos importantes), y espectáculo (lo formativo o informativo se mezcla con escándalos, agravios y adjetivos). En este último aspecto, dada la mimetización que al respecto se está produciendo entre políticos y periodistas en el uso creciente del insulto como recurso discursivo, con términos tales como mandril, chorro, pelotudo, tuje, mafioso, o los supuestamente más civilizados como autócrata, emperador, mesiánico, loco, populista de extrema derecha. El contagio hace suponer que políticamente se siguen estrategias de inserción popular, y periodísticamente ganar audiencias y sostenerse empresarialmente. Sea como fuere, y considerando que dichos escándalos no aportan a la solución de los graves problemas económico-sociales, y para salvaguardar la libre opinión, estos espectáculos podrían incluirse en las crónicas de la farándula, pues bien analizado, no son distintas las peleas entre Wanda Nara y la China Suárez, o entre las diputadas Lila Lemoine y Florencia Carignano. En lo escenográfico, tras el exabrupto de Espert contra Florencia Kirchner, funcionarios del conurbano tirando bosta frente a la casa del diputado. A todos ellos, también los asemeja que gozan de buenos ingresos.

Es importante señalar que la óptica analítica bajo la cual se realizarán las reflexiones o formularán hipótesis, no será la política idealizada en pos del bien común planteada por Aristóteles, sino la realista extrema en pos del poder según Nicolás Maquiavelo, al menos mientras subsistan las consolidadas mafias saqueadoras de recursos públicos.

Para cerrar, una ejemplificación que provee varias aristas analíticas. De la conferencia brindada por Kicillof para clarificar su rol en la estatización mayoritaria de YPF, se destaca su simplicidad argumentativa carente de datos y cifras concretas, y el emplear el recurso mafioso de la duda, cuando sugirió que “Milei tiene vínculos con el fondo litigante Burford, al que investigará en detalle”, lo que expone una contradicción: ¿investigará en detalle a Burford quién no supo detectar el vaciamiento de YPF? El tercer aspecto es el más importante a futuro, y es no ubicar en el altar de los sacrificios solo a Kicillof, a los Kirchner o a Menem inclusive, para calmar el enojo de los dioses, dado que no son lobos solitarios, sino contaron con la intervención de consolidadas organizaciones del sistema político-mafioso estatal.  

Para la próxima reflexión un desafío: ¿cómo transmitir la complejidad del tema YPF, cumpliendo el requisito de que sea comprensible para la gran mayoría de los ciudadanos?

Buenos Aires, 09 de julio 2025

Bingo electoral legislativo

En el marco del desenvolvimiento político marcado por las elecciones legislativas nacionales y provinciales, se reflexionará respecto al armado de listas partidarias de modo entendible para todos los niveles socio-culturales, sobre la base de que “2+2=4” es una verdad irrefutable, pese a que pícaros políticos para introducirnos en el campo de la confusión, falacias y propaganda, afirman que no siempre lo es. Vale detectar entonces algunos de los recursos utilizados en la presente campaña, que partiendo de lo estrictamente numérico, a nivel nacional se elegirán 127 diputados y 24 senadores. Por su fuerte incidencia numérica y política, y transparentar los vicios y consecuencias de las inamovibles listas sábana, el análisis se remitirá a las elecciones legislativas nacionales en la Ciudad y provincia de Buenos Aires, y las provinciales en este último distrito.

El 7 de septiembre se elegirán 46 diputados y 23 senadores locales en provincia de Buenos Aires, con oficialización de listas el 19 de julio. Y a nivel nacional, 35 diputados por la Provincia y 13 por la Ciudad, con oficialización de listas el 17 de agosto. Lo que ardorosamente se discute en estos días no son leyes de interés nacional o anulación de privilegios, sino integración y posiciones en las listas, priorizando las que aseguran obtener la diputación. Como compensación a los que no logran integrar las listas de los tres navíos partidarios preponderantes, que hoy podrían llamarse Fuerzas del Cielo, Desunidos por la Patria y Separados por el Cambio, los eventuales acuerdos llamados patrióticos suelen como consuelo incrementar organismos y cargos públicos innecesarios. Los políticos de espacios menores o repitentes que no lograron subirse a alguno los tres navíos, para subsistir intentarán armar de apuro una oferta tipo balsa, que se comercializa como “centro”. Cerradas las listas sábana, el día de las elecciones se supone que el voto popular determinará quienes accederán a una banca, y autodenominarse integrantes “de la forma representativa republicana federal”, según el Artículo 1° de la Constitución Nacional. ¿Pero los elegidos son realmente representativos?  

