Figuritas políticas

La actual campaña electoral puede analizarse como un conjunto de actores políticos (rol activo), que desde el escenario mediático intentan convencer de las virtudes de sus acciones e intenciones a los espectadores (rol pasivo), para lograr un éxito de taquilla electoral. Al espectador (ciudadano común), solo le cabe juzgar, opinar, protestar, pero rara vez incidir en la trama de la obra. El problema de nuestras compañías electorales es que sus publicidades de campaña tales como “el cambio, la esperanza, ponernos de pie”, no guardan consonancia con los antecedentes de los actores, y sus reiteradas y fracasadas puestas en escena. Debieran entonces ser los ciudadanos quienes impulsen (o fuercen) verdaderos cambios, para lo cual cabe ejercitar pautas analíticas básicas y comprensibles por todos los sectores sociales. Un modo de hacerlo es replicando el clásico entretenimiento infantil del armado de un álbum de figuritas, en este caso presuponiendo quiénes encabezarán los primeros puestos de la lista de preferencia de cada jugador, cuyo cierre se producirá el 24 de junio. La propuesta no es superficial, pues es a lo que están dedicados los diversos espacios políticos.

El juego es formativo por dos razones: 1) en la puja por poder y privilegios, los actores políticos afrontan un fuerte estrés que los impulsa a transparentar actitudes y expresiones que habitualmente ocultan; 2) los principales referentes políticos demuestran que para armar listas que les permita permanecer, no hay grietas insalvables; criterio que deben adoptar los ciudadanos para encarar el juego con independencia del lado de la “grieta” en la que se ubiquen. Dado que un factor muy importante del juego es el humano, cabe tener presentes tres frases claves, pronunciadas en épocas y circunstancias distintas. En el siglo XVI, Maquiavelo en su tratado El Príncipe señaló que “El príncipe que descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro y tranquilo, porque son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se enfrentan a los enemigos”. En el siglo XX, el actor, humorista y escritor estadounidense Groucho Marx expresó con ironía: “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”. Ya en el siglo XXI, cobra vigencia una expresión criolla representativa de nuestra actualidad: “En política de ser conveniente, los agravios se olvidan en pocos años”.

A la dificultad que emerge de las evaluaciones personales de los políticos, se agrega la ausencia de identidades partidarias coherentes en el tiempo, por lo que el juego no prevé acertar el nombre de fantasía de las coaliciones en cada elección, y que no se utilice como alternativa del juego el álbum de figuritas de jugadores de fútbol, asimilando el cierre de candidaturas el 24 de junio con el cierre del libro de pases en la AFA. Porque es impensable, por ejemplo, que Boca Juniors e Independiente se presenten como tales en un campeonato, y se inscriban como Boca Senior y Dependiente en otro, como sucede en nuestras coaliciones políticas: distintos envases con el mismo contenido. La última dificultad la presenta las liquideces o gasificaciones ideológicas, que motivaron el peculiar diseño de las fichas a las que deberá adjuntarse el nombre de cada candidato elegido para el conformar la lista armada por cada jugador. Las de escudería “peronista” se subdividen en las variantes peronista puro, menemista, kirchnerista, de origen UCDE; federal y republicano. La escudería “radical” está integrada por las fichas radical puro, radical K, radical polifuncional y bautizado como radical en edad adulta. Para incorporar a las abundantes alternativas restantes, el juego tendrá una ficha “comodín”, subdividida en las opciones de derecha, centro derecha, centro izquierda e izquierda.

Como se observará, el juego incluye coaliciones, candidatos y mosaicos ideológicos, pero carece de programas integrales de gobierno, lo que abre un interrogante fundamental: ¿serán explicitados por los candidatos a partir del lunes 26 de junio hasta las PASO del 13 de agosto (49 días), o se los expondrá y debatirá a partir del 14 de agosto hasta la elección nacional del 22 de octubre (69 días)? Dicho de otro modo, ¿los candidatos de un mismo espacio que compitan en las PASO, explicitarán sus divergencias y concordancias en temas básicos de un plan de gobierno para que el ciudadano elija, o seguirá el superficial debate acerca de quién es paloma y quién halcón?

Buenos Aires, 14 de junio 2023