Ratoncitos políticos

Si bien el idealizado juego de mesa llamado “Anticipe usted mismo el armado de listas sábanas legislativas 2025” refiere a las candidaturas nacionales, sus reglas serán aplicables a las distintas jurisdicciones provinciales, respetando el principio aplicado en el libro UPA, publicado hasta finales de la década del 90 para aprender a leer y escribir, en el que palabras, imágenes y hechos coincidían (ejemplo, la palabra “pato” coincidía con la imagen de un pato que actuaba como pato). Esta simplicidad que no abunda en el discurso político, lejos de ser menospreciativa, permitirá que cualquier ciudadano participe con posibilidades de éxito en el juego analítico. Cabe destacar el creciente aporte de algunos medios gráficos y televisivos, consistente en publicar foto, nombre y partido de los legisladores involucrados en las votaciones, pues el modo de evaluarlos no es por lo que declaran, sino por como votan, que es lo que define la existencia de leyes. En este caso se analiza la votación de nueve diputados de la provincia de Buenos Aires que ingresados por La Libertad Avanza, votaron la creación de una Empresa Bonaerense de servicios de ambulancias a través de una Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria.

La actitud en sí de los diputados no es novedosa, pues existen innumerables antecedentes. Tal el caso del pediatra Lorenzo, alias Borocotó, que recién asumido en el 2005 como diputado por el partido de Macri, fue captado de inmediato y exhibido como trofeo por el entonces Jefe de Gabinete kirchnerista Alberto Fernández, lo que instaló el término borocotización y panqueque. Es habitual también que quienes legislanpara permitir estas estafas electorales a los votantes, en un ejercicio de hipocresía e indignaciones sobreactuadas,acusen de traidores a los que con banca en mano, abandonen el espacio por el que fueron elegidos. Pero catalogar de “ratas” a legisladores es inadmisible, no solo porque los agravios no ayudan a ejercitar aprendizajes racionales, sino porque facilitan que oportunistas simulen sentirse ofendidos (sentimiento difícil de creer en tradicionales políticos), para justificar no votar determinadas leyes. Por lo expuesto, es más didáctico utilizar metáforas de nuestra etapa infantil, que además fomentaban la imaginación. Por ejemplo, decir “ratoncitos” en lugar de “ratas” remite a animalitos simpáticos habituales en cuentos infantiles, por lo que a los legisladores que se traspasan de un espacio a otro con banca asegurada, se los llamará cariñosamente “ratoncitos”; y a los ya crecidos y engordados que vienen ejerciendo esta práctica desde hace años, se los llamará “ratoncitos seniors”. Dicho lo cual, lo distintivo del caso de los nueve diputados provinciales es que como pocas veces transparentó una recurrente patología que abarca aspectos partidarios, electorales, y fundamentalmente, vulnera el concepto de representatividad ciudadana que emana de los votantes. Resaltan tres elementos:  

1.- El grupo de los nueve alcanzó las diputaciones a través de la lista de La Libertad Avanza, y una vez asumidos, mutaron en el bloque llamado Unión, Renovación y Fe, encabezado por Gustavo Cuervo.

2.- En estos casos acrobáticos cabe detenerse en las justificaciones. Cuervo declaró: “fuimos parte de la Libertad Avanza. Claro que sí. Ahora los nueve somos independientes. Hemos sido críticos del gobierno nacional. Hay aspectos de la gestión que nos parece cuestionables”. No conforme agregó una justificación casi enternecedora, que expone el escaso nivel en el análisis de proyectos: “es cierto que habíamos votado en contra en comisión, pero vimos aspectos positivos tras interiorizarnos con intendentes del interior que ven bien a la empresa” (declaraciones en La Nación – 10/07/24 – página 15). Como se verá, muchos de quienes pujan con desesperación para subirse a una lista sábana con posibilidades, no tienen pruritos para una vez asumidos, transformarse en libres pensadores y simular dignidad. 

3. El tercer elemento didáctico es la ratificación de que en el armado de listas sábanas no se discuten ideologías. En este caso los nueve simpáticos “ratoncitos” aprobaron un proyecto estatista, que carente de estudio de prefactibilidad económica tiene visos de negociados, y está en las antípodas del pensamiento del espacio liberal con el que se presentaron ante la sociedad.

A futuro surgen dos prevenciones. La primera, que urge que los legisladores establezcan leyes electorales que eviten estas estafas. En cuanto a los encargados de armar una estructura de La Libertad Avanza a nivel nacional, deberán tener presente que como sucede en los otros espacios políticos, para integrar las listas sábanas libertarias se presentarán peronistas, radicales, kirchneristas, federales, desarrollistas, el Polo Obrero, piqueteros y algún neoliberal confundido. Y asumir que ante tal agolpamiento, las fuerzas del cielo no podrán hacer nada.

