Novelas de espías criollos

Para no perder la dinámica de las reflexiones políticas, y dado que las vacaciones predisponen a la lectura, las novelas de espionaje de autores reconocidos como Graham Green, Ian Fleming y John Le Carré son adecuadas, porque cruzan intereses nacionales con contextos geopolíticos, y la diferenciación entre personajes patriotas, oportunistas y traidores suele ser difusa. Pero nuestros espías criollos son especiales: omiten tareas de inteligencia, no protegen contra amenazas exteriores e interiores, repiten el recurso del anónimo, escuchas o denuncias de personajes secundarios sin aporte de pruebas, y promueven la impunidad judicial. Además, son públicamente conocidos y torpes, por abundar en políticos, legisladores, jueces, fiscales, empresarios o delincuentes todo servicio, al punto que actualmente desfilan por siete juzgados federales: Servini de Cubría; Martínez de Giorgi; Ercolini; Capuchetti; Martín Bava (Dolores); Kreplak (La Plata) y Catania (penal-comercial). Parece una parodia que recuerda al éxito televisivo de Superagente 86 en la década del 60, pero no lo es.

La conocida causa de sobornos en el Senado estableció una matriz hoy vigente. Tras la reforma laboral que fuera aprobada en el año 2000 con apoyo parcial de senadores justicialistas, el sindicalista Moyano declaró a la prensa que el Ministro de Trabajo Flamarique afirmó que para convencer a los senadores tenía la Banelco. Días más tarde un funcionario secundario “todo terreno” llamado Daniel Bravo, encontró un anónimo en un cajón del Senado, generándose un caldo de cultivo que derivó en la renuncia del vicepresidente Alvarez y la crisis 2001-2002. A mediados del 2003, con Néstor Kirchner recientemente asumido, apareció como arrepentido el secretario parlamentario radical Pontacuarto, afirmando haber participado en el pago de los sobornos, y que previo a la denuncia se había reunido con el Jefe de Gabinete de entonces, Alberto Fernández. La causa atravesó los juzgados de Liporace, Oyarbide, Canicoba Corral, y finalmente Rafecas, quien dispuso varios procesamientos encabezados por De la Rúa. En el año 2013, el Tribunal Oral Federal 3 (jueces Pons, Gordo y Ramírez), en un fallo de 3000 páginas, no solo absolvió a todos los acusados por no haber aportado los testigos pruebas del supuesto delito, sino destacó las inconsistencias y contradicciones de Pontaquarto, “la mendacidad” del testigo Aníbal Ibarra, y las “imprecisiones y vaguedades” de Bravo al intentar aclarar el motivo de la reunión de Pontaquarto con Fernández. También se señaló la parcialidad investigativa del juez Rafecas. En diciembre de 2015, a 12 años de presentada la denuncia, la Cámara Federal de Casación confirmó el fallo absolutorio. Lo ilustrativo del caso es que la absolución no asegura que no hubo sobornos, sino que los denunciantes y más de cien testigos no aportaron pruebas. Pero como en los actos mafiosos el objetivo no es la verdad, sino la obtención de réditos políticos subalternos inmediatos, a costa de crisis sociales si es necesario, lo importante es destacar una matriz que se mantiene vigente: 1) un denunciante sin pruebas (Moyano); 2) el uso de un anónimo (Bravo); 3) un tardío arrepentido (Pontaquarto); 4) la acción de promotores políticos (Fernández e Ibarra). Comparemos similitudes con ejemplos de actualidad:

1.- Muerte del fiscal Nisman. La matriz presenta cuatro instancias concomitantes: 1) neutralización de costos políticos: desprestigio inmediato de la víctima por parte del gobierno; 2) encubrimiento: cuando el fiscal Taiano solicitó este año a la AFI el listado de los 89 espías que registraron intercomunicaciones activas el día de la muerte de Nisman para citarlos a declarar, la entonces interventora Caamaño informó que 64 de ellos, como si fueran vendedores puerta a puerta rotativos, ya no pertenecían al Organismo y se desconocían sus paraderos; 3) impericia investigativa judicial; 4) impunidad.

