Carrió vuelve

Desde hace un tiempo la sociedad afronta una secuencia de hechos marcados por el término “inédito”, que adecuadamente evaluados podrían canalizar transformaciones estructurales virtuosas. Cabe comenzar con la “inédita” designación de Alberto Fernández como candidato a presidente a través de un tuit de Cristina Kirchner, quien se autoproclamó vice, y la incorporación días más tarde del siempre “renovador” Massa, configurando una trilogía para ganar. Y triunfaron. Una “Inédita” campaña electoral 2023 en la que el candidato presidencial oficialista y también ministro de Economía, tomaba decisiones generando deudas a futuro con el fin de triunfar, contando con un explícito apoyo corporativo sindical, empresarial, gobernadores, hipócritas que lucran invocando a la pobreza, la educación, la ciencia y la cultura, y un sector de la Iglesia que elude hablar de corrupción siempre y cuando a los pobres les den de comer. Pero perdieron. Tampoco triunfó Juntos para el Cambio, que resultó ni Juntos ni Cambio, sino una suma de intereses personales y sectoriales alejados de objetivos nacionales. Ante tantos dislates, en otro hecho “inédito” llegó al poder un exótico personaje llamado Milei, que no impactó al votante por ser anarco capitalista o admirador del economista austríaco Hayek, sino por reflejar un mayoritario hartazgo social bajo la consigna de terminar con las castas generadoras de políticas depredadoras. Pero como un sistema electoral amañado permite la continuidad de viejos políticos, los hechos “inéditos” continúan, y es así que el gobierno tuvo sus primeras leyes tras más de seis meses de gestión. Como síntoma optimista se destacó la intensa actividad legislativa que permitió apreciar las actitudes de cada legislador ante temas específicos, y la dificultad en desactivar políticas que generan privilegios, cuyos beneficiarios agradecen con las pertinentes contraprestaciones que el ex funcionario José López denominara en sede judicial “dinero de la política”.

De ahora en más el seguimiento de los hechos políticos deberán evaluarse en un contexto de campaña para las elecciones legislativas del 2025, que a un año del cierre de listas ya comenzó. Para mantener el criterio que los análisis, opiniones e interrogantes sean masivamente comprensibles, es oportuno ir instalando el metafórico juego de mesa llamado “Anticipe usted mismo el armado de listas sábanas 2025”. La tarea se verá facilitada porque a las viejas dirigencias les será muy difícil ocultar sus antecedentes y generar campañas creativas en las que confluyan personaje, imagen y mensaje, pero dado que no será un juego adivinatorio sino analítico, cabe establecer ciertas pautas. La más importante es basarse solo en nombres propios y sus entornos familiares directos en el armado de listas, sin enredarse en abstracciones ideológicas, partidarias o simbólicas, tales como peronista, radical, kirchnerista, macrista, izquierda, derecha, Patria, y menos aún, términos como unión, juntos, todos, o similares. Tampoco cabe impresionarse ante cruces de amenazas o agravios reales y sobreactuados, porque es sabido que pueden licuarse en el armado final de las listas sábanas, habitualmente llamadas “de unidad”.

A modo de ejemplo de un juego aún sin reglas, se comenzará citando a Elisa Carrió, justificadamente reconocida como una de las políticas intelectual y moralmente más consistentes, como también por su condición de soberbia y enorme incapacidad para mantener estructuras partidarias y relaciones políticas en el tiempo. Acostumbrada a augurios tremendistas, brindó un reportaje al diario Clarín publicado el 16 de junio pasado en la página10, expresando que “La República está en riesgo con Milei como con Cristina Kirchner”. Sus intenciones salvadoras se develaron de inmediato cuando anunció que “planea en el 2025 ser candidata a senadora en la ciudad”, agregando el desgastado latiguillo “de apostar a construir una tercera vía”. Con estos datos el analista amateur puede formular una hipótesis, y suponer que la reaparición de Carrió es una habitual estrategia para negociar puestos en las listas sábanas. Y dadas las urgencias económico-sociales, considerar más razonable que las distintas posturas o vías se manifiesten con los actuales legisladores a través de sus votaciones, y no esperar al recambio legislativo a partir de diciembre del 2025. En síntesis, que las estrategias de campaña se sustenten en hechos, no en palabras. En tal sentido, el Pacto de Mayo suscrito en Tucumán entre dieciocho gobernadores, de ser genuino, podría ser un excelente augurio. 

Buenos Aires, 17 de julio 2023