Buenos Aires, 24 de julio 2024

Carrió vuelve

Desde hace un tiempo la sociedad afronta una secuencia de hechos marcados por el término “inédito”, que adecuadamente evaluados podrían canalizar transformaciones estructurales virtuosas. Cabe comenzar con la “inédita” designación de Alberto Fernández como candidato a presidente a través de un tuit de Cristina Kirchner, quien se autoproclamó vice, y la incorporación días más tarde del siempre “renovador” Massa, configurando una trilogía para ganar. Y triunfaron. Una “Inédita” campaña electoral 2023 en la que el candidato presidencial oficialista y también ministro de Economía, tomaba decisiones generando deudas a futuro con el fin de triunfar, contando con un explícito apoyo corporativo sindical, empresarial, gobernadores, hipócritas que lucran invocando a la pobreza, la educación, la ciencia y la cultura, y un sector de la Iglesia que elude hablar de corrupción siempre y cuando a los pobres les den de comer. Pero perdieron. Tampoco triunfó Juntos para el Cambio, que resultó ni Juntos ni Cambio, sino una suma de intereses personales y sectoriales alejados de objetivos nacionales. Ante tantos dislates, en otro hecho “inédito” llegó al poder un exótico personaje llamado Milei, que no impactó al votante por ser anarco capitalista o admirador del economista austríaco Hayek, sino por reflejar un mayoritario hartazgo social bajo la consigna de terminar con las castas generadoras de políticas depredadoras. Pero como un sistema electoral amañado permite la continuidad de viejos políticos, los hechos “inéditos” continúan, y es así que el gobierno tuvo sus primeras leyes tras más de seis meses de gestión. Como síntoma optimista se destacó la intensa actividad legislativa que permitió apreciar las actitudes de cada legislador ante temas específicos, y la dificultad en desactivar políticas que generan privilegios, cuyos beneficiarios agradecen con las pertinentes contraprestaciones que el ex funcionario José López denominara en sede judicial “dinero de la política”.

De ahora en más el seguimiento de los hechos políticos deberán evaluarse en un contexto de campaña para las elecciones legislativas del 2025, que a un año del cierre de listas ya comenzó. Para mantener el criterio que los análisis, opiniones e interrogantes sean masivamente comprensibles, es oportuno ir instalando el metafórico juego de mesa llamado “Anticipe usted mismo el armado de listas sábanas 2025”. La tarea se verá facilitada porque a las viejas dirigencias les será muy difícil ocultar sus antecedentes y generar campañas creativas en las que confluyan personaje, imagen y mensaje, pero dado que no será un juego adivinatorio sino analítico, cabe establecer ciertas pautas. La más importante es basarse solo en nombres propios y sus entornos familiares directos en el armado de listas, sin enredarse en abstracciones ideológicas, partidarias o simbólicas, tales como peronista, radical, kirchnerista, macrista, izquierda, derecha, Patria, y menos aún, términos como unión, juntos, todos, o similares. Tampoco cabe impresionarse ante cruces de amenazas o agravios reales y sobreactuados, porque es sabido que pueden licuarse en el armado final de las listas sábanas, habitualmente llamadas “de unidad”.

A modo de ejemplo de un juego aún sin reglas, se comenzará citando a Elisa Carrió, justificadamente reconocida como una de las políticas intelectual y moralmente más consistentes, como también por su condición de soberbia y enorme incapacidad para mantener estructuras partidarias y relaciones políticas en el tiempo. Acostumbrada a augurios tremendistas, brindó un reportaje al diario Clarín publicado el 16 de junio pasado en la página10, expresando que “La República está en riesgo con Milei como con Cristina Kirchner”. Sus intenciones salvadoras se develaron de inmediato cuando anunció que “planea en el 2025 ser candidata a senadora en la ciudad”, agregando el desgastado latiguillo “de apostar a construir una tercera vía”. Con estos datos el analista amateur puede formular una hipótesis, y suponer que la reaparición de Carrió es una habitual estrategia para negociar puestos en las listas sábanas. Y dadas las urgencias económico-sociales, considerar más razonable que las distintas posturas o vías se manifiesten con los actuales legisladores a través de sus votaciones, y no esperar al recambio legislativo a partir de diciembre del 2025. En síntesis, que las estrategias de campaña se sustenten en hechos, no en palabras. En tal sentido, el Pacto de Mayo suscrito en Tucumán entre dieciocho gobernadores, de ser genuino, podría ser un excelente augurio. 