Para dilucidar el interrogante ejemplifiquemos con el Bingo, que todos en algún momento jugaron. Consiste en que el participante disponga de cartones con números inamovibles que se van marcando según surjan de un bolillero, y el primero que lo completa triunfa. Si bien es el azar el que determina el triunfo, algo similar sucede con las sábanas legislativas en boletas electrónicas o de papel, cuyos nombres y posiciones son igualmente inamovibles. El azar en este caso, reside en la calidad del legislador ingresante. Las dirigencias políticas intentan disimular esta distorsión en el concepto de representatividad encabezando las listas con figuras conocidas, llegando incluso a jugar con apellidos, como suponer que Máximo puede ser un sagaz político porque lleva el apellido Kirchner. O apelando a engaños explícitos como las candidaturas testimoniales, en donde compiten quienes no asumirán las bancas. Lo peor, sin embargo, surge una vez concluido el proceso electoral, y los legisladores pronuncian sus juramentos, algunos de ellos ridículos, para asumir sus bancas. Es entonces cuando surge un fenómeno físico, en el que la rigidez de las listas presentadas a la sociedad, se plastifican al momento de negociar, pues hay legisladores que en lugar de responder a sus votantes, lo hacen en interés de quienes los ubicó en las listas. A ello se suma otra estafa electoral, consistente en que los legisladores pueden abandonar la formación política por la que accedieron a la banca sin renunciar a la misma, para conformar jactanciosos bloques individuales o grupales que nadie votó. En el Bingo, el triunfo y entrega del premio al participante es inmediato; en las listas legislativas sábanas no.

Estos vicios electorales que nadie propone modificar, explica la preocupante mediocridad que exponen muchos legisladores en sus intervenciones, o su predisposición para mantener o crear nuevos privilegios.  Recientemente, por ejemplo, la senadora Cristina López, representante de Tierra del Fuego, para tildar de mentiroso al Jefe de Gabinete Francos tuvo que leer su discurso. Y en la aprobación de la reelección indefinida de legisladores en la provincia de Buenos Aires, que había sido dejada sin efecto tan solo siete años atrás, colaboraron en obtener quórum senadores massistas, del PRO, GEN y otros, y al momento de elegir quienes aportarían los dos o tres votos necesarios para lograr el objetivo acordado, tal como sucediere en la no aprobación de la ficha limpia en el Senado, se “sacrificaron” Kikuchi, otrora armador de La Libertad Avanza en la provincia y autoreferenciado en Churchill, ignorando que nunca triunfó en lista sábana, y el menos conocido Marcelo Daletto, que “responde” a Emilio Monzó, hoy analizando de que lista se cuelga.

Las distorsiones señaladas no podrán ser evitadas en los atolondrados calendarios electorales de este año, pero un paliativo inmediato sería que los medios de comunicación y organizaciones como Poder Ciudadano, detallen los antecedentes de todos los candidatos ofrecidos por los principales partidos. En los espacios menores no habrá sorpresas: los encabezarán siempre sus dueños.

Buenos Aires, 02 de julio 2025

Tras el ruido, la reflexión

La ratificación de la condena a Cristina Kirchner por parte de la Corte Suprema y su detención, con el consecuente impacto político, debiera ser un punto de partida para encarar análisis que, dentro de la hojarasca declarativa e informativa, diferencie entre aspectos socialmente trascendentes, y los que incursionan en el espectáculo u opiniones irrelevantes. Es adecuado sustentarse en hipótesis, las que requieren datos explícitos, entendibles y verificables, por sobre las suposiciones, que son subjetivas.  

1.- Cabe comenzar con el hecho, que refiere a la condena de la ex presidenta junto a otros funcionarios y privados asociados, por la apropiación de recursos estatales en beneficio propio, a través del organismo Vialidad. Lo peculiar del caso es su clara trazabilidad delictiva, pues nace en Santa Cruz con el acceso de Néstor Kirchner a la presidencia en el 2003, y tras casi doce años ininterrumpidos de gobierno kirchnerista, concluye en la misma provincia en diciembre del 2014, con el cambio de gobierno y la disolución abrupta de la empresa constructora beneficiaria. Tras un juicio oral y público de amplia difusión, y haberse cumplido todas las etapas ratificatorias de las condenas, judicialmente el caso está cerrado.

2.- Ya en el campo de las estrategias discursivas defensivas y/o encubridoras, un error analítico (¿intencionado?), es considerar a la opinión pública como una masa homogénea, en lugar de sectorizar en franjas de responsabilidad y de comprensión intelectual. Las respuestas a la pregunta ¿usted cree que Cristina es culpable o inocente?, tienen distinta valoración según respondan políticos, abogados, empresarios o sindicalistas relacionados desde hace décadas con el poder y privilegios estatales, o por los ciudadanos comunes que, alejados de las sutilezas políticas y víctimas de la decadencia, tienen derecho a creer, suponer, adherir o fanatizarse emocionalmente. Esta diferencia, explica a quienes van dirigidas las aparentemente simples estrategias de victimización que excluyen declararse inocente. Otro beneficio de las mafias estatales es que, a diferencia de las mafias privadas, aún en democracia cuentan con tres vías de escape: administración central, poder legislativo y poder judicial. 