2.-  Operativo “puff” de la causa Cuadernos. En enero de 2019 se presentó ante el juez Alejo Ramos Padilla en el Juzgado Federal de Dolores el empresario Etchebest, denunciando que el abogado D`Alessio intentó extorsionarlo en nombre de Stornelli, fiscal actuante en la causa Cuadernos, bajo amenaza de incluirlo en la misma pese a ser ajeno a ella. Matriz: 1) denunciante “secundario” desconocido, que estaría residiendo en el exterior; 2) elección de Juzgado: Dolores. 3) inmediatez en el impacto político: el 13 de marzo el juez Ramos Padilla realizó una presentación pública inusual en una Comisión de la Cámara de Diputados presidida por el diputado Moreau, brindando información reservada de una supuesta red de espionaje paraestatal; 4) demorar la elevación de la causa a juicio oral, para que no declaren Etchebest y cantidad de testigos secundarios que pululan ya no por los “sótanos de la democracia”, sino por los despachos de funcionarios.

3.- Atentado contra la vicepresidenta, causa a cargo de la jueza federal María Capuchetti. A más de un mes del intento de homicidio, se presentó como denunciante “secundario” Jorge Abello, afirmando haber oído en un bar al diputado Milman de Cambiemos, expresar días antes del atentado: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”. Frase que no escuchó quien lo acompañaba en la mesa, y que una verificación judicial mostró la imposibilidad de hacerlo dada la distancia con la mesa ocupada por Milman, por lo que Abello sería acusado de falso testimonio. Lo relevante es la matriz: 1) Denunciante “secundario” relacionado con la política (asesor en la Cámara de Diputados); 2) Denuncia tardía a más de 30 días del atentado; 3) Inmediatez en la propagación coral para dar por veraz el hecho. La diputada Osuna, por ejemplo, le gritó a Milman en el recinto: asesino!!

Como se observa, los servicios criollos de espionaje sin inteligencia son únicos en el mundo.

Buenos Aires, 27 de diciembre 2022

Tras un breve tratamiento de control emocional para afrontar los discursos de campaña y operaciones de espionaje, la próxima newsletter será el miércoles 01 de febrero de 2023.

Nuevo ejercicio político

En la newsletter del 7 de diciembre pasado, considerando un listado de 100 apellidos de políticos, economistas, sindicalistas y empresarios de relevante incidencia directa y/o indirecta en los gobiernos de los últimos 25 años, y ante la realidad de que permanecerán a partir del 2024 con independencia del resultado electoral, el interrogante era que expectativas tenía el ciudadano respecto a lograr transformaciones estructurales necesarias para generar un sostenido desarrollo nacional. Entre los apellidos mencionados, que en muchos casos albergan familiares, se destacaban Kirchner, Macri, Alberto y Aníbal Fernández, Massa, Manzur, Zannini, Parrilli, Pichetto, Negri, Rodríguez Larreta, Insaurralde, Espinoza, Berni, Moreau, Mussi, Secco, Rodríguez Saa, Gioja; Capitanich, Zamora, Soria, Schiaretti, Ricardo Alfonsín, Solá, Scioli, Ritondo, Bullrich, Carrió; Morales, Insfrán, Santilli, Pérsico, Granados, Descalzo. A nivel economistas, Lavagna, Prat Gay, Loustau, Redrado, Melconian, Kicillof y Nielsen. En cuanto a sindicalistas, Genta, Daer, Barrionuevo, Cavalieri, Lingeri, Moyano, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Piumato, Santa María, Maturano, Baradel, Yaski y Biró. Entre los empresarios, De Mendiguren, Bulgheroni; Eurnekian; Weiss, Werthein, Sigman; Eskenazzi, Chernakoski, Caputo, Manzano, Vila, Cristóbal López, Gerardo Ferreyra, De Narváez, Roemmers, Belocopit, Figueiras, Acevedo, Pérez Companc, Midlin y Madanes.