Buenos Aires, 17 de julio 2023

10 mandamientos y Hammurabi

A más de seis meses de asumido, en la madrugada del 28 de junio el gobierno obtuvo la aprobación de sus primeras leyes. En simultáneo se produjeron dos hechos relevantes que relacionan iglesia y justicia, que deben comentarse de modo masivamente comprensible, para lo cual se toman dos hitos históricos. En lo religioso, los 10 mandamientos que según el Éxodo estaban en las tablas que Moisés recibiera de Dios en el siglo XIV a.C., y que establecen cronológicamente la base moral del judaísmo, cristianismo e islam. En el campo de la justicia, el código más antiguo conocido, elaborado por el rey babilónico Hammurabi en el 1750 a.C., que con el propósito de “castigar a los malos e impedir que el fuerte oprima al débil”, regula los actos civiles y penales de la población a través de 289 leyes. Lo destacable de estos antecedentes fundacionales surgidos en épocas en la que predominaba el analfabetismo y regímenes políticos autocráticos, es la claridad de sus normas para su efectiva transmisión y comprensión por todos los sectores por igual, sin capciosas interpretaciones.

La referencia surge ante recientes hechos en lo que confluyen jerarquías eclesiásticas y judiciales, que en sus homilías o dictámenes omiten un mandato común: “No robarás”. Altas jerarquías de la Iglesia Católica recurrentemente se remiten a denunciar la creciente pobreza, sin mencionar los actos de corrupción estatal-privada que la provoca. Por el contrario, se facilitan templos para que corruptos mezclados con ingenuos y feligreses los utilicen para mantener privilegios e impunidades judiciales. Basta recordar a José López en junio de 2016 intentando ocultar un bolso con nueve millones de dólares que definió como “dinero de la política” (la omertá prohíbe dar nombres) en un convento protegido por funcionarios de su gobierno, y del fallecido arzobispo de Mercedes-Luján, Rubén Di Monte. Ni hablar de comidas organizadas en naves de iglesias, para lo cual sobran alternativas viables, pues recuerdan la escena bíblica en la que Jesús echó a los mercaderes del templo. Es obligación de la iglesia defender y socorrer a los más desprotegidos, como enseñó Jesucristo, pero de igual modo recordar el mandamiento “no robarás”, aun cuando algunos corruptos exhiban una cruz colgada en el pecho.

También la justicia olvida este mandamiento para castigar a los que roban recursos del Estado, como haría sospechar el reciente fallo de una sala de la Cámara de Casación Penal en relación a la causa conocida como Cuadernos, que cabe analizarlo cual investigadores amateurs de un supuesto crimen (impunidad judicial), y como en las novelas o películas policiales, concatenar hechos cronológicamente:1) La causa oral Cuadernos surgió en el 2016, y se elevó a juicio oral en el 2021, ante el tribunal integrado por los jueces Castelli, Méndez Signori y Canero; 2) Tras casi cuatro años sin inicio del juicio, en junio la fiscal designada Fabiana León elevó una queja a Casación contra los jueces del tribunal por retardo de justicia; 3) Ante ello, la Cámara integrada por los jueces Hornos y Borinsky le hacen lugar, y ordenan iniciar el juicio a la brevedad; 4) Casi en simultáneo la Cámara integrada por los jueces Mahiques, Barroetaveña y Petrone, dictaminan que Calcaterra no pagó coimas sino aportes electorales, delito que prescribió, sin que la jueza electoral Servini de Cubría lo detectara; 5) El juez Castelli a su vez, integrante del Tribunal Oral, firmó una durísima acusación de interferencia contra la Cámara que sacó a Calcaterra del juicio; 6) Por último, el fiscal de Cámara Raúl Pleé pidió anular dicha sentencia.

Observados los seis antecedentes, es momento de apelar a una enriquecedora virtud infantil en su etapa de aprendizaje, consistente en ser curioso y preguntar: ¿y si esta confusa acumulación de intervenciones actuadas como enojosas tiene el objetivo de seguir demorando el juicio oral?  Más allá de esta duda, el planteo de los jueces Mahiques, Barrotaeveña y Petrone arroja interesantes pistas para descubrir corruptos: 1) la causa confirmó que para contratos millonarios aún en gobiernos “nacionales y populares”, las coimas se pagan obligadamente en dólares; 2) el hecho de que Calcaterra, “primo de Macri” según las crónicas, aporte para las campañas electorales de opositores a su primo, confirma que en materia de corrupción no hay grietas; 3) hace viable este supuesto que el controvertido fallo no haya merecido críticas de ningún espacio político, incluido el de Myriam Bregman y Del Caño; 4) que se acepten los dichos de Calcaterra sin pruebas fehacientes (recibos de aportes), explica que la justicia jamás compruebe enriquecimientos ilícitos, único delito en el que el acusado debe demostrar su inocencia.