3.- Si se presta atención a lo discursivo, los pronunciados por autócratas y corruptos nunca han sido útiles para la reflexión, pues solo pretenden persuadir, no explicar. Mussolini decía que “el hombre moderno está asombrosamente dispuesto a creer”. Sin embargo, las continuidades políticas en nuestro país, que partiendo del 2001 involucra a una generación, otorgó a la ciudadanía un aceptable espíritu crítico para detectar contradicciones y falsedades. El discurso de Cristina Kirchner tras el fallo de la Corte aporta elementos importantes para una transformación institucional estable. Tras las referencias simbólicas de rigor, como Patria, Pueblo y Perón, y ya en el campo terrenal, mencionó a Macri y la causa del Correo, el poder de Magnetto a través de Clarín, la fuga de dinero de grupos económicos concentrados, entre otras acusaciones. Lo interesante es que no plantea su inocencia, sino la supuesta impunidad de muchos otros culpables. Por ello en lo político-institucional genera un interrogante: ¿durante los once años de la defraudación coordinada entre Nación y provincia en el caso Vialidad, ningún funcionario u organismo vio nada? Algunas excusas orillan el ridículo, como la del gobernador riojano Quinquela el día de la marcha en apoyo a Cristina, cuando en un reportaje radial se preguntó: ¿cómo un presidente puede saber lo que hace un director? Sin pretenderlo, pone en escena a actores políticos y administrativos secundarios (colaboradores pasivos), que recuerdan al defensor de la economía de mercado sin intervención gubernamental, que en el siglo XVIII pronunció la famosa frase “dejar hacer, dejar pasar”. Por ello las condenas del caso Vialidad antes que un hecho histórico, debiera considerarse un punto de partida para transformaciones institucionales profundas.

4.- En cuanto el escenario político inmediato, la pretendida “centralidad” escenográfica de la ex presidenta basada en un balcón, bailes, tobillera o banderazos, en nada cambia las pujas por el armado de listas legislativas, que en lo inmediato se centran en la provincia de Buenos Aires. Tampoco es justo considerar a Cristina Kirchner como la madre de todos los problemas, pues ver a Massa, Máximo Kirchner y Grabois encabezando una reunión del partido justicialista, indica que la problemática es mucho más compleja.

Buenos Aires, 24 de junio 2025

Políticos, periodistas y golpistas

Continuando con la reflexión de la última newsletter, centrada en las polémicas originadas por el ataque de funcionarios a periodistas, cabe recordar que para que las argumentaciones sean masivamente comprensibles por la sociedad, las abstracciones globalizadoras que no clarifican deben ejemplificarse con personajes y hechos reconocibles. Por ello no se hablará de polémicas y agravios entre la política, gobierno y periodismo, sino entre determinados políticos y periodistas, actuando los medios de comunicación como vehículos democráticos imprescindibles para interconectar las dialécticas de dichos actores. Pero cabe una prevención; en el marco de estas polémicas centradas en modos y formas, han resurgido los golpistas, que suelen combinar reclamos de institucionalidad con amenazas explícitas y acciones directas cuidadosamente planificadas. Un primer indicio es la repetición del traumático recuerdo del 2001, con muchos de sus actores hoy vigentes en funciones políticas y con cercanías al poder.

Hecha esta salvedad, cabe retomar las polémicas entre funcionarios y periodistas, pero en un contexto democrático y de libertad de opinión. El primer interrogante lo provoca la duda de si los agravios intercambiados por muchos de los partícipes responden a mediocridades y necedades, o a un sutil recurso consistente en mezclar lo trascendente con el espectáculo farandulero, y modos de competencia en el mercado de la comunicación. Para desarrollar esta hipótesis se eligieron a tres representantesrelevantes e intelectualmente formados: el presidente Milei por el sector público, y Jorge Fernández Díaz y Jorge Fontevecchia por el privado. De Milei, sin por ello justificarlo, se planteó que su forma de ser era conocida antes de ser votado, y que eventualmente sus diatribas actuarían como escudo ante su debilidad legislativa, carencia de gobernaciones y de municipios. Algunas de sus palabras emblemáticas, como “ensobrados, mandriles, econochantas, ratas, kukas, ignorantes”, promueven verborragias pero no racionalidad, y presentan el riesgo de que lanzadas a nivel masivo, sobreexcitan a los obsecuentes y fanáticos, que son carne de cañón de las mafias golpistas. En la práctica, el poder sufre más con el humor irónico y las silenciosas caricaturas si responden a la realidad, como lo demostraron entre otros Tato Bores y Hermenegildo Sabat, porque los festejan oficialistas y opositores.

En la guerra de palabras cabe incursionar en ejemplos privados. Jorge Fontevecchia, en portadas de su revista Noticias, publicó los siguientes encabezados: “Milei, poder inmoral”; “Apriete con la pauta”; “Presidente mesiánico”; “La obsesión gay de Milei”. Jorge Fernández Díaz por su parte, en su opinión del pasado 1° de junio en La Nación, comparó a Milei con el “populista de extrema derecha húngaro Orban”, lo caracterizó de “emperador temperamental”, expresó que “será muy tarde cuando la sociedad se dé cuenta que se enamoró de la persona equivocada”, para concluir con el siguiente giro poético: “la motosierra no se detiene en el follaje de la burocracia y el curro; tiene vida propia y avanza sobre los brazos y piernas del cuerpo humano”, ante lo cual el perro Mendieta, fiel acompañante del gaucho Inodoro Pereyra, lanzaría su famosa reflexión: ¡qué lo parió! En esta coctelera de palabras y frases, no resulta fácil establecer cuáles son las más agraviantes.