El presente ejercicio incursiona en lo ideológico, y el interrogante consiste en adjudicar entre las categorías políticas de izquierda, centro y derecha, la que se considera corresponde a cada uno de los mencionados en la lista. Pero como el discurso político les quita contenido, adquiriendo la superficialidad de los eslógans, el participante deberá indicar al menos tres características excluyentes de dichas categorías. Caben algunas observaciones previas: 1) A nivel de partidos, se considera como unidad electoral representativa a las coaliciones, siendo el radicalismo, peronismo, socialismo u otras expresiones, versiones líquidas que circunstancialmente confluyen en coaliciones fluctuantes, en base a cargos antes que en programas compartidos. 2) En lo político, cabe tener presente que nadie dudaría en ubicar a Stalin como representativo de la izquierda, y a Hitler de la derecha. Sin embargo, ambos fueron sangrientos dictadores, con economías concentradas, expansionistas territoriales, racistas y amantes de las monumentalidades. 3) En lo económico, los extremos estarían representados por Karl Marx, expresión del materialismo histórico de izquierda planteado en “El capital”, y en Adam Smith como epítome de la derecha liberal capitalista, formulada en la “Riqueza de la Naciones”. Lo relevante es que, en sus divergencias y convergencias, ambos desarrollaron posturas inteligentes que tuvieron gran influencia en el desarrollo de la economía moderna, por lo que los preconceptos vacíos planteados tipo “grieta” son engañosos. De todos modos, para cumplir con el objetivo de un aprendizaje comprensible para todas las franjas socio-culturales, es suficiente saber que el término economía proviene del griego y significa “administración de una casa”, tarea que todos los habitantes deben afrontar, lo que les permite entender conceptos básicos como ingresos, gastos, ahorros, préstamos, deudas, inflación y pobreza, para formarse una opinión. Cumplida la anotación de tres condiciones excluyentes que se supone caracterizan a la izquierda, centro y derecha, comienzan los interrogantes, tales como:

1.- Cuál de las tres categorías adjudicaría a Cristina Kirchner, Macri, Alberto Fernández, Massa; Larreta, Zamora, Insfrán, Moreau y Morales?

2.- Los Moyano y Berni son de derecha o izquierda? Para evitar escapismos, en este caso no se acepta la opción centro.

Último momento. Ayer, 20 de diciembre, se produjo una ejemplo práctico e inédito por su magnitud, para comprender el término POPULAR: multitudinaria autoconvocatoria de diversas generaciones, niveles sociales y tendencias políticas, para honrar el triunfo de un grupo de deportistas profesionales aunados en el esfuerzo y mérito de años, debidamente organizados y conducidos, y orgullosos de ejercer una representación nacional. Todo ello con la ausencia de políticos, sindicalistas, patoteros todo servicio, colectivos contratados y gestores de organizaciones sociales tomando asistencia a los subsidiados.

Buenos Aires, 21 de diciembre 2022

Todo tiene que ver

Conocido el fallo y las penas que el Tribunal aplicara por el caso denominado obras de Vialidad con epicentro en Santa Cruz, y más allá de las futuras apelaciones, es oportuno reflexionar sobre aspectos que adecuadamente evaluados, pueden generar un verdadero saneamiento institucional. La presente etapa puede describirse bajo la metáfora de que para curar al enfermo es necesario identificar la patología, para lo cual colaboran las recientes expresiones en el recinto del senador Parrilli, al afirmar que los jueces de la Corte “son unos mafiosos”, de altos funcionarios de gobierno replicando el término “mafia” para desacreditar a jueces, fiscales y periodistas, y el .senador Mayans sugiriendo “cambiar impunidad por paz social”. Ante estas concordancias, la palabra “mafia” dejó de ser un insulto circunstancial, para pasar a describir la enfermedad que el país sufre desde hace décadas, y explica su degradación económico-social: existe un Estado mafioso.