Sería oportuno entonces realizar un retiro espiritual y formativo entre autoridades eclesiásticas, jueces y fiscales, para debatir cómo actuar ante políticos y sus cómplices que incumplan el séptimo mandamiento: “No robarás”.

Buenos Aires, 03 de julio 2024

Envase y contenido

Rescatar el principio de la simplicidad en los mensajes propagandísticos para que sean masivamente comprensibles por todos los sectores sociales para aplicarlo al análisis político, implica tener presente una diferencia conceptual: la propaganda pretende convencer apelando a lo emocional, mientras que la simplicidad educativa apela a lo racional y tiene un carácter permanente: leer, escribir, hacer cuentas básicas. Usar esta última opción para reflexionar sobre nuestro devenir político, lo facilita un escenario aún dominado por dirigencias estables desde hace más de un cuarto de siglo responsables de la debacle nacional, por lo que sus discursos y estrategias no son creíbles por la sociedad.

Sin embargo, esta simplicidad se complejiza cuando se pasa de los conocidos partícipes humanos, al factor estructural que implica la organización burocrática-institucional del Estado, cuyas funciones las lleva a cabo un Gobierno, pues la información es parcializada y plagada de secretismos. Para representarlo de modo entendible, la organización burocrática estatal cumpliría el rol de un Envase, cuyo Contenido lo integran funcionarios administrativos de rango político, judiciales y legislativos, con capacidad de decidir. El Envase (Estado, Gobierno), está conformado por la administración centralizada, descentralizada, desconcentrada, entes varios, unidades ejecutoras especiales, sociedades y empresas estatales, entre otras figuras jurídicas, de las que se carece de información integral veraz, que debería ser de acceso público a través de medios digitales, en donde cada organismo indique funciones, organización jerárquica, circuitos de tareas, cantidad de personal político y no político, nómina salarial, y balance anual de recursos y gastos. La falta de transparencia provoca la duda de si la totalidad de la información existe, y está al alcance del presidente, Jefe de Gabinete y legisladores que deben aprobar el presupuesto nacional, o se oculta a través de un planificado secretismo para facilitar la corrupción. La que se conoce públicamente surge de esforzados estudiosos de esta problemática a través organismos no gubernamentales, y publicaciones e investigaciones periodísticas, que abrevan en distintas fuentes de información oficiales y privadas, inevitablemente parcializadas. Un caso claro lo representan los Poderes Legislativos, cuyas páginas web carecen de los datos señalados, lo que explica las defraudaciones en proceso de investigación penal, y la cantidad de personal que no concurre a sus tareas.  Vale citar dos casos recientes.

Cuando chocaron dos trenes de la línea San Martín en el viaducto de Palermo, supuestamente debido al robo de cables que impidió la transmisión de señales, dos eternos gremialistas declararon en los medios que ellos “habían avisado antes”, obviamente sin aclarar cuando, a quien y porqué medio. Pero nadie aclaró si había en depósito cables para la rápida reposición de los robados, y subsidiariamente, que porcentajes del presupuesto de la empresa se destinan a gastos de personal, equipamiento y mantenimiento.

La mecánica se repitió ante el masivo reclamo por la actualización del presupuesto universitario. El rector de la UBA, doctor Ricardo Gelpi, en declaraciones radiales afirmó que 85% del mismo se destina a salarios, lo que explicaría porque algunos edificios se quedaron sin ascensores y calderas. Y ante una consulta respecto al destino de los fondos ingresados, señaló que eran auditados por la Auditoría de la Nación, verificándose que ello nunca sucedió. Pero como las auditorías se hacen en base a los Balances Anuales, no se aclaró si los mismos existen, y en caso afirmativo, porque no se hacen públicos en la página web del Consejo Universitario.

Sin estos datos de organismo por organismo, es imposible que los legisladores puedan aprobar un presupuesto nacional coherente y viable bajo el objetivo de déficit fiscal cero, tendiente a impedir que se sigan acumulando pobres. En contraposición a lo expresado, los eslogans no necesitan de datos veraces, pero sí una adecuada correspondencia entre contexto social, mensaje y emisores, lo que no sucede con las desgastadas clases dirigentes. Ello permite que con la misma superficialidad con la que se elaboran (propaganda), puedan ser contrarrestados (contrapropaganda). Por ejemplo “La Patria no se vende”, podría reformularse fácilmente, planteando: “La Patria no se vende, pero se la roba”.