Dejando sentado que todas las variantes periodísticas son válidas, deberevalorizarse al periodismo de investigación, que sin utilizar grandilocuencias discursivas descorre los velos de la corrupción y de los secretismos estatales. Por ejemplo, recientemente la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), expresó su preocupación por la exclusión de la editorial de Fontevecchia en la distribución de publicidad de empresas con participación estatal mayoritaria. Ello amerita una investigación que determine cuál es la política estatal vigente respecto a pautas, listado de empresas y montos entregados en este año, criterios de elegibilidad, y si ello incluye a empresas estatales, cumpliendo de este modo con el principio de que la información completa debe preceder a los reclamos, opiniones y críticas.

Mientras se desarrollan estos peligrosos juegos verbales, se debe recordar que reingresaron al escenario público los golpistas, mucho más hábiles en las estrategias comunicacionales, pues las amenazas, insultos, aprietes y agresiones, en paralelo las complementan con las palabras democracia, libertad, pueblo, injusticia y persecución política, entre otras.  

Buenos Aires, 18 de junio 2025

¿Batalla cultural o educativa?

Pretender incursionar en batallas culturales sin una base educativa que provea conocimientos esenciales para el posterior desarrollo personal, como comprender el significado básico de las palabras y frases, implica el riesgo de ser manipulados por políticas comunicacionales que intenten convencernos de que entendemos, cuando en realidad adherimos a quienes nos hacen creer que entendemos. Evitarlo parte de saber que lo cultural es un patrón conformado por valores, usos y costumbres de la sociedad, pasibles de debates, y en donde los libros de texto escolares masivamente comprensibles, son sustituidos por una diversidad de enfoques transmitidos a través de diversos medios de comunicación, lo que obliga a que mensajes y opiniones sean debidamente procesados. Confundir educación con cultura es una estrategia que cuando es planificada se asocia a la propaganda, y cuando es dispersa o unilateral, puede albergar necedades, aprietes o intereses sectoriales. Por lo tanto, con diccionario en mano, vale comenzar por diferenciar entre periodismo, medios de comunicación y periodistas.

El periodismo es una actividad profesional que consiste en la obtención, investigación, elaboración, difusión y análisis de diversas informaciones, por parte de periodistas que individualmente o en grupo cumplen tareas específicas, como conducir, describir, opinar o investigar. Lo elaborado se transmite a la sociedad a través diversos medios de comunicación, tales como prensa escrita, televisión, radio, o de modo más universal, a través de plataformas digitales. En nuestro país la actividad se desarrolla con mafias en los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales reconocidas por los propios políticos en sus discursos y cruces de acusaciones, lo que deriva en una manifiesta pobreza institucional. En este contexto se insertan los permanentes ataques entre el presidente, sus adláteres y periodistas a niveles tan peligrosos, que hace pensar que las polémicas plagadas de grandilocuencias, necedades, falacias, insultos, escándalos y denuncias, responden a un recurso político y empresarial distractivo, dado que política y espectáculo configuran una simbiosis cada vez más habitual. Para avanzar en esta hipótesis, se plantean los siguientes supuestos: 1) Como periodismo es un término abarcador y abstracto, cabe preguntarse: ¿existe en el país libertad de prensa y de opinión, tradicionalmente molesta para los gobiernos? La respuesta es afirmativa, porque no existe prohibición de voces y prensa opositoras. Pese a lo cual, se deberá estar atento a intentos legislativos para cercenar esta libertad, invocando habitualmente la “defensa de la democracia”. 2) La reconocida libertad genera una diversidad y competencia tanto en lo tradicional (gráfica, radio, televisión e Internet), como en lo evolutivo (redes sociales e inteligencia artificial), en donde conviven la verdad y la mentira, lo formativo y la falacia. Es así como entre otros medios, coexisten los tradicionales como La Nación, Clarín con diversificaciones empresariales, Página 12 conducida por un sindicalista, o C5N manejado por un empresario asociado a negocios con el Estado, simultaneidad saludable que obliga a comparar y analizar. Los intentos de prensa oficial propagandística nunca fueron buenos, por ser sesgados y mediocres. 3) En cuanto a individualidades, por su representación institucional se comienza por el  presidente Milei. Sus improperios e histrionismos, injustificables en sí mismos, son conocidos desde mucho antes de que ganara la elección, lo que promueve un interrogante a develar: ¿es posible que quienes se oponen a cambios profundos lo disimulen afirmando que critican sus formas y no el fondo? ¿Es posible que muchos de quienes invocan “cuidar la institucionalidad”, desde hace décadas faciliten corrupciones y protegen a corruptos; digan defender a jubilados sin desactivar regímenes de privilegio, o permitan que impunemente saqueadores de recursos públicos realicen proclamas golpistas? Como aporte a estos interrogantes, se cita el espectáculo que en la Cámara de Diputados protagonizara la diputada Carignano, funcionaria del gobierno anterior, cuando a los gritos acusó al diputado Gerardo Milman de drogadicto y promotor de un magnicidio, y denunció que en el recinto había muchos “gatos”, identificando algunos. En aras de no discriminar al sexo femenino, si se observa el griterío y pobre nivel de los debates legislativos, es razonable pensar que también hay muchos “perros”.

La próxima reflexión continuará con las referencias individuales, profundizando el histrionismo de Milei desde el Estado, y mencionando a dos reconocidos periodistas del sector privado: Fernández Díaz y Jorge Fontevecchia.

Buenos Aires, 11 de mayo 2025

¿Existe la SIDE?

Reflexionar didácticamente acerca de hechos políticos, implica partir de postulados básicos, veraces y masivamente entendibles. Tres de ellos acapararon la atención mediática reciente: las empanadas de Darín, las condiciones actorales de la jueza Mackintosh, y la existencia de una directiva secreta de la SIDE para “monitorear a grupos sociales vulnerables”, denunciada por el periodista Alconada Mon el 28 de mayo en La Nación. Por ser un tema histórico recurrente y de importancia institucional, se analizará el caso de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que en el gobierno anterior se bautizara como Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Dado que las fuentes de información de un ciudadano común provienen de medios de comunicación, el primer paso para evitar la simplista afirmación de “lo creo o no lo creo”, es replicar la curiosidad infantil en la enseñanza básica que impulsa a preguntar, y ya más adulto, detectar omisiones o contradicciones.

Alconada Mon expresó que lo denunciado “consta en una copia de esa orden secreta firmada por Diego Kravetz que obtuvo La Nación, siendo  circulada por al menos una decena de despachos oficiales, y cuya autenticidad se verificó con dos fuentes independientes entre sí”. La primera inconsistencia es que la circulación de la nota por múltiples despachos, profesionalmente le quitaría su condición de secreta. En cuanto a los intentos de hackeos sufridos por el periodista de los que da detalles, hace suponer que de ser aptos, la SIDE y otros organismos de inteligencia deberían ubicar a los responsables en el corto plazo. Y por último, resurge el clásico pedido legislativo de llamar al responsable de la SIDE, Sergio Neiffert, para que brinde explicaciones, lo que genera otra incongruencia: ¿no se debería llamar previamente a los doce legisladores que integran la Comisión Bicameral de Fiscalización de los organismos de inteligencia, presidida por el senador Lousteau, que tienen obligación de controlar y  poseen facultades para investigar de oficio?

Mientras estas dudas se dilucidan, a fin de establecer un cuadro de situación primero y plantear una hipótesis luego, se citan antecedentes recientes del Organismo verificables por Internet, teniendo presente que el Sistema de Inteligencia de la Nación fue promulgado por ley 25520 en diciembre del 2001, y según su artículo 2°, inciso 1, tiene como misión detectar amenazas a la seguridad exterior e interior de la Nación. 1) Respecto a información y documentación interna, el personal deberá observar las clasificaciones de estrictamente secreto, secreto, confidencial, reservado y público. 2) En cuanto a la profesionalidad de las conducciones, vale comenzar por un hecho icónico producido en 2004, en el programa televisivo de Hora Clave conducido por Mariano Grondona, cuando el entonces ministro de Justicia Gustavo Béliz mostró la foto del agente de inteligencia Antonio Stiuso, describiéndolo como peligroso. Tal vulneración de reserva implicó que Béliz debiera trasladarse con su familia a Estados Unidos, mientras que Stiuso no solo continuó ejerciendo sus funciones, sino que fue permanentemente mencionado en crónicas periodísticas y acusaciones políticas asociándolo a actividades tenebrosas, y participando de reuniones sociales de políticos, fiscales y jueces. Lo que pareciera una rareza en agentes secretos, no es tal si se observa quienes condujeron al Organismo desde el 2015: el político Parrilli; el empresario Arribas; la fiscal Caamaño; el político Rossi; la política administrativa Alberdi; el abogado administrativo Silvestre Sívori y el político Neiffert. En posiciones relevantes, se destacaron los políticos Majdalani, Tailhade y Mena. Vale decir, en tan solo diez años la SIDE (o AFI) tuvo siete conducciones distintas, sin formación específica, y rotando por distintos cargos burocráticos. 3) Como no podía ser de otro modo, las incongruencias se extendieron al campo judicial, dado que las supuestas actividades “secretas” de los servicios de inteligencia criollos eran ventiladas ante distintos juzgados, entre ellos los de Servini de Cubría, de Giorgi, Ercolini, Ramos Padilla, Villena, Auge y Kreplak. La incompetencia la reflejó la conducción de la fiscal Caamaño, con dos hitos épicos: cuando a requerimiento del juzgado de Lomas de Zamora debió enviar información reservada con datos personales de unos cien espías, la misma se hizo pública, y dos de los espías situados en el extranjero debieron ser repatriados por riesgo de vida. Y cuando el fiscal Taiano solicitó a la AFI el listado de los 89 espías que registraron intercomunicaciones activas el día de la muerte del fiscal Nisman para citarlos a declarar, la interventora respondió que 64 de ellos ya no pertenecían a la AFI, y se desconocían sus paraderos. El juez Martínez de Giorgi por su parte, mantiene desde hace años cuatro causas de espionaje ilegal sin avances. Tales absurdos aconsejan aclarar que no corresponden a capítulos de la inolvidable serie televisiva americana Superagente 86, que en la década del 60 parodiaba a las películas de espías.