Buenos Aires, 26 de junio 2024

Palabras, imágenes y hechos

El hartazgo social que se canalizó en el sorprendente y disruptivo triunfo electoral de Milei, y que entre otros síntomas incluyó las derrotas de tradicionales caudillismos provinciales en Santa Cruz, Neuquén, San Luis y Chaco, dejó a políticos y dirigencias corporativas responsables de la degradación del país, cual rey de la fábula, desnudos y confundidos, sin por ello renunciar a mantener privilegios e impunidades. Pero la ausencia de bipartidismos excluyentes, coaliciones coherentes, y una manifiesta licuación de identidades partidarias (ni hablar de ideológicas), de quienes hasta hace meses atrás gobernaban o pretendían gobernar, debiera ser vista como una oportunidad inédita para que la ciudadanía observe a la luz pública intereses y contradicciones políticas, que otrora se mantenían bajo sospechas de contubernios o invocaciones de “unión nacional”.

Para que la sociedad continúe avanzando desde lo emocional a soportes analíticos más racionales que sean comprensibles para todos los sectores sociales, evitando sectorizaciones que van desde sofisticadas reflexiones a idiotizantes simplificaciones, como gritar “la Patria no se vende”, vale continuar utilizando el didáctico aprendizaje infantil en que la palabra “pato” debía coincidir con la imagen de un pato, sin que el término infantil sea menospreciativo, pues por el contrario, evita la superficialidad de eslogans que se repiten de modo automático. Los niños, al menos son curiosos. Con este objetivo cabe reflexionar sobre los más de seis meses de debates legislativos iniciados con la presentación en diciembre de la entonces llamada Ley Ómnibus y paquete fiscal, que involucra directa e indirectamente a los 355 políticos que entre gobernadores y legisladores asumen la representatividad política institucional, con capacidad de decidir. Dichos debates interrelacionan Palabras (discursos para justificar posturas); Imágenes (individualización de la actitud de cada legislador), y Hechos (aprobación o rechazo de temas). Las identificación de las posturas de cada legislador asociada a sus entornos e intereses es esencial para entender el desarrollo de los acontecimientos, cuya próxima etapa vital para los políticos, serán las elecciones legislativas del 2025 (léase listas sábanas). En el ejercicio colaboran algunos medios gráficos que a página completa, identifica a cada legislador con foto, agrupación y distrito al que representa, indicando si votó a favor o en contra,  abstención, ausencia o posiciones fluctuantes.

Inicialmente quedó ratificada la crisis de representatividad que la Constitución Nacional exige a los legisladores, consecuencia de las continuas distorsiones que sufre el sistema electoral, en especial por las listas sábana. Es habitual que al referirse a un legislador se diga que “responde a…”, es “apadrinado por…”, o ya en funciones, se traspase a otro espacio partidario. O que Alicia Kirchner, Uñac y Manzur votaran en contra de los intereses de las provincias que gobernaron hasta diciembre pasado (Manzur en uso de licencia), mientras que los opositores Espínola y Kuider que lo hicieron a favor, fueran tildados de traidores. O que Lousteau, presidente de la UCR, votara en contra, diferenciándose de la posición de todos los senadores de su partido. Y para cerrar el muestrario, el grotesco que aportó la senadora Cristina López, que pasó a ser conocida en los medios no por su análisis de la ley, sino por afirmar que Milei es un enfermo mental.

Como dato positivo se rescata la inédita actividad parlamentaria en tiempos de receso, que puso en debate público temas omitidos en los agresivos cruces políticos, tales como promociones industriales eternas y ruinosas, negociados en las industrias del tabaco, la pesca y en la muy rentable actividad del juego, bajos porcentajes de regalías de inversiones mineras, y un foco de corrupción que cobró trascendencia en el tratamiento de la ley en febrero, ante el intento mayoritario de mantener la operatoria: los fondos fiduciarios, entre ellos el FISU, que son recursos públicos millonarios carentes de control que “no vieron” oficialismos y oposiciones, y que hasta el momento ningún juez o fiscal se anima a investigar.

Si los acontecimientos políticos se analizaran asociando palabras, imágenes y hechos protagonizados por los 355 políticos que deciden, se llegará bien preparado para participar del juego de mesa “Anticipe el armado de las listas sábanas 2025”. Próximamente se darán sus reglas.

Buenos Aires, 19 de junio 2024

Periodismo y política

El día del periodista celebrado el 07 de junio pasado conmemora la fundación de la “Gazeta de Buenos Aires” en 1810 por Mariano Moreno, a días de la revolución del 25 que inició la etapa independientista, lo que revela sus objetivos políticos. Esta relación entre política y periodismo, trasladada a nuestra actualidad, y  considerando que las únicas fuentes disponibles de información para el ciudadano común provienen de los medios de comunicación, es oportuna una reflexión.