Con estos datos públicos y verificables, es momento de abandonar la figura literaria que califica a los servicios de inteligencia como “sótanos de la democracia”, para preguntarnos si los políticos formaron una inteligencia apta para proteger al país de amenazas exteriores ya instaladas, o solo una tipo casero para espionajes burdos, negociados y debates políticos oportunistas.    

Buenos Aires, 04 de mayo 2025

Armados políticos hasta el 17 de agosto

La pasada elección porteña tuvo una escala adecuada para analizar de modo sencillo, racional y entendible, una actividad prioritaria de los políticos con vista a la elección nacional del 26 de octubre próximo, como son los armados de alianzas y listas de candidatos, tarea en la que se destacan dos fechas relevantes previas: de incidencia indirecta, la oficialización de listas en provincia de Buenos Aires el 19 de julio, y las nacionales el 17 de agosto. A partir de entonces, el foco se centrará en la propaganda política de campaña.  

La elección porteña exhibió vicios que no podrán evitarse en este año, tales como calendarios electorales fluctuantes y absurdos, mensajes de campaña visuales y discursivos superficiales o falaces, abundancia de partidos que hacen dudar que la Justicia Federal electoral controle los requisitos establecidos por la ley para habilitarlos, y resultados finales que pusieron en crisis la viabilidad de las coaliciones para triunfar electoralmente primero, y gobernar después. La UCR y la Coalición Cívica, por ejemplo, ni siquiera alcanzaran el 3% de los votos necesarios para alcanzar una banca. Este contexto líquido aconseja no argumentar basados en anomias partidarias e ideologías meramente discursivas, sino partiendo de nombres que, vigentes hoy, marcaron el accionar político desde el 2003 a la fecha: Cristina Kirchner (incluye a su fallecido esposo y a Fernández), Mauricio Macri y Javier Milei. En cuanto a centralidades, tanto Cristina como Macri perdieron su condición de liderazgo, entendido como capacidad de imponer su voluntad sin mayor oposición, para transformarse en jefes de limitados sectores afines. Pese a lo cual, y ante la ausencia de líderes sustitutos,  sus nombres intentan ser usados como mascarones de proa que permitan mantener privilegios de muchos de quienes paradójicamente, expresan no tener responsabilidad en las gestiones de ambos. En esta dualidad que algunos llaman grieta, irrumpió sorpresivamente Milei sin estructura partidaria, con un caudal de votos envidiable, y sustituyendo a las híbridas terceras vías electorales armadas por viejos políticos con escaso peso electoral propio a fin de subsistir, como se manifestó en la elección porteña con la presentación de diecisiete listas.

A partir de los nombres mencionados cabe desarrollar hipótesis y alternativas, sabiendo que hasta el cierre de listas los conflictos entre Kirchner-Kicillof y Milei-Macri, en cada caso con similitudes programáticas e ideológicas, se asentarán en cuotas de poder internos y sostenimientos personales. Finalizada esta instancia, surgirán dos opciones que en principio son claras, dado que muchos políticos son volubles: un oficialismo encabezado por Milei basado en la implementación de una matriz de transformación profunda, y una oposición a cargo de Cristina, Kicillof y Massa, quien siempre juega al entro-salgo, en busca de mantener políticas practicadas desde hace décadas. En cuanto al factor clave de la corrupción, hasta que no se demuestre lo contrario, se le adjudicará a la clase política, sindical y empresaria en general. Finalizado el proceso electoral, se debiera dar de baja el término “casta” como factor diferenciador, útil como eslogan, pero no para reconfigurar un añejo sistema de poder. Cuando analistas socarronamente señalan que el gobierno contiene a “castas” señala una verdad, pero omite la causa: desembarazarse de ellas en el mediano plazo sería replicar asonadas militares que disuelven legislaturas e intervienen provincias. Lo viable será entonces observar quienes integrarán las listas,  y en especial a políticos que desean renovar o retornar bancas, como Cristina Kirchner, Massa, Carrió, Lousteau, Manes, Moreau, Recalde, Stolbizer, entre otros. Vistas las experiencias pasadas, es razonable que Milei proponga asociaciones que integren ideas y funcionarios aptos (de hecho ya sucede), y no coaliciones que compartan cuotas de poder. Sin olvidar que la renovación legislativa se producirá recién el 10 de diciembre, por lo que hasta entonces, habrá que analizar cómo actúan y votan los legisladores en ejercicio.

En esta tarea analítica, importa recordar el perfil de los políticos criollos que tan bien describiera el fallecido y prestigioso politólogo de izquierda pensante y no golpista José Nun: “En las zonas cálidas abundan los peces voladores, que para huir de sus atacantes marinos saltan casi un metro fuera del agua y planean unos 200 metros antes de volver a sumergirse. Tienen un aire de familia con el planteo de muchos de nuestros políticos, que lanzan ideas voladoras que tampoco llegan demasiado lejos, pero les sirven para salir a la superficie, esquivar a sus críticos y entretener a sus seguidores”.

Buenos Aires, 28 de mayo 2025

Residuos electorales porteños

Para utilizar un término acorde con una problemática municipal, se comentarán algunos residuos dejados por la elección porteña del pasado domingo, siempre partiendo de datos entendibles y fehacientes que permitan no solo jugar a ser un analista básico cercano a la realidad, sino interpretar el accionar político que se desarrollará hasta la elección legislativa nacional en octubre próximo. Para ello el análisis se dividirá en Resultado electoral, Estrategias de campaña y Proyecciones a futuro.

En cuanto al Resultado electoral, en la newsletter del pasado 30 de abril se realizó la simulación con porcentajes de un posible resultado, que se comparan con los oficializados destacados en negrita: Santoro 25% – real 27,35%; Adorni 24% – real 30,13%; Lospenatto 22% – real 15,93% ; Lucille Levy 5% – real 2,31%; Paula Olivetto 5% – real 2,50%; Rodríguez Larreta 4% – real 8,08%; Marra 4% – real 2,62% ; Vanina Biasi 4% – real 3,16%; Abal Medina 2% – real 0,51%; Otros (5%) – real 7,41%. Dicha comparación muestra una razonable aproximación entre lo supuesto y lo real, lo que hace menos comprensible los errores en los sondeos de la mayoría de las encuestadoras, ya sea en los porcentajes, o en ubicar a Santoro siempre en primer lugar. Por ello toda opinión debe partir de datos fehacientes, usualmente escasos u ocultados, que todo ciudadano entienda. De un análisis preliminar surge que los 6 puntos en menos que obtuvo Lospenatto respecto a lo estimado, coinciden con los seis puntos que incrementó Adorni respecto a dicha estimación, para llegar a su 30,13% final. Hay coincidencia en destacar la debacle del PRO, omitiendo que en el 2023 compitió como Juntos por el Cambio, que integraban Larreta, hoy exultante con su 8,08%, y la UCR y la Coalición Cívica, que ni siquiera alcanzaron el 3% necesario para obtener un legislador; dicho lo cual, se debe resaltar que los porcentajes de todos ellos sumados llegan al 28,82% de los votos, muy inferior al 44% logrado dos años atrás. Ello plantea un interrogante a develar para la elección de octubre: ¿sirven las coaliciones, fluctuantes y oportunistas, para presentarse como opción electoral?

Las Estrategias de campaña por su parte, ofrecieron una pobreza escénica y publicitaria que se reflejó en gráficas poco creativas y una impasibilidad discursiva, primando el principio de la propaganda política llamado “de transfusión”, usado tanto para potenciar o degradar, que opera a partir de un sustrato preexistente. Es así como se repitió hasta el hartazgo que Santoro no es Cristina; Adorni es Milei; Lospenatto es Macri; Levy es Lousteau, y Olivetto es Carrió. Transfusión que demuestra la ausencia de partidos coherentes, y que se transparentó en el rechazo de la “ficha limpia” por parte de los senadores misioneros Decut y Arce, cuando se supo que en realidad son Carlos Rovira. Lo peculiar de este esquema es que la transfusión no se agota en las cúpulas, sino se extiende a lo largo de las listas, con intereses particulares variados. Esto se deberá tener presente, considerando que Lousteau, Carrió y muchos otros tradicionales políticos, pretenderán permanecer o retornar cargos legislativos en octubre próximo. En lo discursivo se abundó en posturas actorales basadas en la impasibilidad gestual. El candidato Santoro, activo integrante del gobierno Fernández-Kirchner-Massa, sin inmutarse expresó que “el clima es de crueldad y abandono”. El ex precandidato presidencial Larreta señaló que en la ciudad “sentía olor a pis”. La candidata Levy, acompañada por Lousteau, Roy Cortina y Abrevaya, propuso ingeniosamente “dejar atrás la vieja política”. El oficialismo en tanto, se dedicó a la caza de diversos “mandriles”, que son primates provenientes de las costas occidentales de África que encontraron en nuestro país excelentes condiciones para reproducirse. Sorprendentemente, hay quienes aún no comprenden la causa por la que se alcanzara solo el 52,3% de asistencia de votantes.

Llegados a este punto, es recomendable evitar entretenerse con las comedias frívolas y ligeras basadas en intrigas y equívocos, que hablan de rendiciones y jubilaciones políticas, poner clavos en ataúdes partidarios, o ejercitar acrobacias para seguir gozando de privilegios legislativos, para ir desmenuzando un entramado de poder, que actualmente se centran en legislaciones electorales armadas para permanecer, que entre sus absurdos está que los legisladores porteños elegidos el domingo, asumirán recién en diciembre próximo, y muchos de ellos desempeñan actualmente representaciones legislativas. Por ello, en aras de mantener los principios de la enseñanza básica, en que por ejemplo, la palabra “oso” coincide con la imagen y desempeño de un oso, la próxima reflexión se dedicará a quienes configuran el soporte político institucional desde el 2023 a la fecha: Cristina Kirchner (incluye a su fallecido marido y al experimento Fernández), Mauricio Macri y Javier Milei. Para clarificar conceptos no hay mucho tiempo: el 07 de agosto es el cierre de alianzas, y el 17 del mismo mes el cierre de presentación de listas.