En un contexto en el que uno de nuestros escasos logros institucionales es la libertad de prensa y opinión, coexisten medios con más de un siglo de existencia, los que están en manos de empresarios con actividades diversificadas, multimedios en poder de sindicalistas, los que se adquieren o sostienen con aportes estatales o evasiones fiscales, entre otras variantes. En cuanto a periodistas, los hay de investigación, información, opinión y quienes plantean el debate político como espectáculo, con predominio del escándalo. A lo que se suma la irrupción de nuevas tecnologías digitales, que convirtieron a la comunicación en una gran ágora en la que todos pueden participar, sin importar su nivel de formación y argumentación, y con una viralización que bien definió el conocido publicista Saravaglio: “Lo viral es un virus, y si no se sabe lo que es, estás desinformado”. Virus que afectó a tradicionales políticos que obligados a interactuar en redes para no perder presencia, revelaron que muchos razonan y opinan tan elementalmente como cualquier ciudadano sin pretensiones de representación. Como en esta coctelera informativa participan también mafias, corporaciones prebendarias y corruptos con complicidades estatales, el periodismo político no debiera exagerar su victimización ante los agravios, sino cumplir el rol de un corresponsal de guerra forzado a poner los pies en el barro y ser sometido a presiones. Defendiendo a rajatabla, eso sí, la valiosa libertad de prensa. Más aún ante prácticas políticas recurrentes en las que predomina el secretismo, factor imprescindible para que exista corrupción, estando generalmente a cargo del periodismo profesionalizado el descubrimiento de los casos de corrupción estatal-privada.

En este marco, para analizar el devenir político de modo comprensible para todos los sectores sociales por igual, retomando la estrategia educativa primigenia en la que la palabra “pato” coincidía con la imagen de un pato (no habitual en el discurso político), cabe explicitar algunos mojones analíticos.

1.- Para encuadrar al presidente Milei, vale recurrir a la invocación de las fuerzas del cielo con sus resonancias bíblicas, y recordar que los dioses solían castigar a las dirigencias corruptas a través de un enviado que utilizaba un lenguaje agresivo e insultante contra tales demonios, que en nuestro caso serían funcionarios y empresarios asociados para saquear recursos públicos, patotas sindicales millonarias, explotadores de pobres con una cruz en el pecho, golpistas y promotores de juicios populares contra adversarios tildándolos de “basura, sos la dictadura”. De todos modos, es importante que nuestro sorpresivo enviado bajo la imagen de un león (imagen sagrada para los faraones), tenga presente que también debe socorrer y proteger al tendal de víctimas que dejaron tales demonios, para lo cual urge que arme una estructura de gobierno consistente y eficaz, aunque se le filtren algunos integrantes del averno disfrazados de ángeles.

2.- Para no confundirse ante la hojarasca dialéctica plagada de abstracciones, los análisis se concentrarán en los 355 políticos elegidos por el voto popular que deciden a nivel nacional (presidente, vice, gobernadores y legisladores), que serán evaluados por sus opiniones y acciones certificadas en videos y reportajes públicos, eludiendo noticias falsas o rumores. En cuanto a los legisladores, lo decisivo será observar cómo votaron, abstuvieron o ausentaron cada uno de ellos en los distintos temas, para lo cual será importante la información de los medios de comunicación para dicha identificación.

3.- Considerando que los elementos señalados son aún insuficientes para que un ciudadano común pueda formular una argumentación fundada, las reflexiones tenderán a señalar omisiones o contradicciones discursivas a ser clarificadas, en lo posible con apoyo de las entrevistas periodísticas.

4.- Por último, como recomendación útil para participar con éxito en el próximo juego popular de mesa “Arme sus listas sábanas legislativas 2025”, recordar la descripción que Maquiavelo le hiciera al príncipe respecto de las tropas mercenarias: “viven desunidas, son ambiciosas, indisciplinadas, desleales, desean ser sus soldados mientras no haya guerra, pero en cuanto esta estalla, prefieren la deserción” (léase pasarse a otra lista). Hoy ya hay muchas tropas políticas que se están ofreciendo en alquiler para el 2025.

Buenos Aires, 12 de junio 2024

Discursos y chupetes políticos

Finalizado el proceso electoral en el que la sociedad mostró en todo el ámbito nacional el hartazgo provocado por el accionar político practicado por quienes un exitoso eslogan de campaña calificó como “Castas”, de ahora en más esta reacción mayoritaria deberá enriquecerse pasando de lo emocional (hartazgo), a soportes analíticos más racionales. Más aún cuando las denostadas castas, mafias, familias o corporaciones, según se prefiera, están plenamente vigentes, pero en un contexto inédito desde 1983, en el que Milei es solo un instrumento.