Buenos Aires, 21 de mayo 2025

Robó, huyó y lo pescaron

El título refiere a la primera película de Woody Allen de 1969, que en tono de comedia interpreta a un inútil que intenta convertirse en exitoso ladrón. Es adecuada para explicar alegóricamente el fracaso de la aprobación de la llamada “Ficha limpia” en la sesión del jueves pasado en el Senado de la Nación, que en la versión criolla se titularía “Engañaron, huyeron y no los pescaron”. El rol de Woody Allen lo desempeñaron los senadores misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, actores desconocidos para el público, pero que tuvieron una actuación magistral: afirmaron adherir al proyecto, y al momento de votar engañaron, huyeron protegidos por una nube de declaraciones, y a la fecha no fueron pescados para que aclararan el engaño. El tono de comedia es adecuado para un análisis simple pero racional, porque las indignaciones políticas, en especial las sobreactuadas, suelen ocultar en lugar de clarificar, en especial cuando el hecho transparenta la existencia de mafias o castas políticas, ya sean consolidadas o en gestación. Como base de argumentación, se recuerdan tres postulados ya mencionados: 1) la responsabilidad de las decisiones nacionales recae solo en 355 políticos (presidente, vice, gobernadores, Jefe de la Ciudad y legisladores); 2) a falta de partidos coherentes y unívocos, el sistema político-electoral genera legisladores que no representan a los ciudadanos, sino responden a quienes los ubicaron en las listas; 3) en general, y en campañas electorales en especial, no se debe  juzgar por lo que se declama, sino por cómo se ejecuta, y legislativamente, por cómo se vota, abstiene o ausenta.

Tras el engaño en la votación, cabe detenerse en la logística de la confusión para facilitar la fuga de los engañadores primero, y ocultar la verdad luego. El método clásico consiste en rápidas acusaciones cruzadas lanzadas al unísono por variados políticos, tales como “Milei selló un acuerdo político con el kirchnerismo”; “la operación la hizo Macri”; o “Cristina Kirchner se llamó a silencio”. Tras los rápidos oportunismos, se reparó en que las declaraciones debían encontrar indicios más concretos de culpabilidad. Surgió entonces el razonable planteo de que los engañadores venían apoyando con sus votos leyes claves del gobierno, lo que paradójicamente facilitó plantear una hipótesis viable: no es la primera vez que en los debates por leyes que afectan corrupciones y privilegios políticos, las adhesiones o rechazos anunciados suelen cambiar, emergiendo oportunos traidores que “se sacrifican” para impedir su aprobación. Y si los propios políticos reconocen la existencia de mafias, es obvio que necesitan coberturas legales que incluyen el sistema electoral para protegerse, y que aún condenados no sean “proscriptos”, siendo Cristina Kirchner una circunstancial excusa. Integran el Senado por ejemplo, ex gobernadores como Alicia Kirchner, Corpacci, Claudia Ledesma, Manzur y Uñac, quienes se autodesignaron para integrar la boleta que les permitió acceder a las bancas aun perdiendo. Y en pocas semanas, legisladores de la provincia de Buenos Aires de distintos partidos que hoy se acusan, facilitarán los votos para que se derogue o suspenda la ley que impide la reelección de legisladores e intendentes.

Con los engañadores aún asilados en Misiones, el tradicional periódico La Nación publicó el 09 de mayo un artículo del colaborador Martín Boerr, señalando que el diputado provincial Carlos Rovira dijo que Milei le había pedido el rechazo de la ley, versión que se plasmó al día siguiente en el mismo medio con el siguiente título de tapa: “Rovira admitió que le llegó un pedido de Milei para que se cayera ficha limpia”. Como en general los títulos de tapa de medios gráficos que tanto preocupan a los políticos, semejan a los contratos que resaltan beneficios pero contienen la llamada “letra chica” que nadie lee y los condicionan, el inicial “Milei le pidió a Rovira”, pasó al sutil “llegó un pedido de Milei a Rovira”, lo que sumaría el interrogante sobre si el supuesto acuerdo fue de persona a persona, o a través de un desconocido intermediario.

Como en los asesinatos por encargo en que se conocen a los asesinos pero no a sus ideólogos y sus razones, este caso ofrece una excelente oportunidad para que periodistas avezados tengan la primicia en un reportaje a los personajes Decut, Arce y Rovira, para que expliquen por sí mismos a la sociedad la génesis de la operación. Pero lo transitado no fue en vano para un aprendizaje, porque certifica fehacientemente que los legisladores integrantes de listas sábana responden a quienes los seleccionan para integrarlas, y no a los anónimos ciudadanos que los votan. A lo patético del presente caso, se agrega que ni siquiera decide el gobernador Hugo Passalacqua, sino el empresario-político Carlos Rovira, que desde hace 30 años es el “hombre fuerte” de Misiones.

Si Maquiavelo viviera, posiblemente escribiría su segundo libro fundacional, bajo el título “El político argentino”.

Buenos Aires, 14 de mayo 2025