Es útil recordar que los principios o técnicas de la propaganda política moderna fueron diseñados cronológicamente por los regímenes totalitarios encarnados por Lenin, Trotsky, Mussolini, Hitler y Goebbels para manejar grandes masas. Ello implicaba generar mensajes breves y simples dirigidos a lo emocional, para que todos, aún analfabetos, crean comprenderlos y los compartan. Esta brevedad que se plasma en el eslogan, es también aplicable al exceso de palabras que no informan verazmente sino entretienen o engañan, algo muy habitual en nuestros locuaces políticos y dirigentes. Pero todo tiene límites; estas técnicas propagandísticas universales de por sí no son suficientes, porque una cosa es persuadir y otra idiotizar. Para ser efectivas, las propagandas y discursos exigen una adecuada simbiosis entre contexto (como poblaciones empobrecidas tras la Primera Guerra Mundial), personificaciones que las sustenten (inicialmente esperanza en un nuevo líder), y concordancia entre el decir y el hacer, pues un mismo líder o grupo no puede engañar o someter al pueblo por décadas, salvo con el empleo de la fuerza. De este trípode, tras décadas de permanencia de dirigencias fracasadas, hecho inédito en un sistema democrático, se llegó a la instancia de que las mismas perdieron dos patas: credibilidad en sus actos y credibilidad en sus mensajes, pese a lo cual y para seguir vigentes, apelan a su recurso comunicacional más destacado: la impavidez, entendida como estrategia distractiva para afrontar situaciones adversas en lo delictivo, ideológico o partidario. Es así como sin rubor, el político fracasado acusa de fracasado a su opositor, el corrupto de corrupto a quien lo acusa, y el inútil resalte que su adversario también lo es. En este contexto se deberán analizar los próximos acontecimientos.

En esta tarea se deberá tener presente que en carácter de ciudadanos comunes, las fuentes informativas serán las que proveen los medios de comunicación, sean oficialistas, opositores o independientes, diferenciando entre información, opinión y espectáculo, variantes que suelen confundirse. Vale comenzar por el espectáculo a través de su variante  más “vendedora” para todos los sectores sociales: el “escándalo”, como se titulan hechos reales o supuestos teñidos de delictivos o inmorales, que saltan intempestivamente a la luz pública. Bajo esta categoría se informan los casos políticos de “ñoquis” en las legislaturas; negociados con seguros contratados con organismos públicos; defraudaciones en los subsidios sociales; estafas en compra de alimentos u otros insumos, entre una larga lista de alternativas. Pero en realidad no cumplen con el requisito de ser catalogados como “escándalos” por lo sorpresivo, dado que sus metodologías para facilitar las corrupciones son reiterativas, algunas con denuncias periodísticas previas, e involucran extensas cadenas administrativas prediseñadas, que por acción u omisión, se extienden a los poderes judicial y legislativo. Ello lleva a los siguientes supuestos: 1) Es tremendamente fácil robar recursos públicos, sin posterior recupero de fondos y con impunidad judicial; 2) El escándalo en el Estado no lo generan hechos puntuales, sino la persistencia de una matriz que para apropiarse de recursos públicos, cuenta con una amplia complicidad  o complacencia político-administrativa y gremial.

En cuanto al recurso de la “impavidez” defensiva, vale citar a tres personajes acusados de saquear recursos destinados a los más necesitados, que sin disimulos ideológicos, comparten el “yo no fui”: Grabois, quien a veces exhibe una visible cruz sobre su pecho; Belliboni como supuesto troskista y Pérsico, otrora montonero. El ejemplo de un “chupete” discursivo para distraer a la opinión pública lo provee el senador Lousteau, intérprete de la inolvidable escena en la que votó el aumento de dietas con su mano sobresaliendo apenas del escritorio, mientras conversaba con la senadora ubicada a su lado. Creativamente, en lugar de proponer que se retrotraiga el aumento masivamente acordado para definir otro más razonable acorde a las circunstancias, anunció que presentará un proyecto de ley para que los senadores cobren lo mismo que un director de escuela primaria, provocando las carcajadas de los integrantes de todos los bloques. Estos ejemplos brindados por viejos políticos en lo mental utilizando viejos recursos dialécticos, facilitarán pasar de las opiniones emocionales a las racionales.   

Buenos Aires, 05 de junio 2024

Savonarola, el poder y los 72

En una instancia en que la reciente conmoción electoral dificulta que muchos de los actores políticos puedan disimular vicios y contradicciones, es oportuno comenzar desde ahora a analizar el devenir de los hechos en base a nombres propios y no de abstracciones semánticas. Para visualizar un escenario posible, nuevamente puede recordarse como metáfora la situación política de la Italia de fines del siglo XIV y comienzo del XV, con centro en Florencia.

Italia se dividía en ciudades-estado rivales en la puja por recursos (asimilables a nuestras provincias), que eran gobernadas por príncipes hereditarios o prácticas de nepotismo (que repiten caudillos y funcionarios en nuestro sistema), y en los enfrentamientos militares (en nuestro caso electorales), se reforzaban con fuerzas mercenarias poco confiables (símil de nuestros políticos oportunistas). En Florencia gobernó por décadas la tradicional familia de banqueros Médicis (el círculo rojo de entonces), bajo un despotismo ilustrado que hacía innecesario recurrir a las reelecciones indefinidas y listas sábanas, y como mecenas produjeron un reverdecer artístico inédito (en nuestro caso el mayor éxito fue el lenguaje inclusivo). En 1493 irrumpió el carismático y fanático monje Savonarola predicando contra el lujo, depravación y vanidades de las élites gobernantes, con una enorme repercusión en el pueblo (imagen asimilable a Milei por su histrionismo, crítica al poder establecido y consenso en la población). Pero las recurrentes crisis económicas debilitaron su discurso, lo que fue aprovechado por la Iglesia para excomulgarlo y condenarlo a la hoguera en 1498. En esta metáfora se prestó atención a que la prédica del monje duró cinco años, contra cuatro del período presidencial de Milei, lo que supone que pese al accionar de muchos inquisidores (léase golpistas), el presidente no será quemado durante su gestión. En el mismo año en que Savonarola moría en la hoguera, Maquiavelo asumía sus primeros cargos diplomáticos. Su nombre es importante, pues el concepto de política se suele agrupar en dos categorías: la que la define como arte de negociación para obtener el bien común (nace con Aristóteles), y la que la define como lucha de poder alejada de consideraciones éticas (Maquiavelo). En nuestros análisis primará Maquiavelo vista nuestra situación socio-económica, corrupción y deformaciones institucionales, reservando las invocaciones éticas para los endulzantes discursos políticos. Otra similitud podría producirse a futuro: la crítica a la Iglesia católica que era un Estado más con sede en Roma conducida por príncipes-Papas, pareció concluir con la condena a Savonarola. Sin embargo, su prédica influyó en la cercana reforma religiosa de Lutero, y la Contrarreforma católica. ¿Logrará nuestro Savonarola criollo reducir al menos las inequidades, corrupción y privilegios?

Establecido el escenario, cabe concentrarse en el accionar de los 72 senadores que tratan la Ley Bases, quienes exponen el juego entre intereses corporativos privados, políticos partidarios e individuales. Estos últimos se manifestaron cuando unánimemente sin debate ni grietas, a mano alzada y en dos minutos, priorizaron la aprobación de un incremento desmesurado de sus dietas, mientras que la Ley Bases, clave para estructurar un despegue nacional si concretan cambios virtuosos, está sometida a un tratamiento interminable, sin saberse si será aprobada y en qué condiciones. En el seguimiento del desenlace del debate, cabe una prevención: la historia señala que suelen ser más peligrosos quienes fluctúan en sus decisiones, que los que aún equivocados las explicitan claramente, tal cual hicieran los supuestos 33 senadores kirchneristas que manifestaron públicamente su rechazo a la Ley Bases en su totalidad. Actitud que es congruente con los apoyos corporativos explícitos que recibiera el candidato Massa en su campaña, para mantener privilegios y que nada cambie.

Por el contrario, muchos senadores que ingresaron a través de Juntos por el Cambio o expresiones provinciales que promovían “el cambio”, que en campaña se reflejó en la frase pronunciada por Rodríguez Larreta como precandidato presidencial de Juntos por el Cambio, cuando dijo textualmente que “Necesitamos en 100 horas, tomar 1.000 medidas”, publicada en el reportaje que Clarín le hiciera el 26 de febrero del 2023, hoy confunden a la sociedad con actitudes dilatorias que ocultan sus reales objetivos. Seguir estos derroteros confrontando adecuadamente lo que los políticos dicen, hacen y ocultan, permitirá participar con éxito en el futuro juego de mesa “Listas legislativas sábanas 2025”, en el que cada ciudadano deberá presuponer la integración de listas de las dos principales coaliciones, tratando de lograr la mayor cantidad de aciertos en comparación con las que se oficialicen. Será un juego basado en antecedentes, dichos y hechos, no en el azar.

Buenos Aires, 29 de mayo 2024