Ante este reconocimiento oficial, cabe identificar los patrones de conducta de los virus “mafiosos” políticos, que a diferencia de los clanes que competían por negocios privados, en las mafias estatales son los funcionarios quienes las encabezan y organizan las tramas para saquear recursos públicos. En ambos casos la conformación y consolidación de las estructuras mafiosas exige tiempo, requisito que cumplen nuestras dirigencias políticas y corporativas actuantes desde hace al menos 25 años. También son similares, con la salvedad del crimen, los métodos para conseguir objetivos: transacciones espúreas (coimas, privilegios), y coacciones directas (espionajes, amenazas, armado de situaciones comprometedores). El léxico mantiene una grandilocuencia amenazante, que en política se manifiesta en los términos proscripción, persecución, fusilamiento, golpe de estado, y similares. A nivel declarativo jamás se confiesa culpabilidad, y menos aún se explican las escandalosas fortunas obtenidas. En cuanto a repercusiones sociales, siempre existen grupos que, sea a mafiosos de antaño o corruptos modernos, se los justifica apelando al “roba pero defiende a los pobres”. En un contexto en que política y corrupción se imbrican es importante desentrañar los mensajes, por lo que vale destacar una frase pronunciada en redes sociales por la vicepresidenta para explicar el atentado contra su vida: “Todo tiene que ver con todo”. La frase presenta una dualidad oportuna para confundir: sirve tanto para armar relatos en donde con partes inconexas se intenta conformar un todo homogéneo falaz y persuasivo, o para lograr una sólida interrelación de partes veraces y verificables que permitan argumentaciones que justifiquen la toma de decisiones virtuosas. Un ejemplo de esta duplicidad lo brindó el presidente Fernández cuando descendió al “sótano de la democracia” para denunciar por cadena nacional una reunión de funcionarios, jueces y empresarios en el sur, basado en una escucha telefónica ilegal. Pero como entre los recursos mafiosos está el de operar, degradar, amenazar, igualar, pero sin llegar al juicio oral y público pues la verdad nunca es un objetivo, no se debe caer en la trampa de tomar partido inmediato ante denuncias, sino exigir el esclarecimiento judicial para comprobar inocencias y culpabilidades. Entender los métodos mafiosos es trascendente para lo que se avecina, pues se está transitando una muy dura etapa en la que coexisten una crisis económico social inédita, mafias sectoriales perennes que luchan para subsistir, oportunismos dialécticos carentes de políticas, y una oposición que pareciera repetir el error del actual gobierno en el 2019, que es armar acuerdos solo para triunfar.

Es importante también sacar a Cristina Kirchner como foco judicial excluyente (lo que era aceptable en la causa Vialidad por congregar a funcionarios políticos, empresarios y presupuestos con obras concentradas en Santa Cruz), para ampliar el espectro a otros personajes principales y secundarios nefastos, tal el caso del demorado juicio oral de la llamada causa Cuadernos. De la causa Vialidad cabe destacar un concepto con sentido exculpatorio hacia la vicepresidenta vertido por muchos de sus defensores, que sintetizara el ministro Massa en un tuit: “el veredicto es insostenible porque corta la cadena de responsabilidades administrativas”. El planteo, debidamente profundizado y clarificado por interrelacionar sistema político (presidencialista), estructura burocrática, circuitos administrativos y normas legales, transparentará las omisiones y contradicciones que posibilitan conformar una matriz de corrupción estatal-privada. Paradójicamente (o no?), en un Estado sobredimensionado.

Buenos Aires, 14 de diciembre 2022

Aprendizajes políticos básicos

La función de la educación pública básica es la de actuar como un igualador social que provea niveles básicos de entendimiento y análisis que permitan a cualquier ciudadano alcanzar la inteligencia que Maquiavelo denominaba “entender al menos lo que otros disciernen”. Virtud de la que carece la propaganda política moderna, que nacida a comienzos del siglo XX, no busca educar sino influir y dirigir la opinión pública con mensajes masivos que priorizan lo emocional antes que lo racional. Cuando el mensaje se sectoriza, se ingresa a las tareas de campo, como convencer a empresarios en un congreso, o a pobres del conurbano con la acción de punteros. Por ello es interesante decodificar la propaganda que se dirige a la sociedad en su conjunto, para lo cual hay que formar creativamente a los sectores sociales más postergados a fin de posibilitarles que formulen sus propios interrogantes, y detecten el sentido oculto y las contradicciones de los mensajes políticos, rompiendo con el preconcepto de que la adhesión de los pobres al kirchnerismo/peronismo es producto de su irracionalidad y/o bajo nivel cultural, cuando similar adhesión tienen vastos sectores corporativos, que a diferencia de los pobres, son muy ricos. Así como la escuela primaria nos igualaba para aprender a leer y escribir, similar criterio se debe aplicar para diseñar pautas analíticas que, comprensibles para todas las franjas socio/culturales, a modo de un entretenido juego plantee interrogantes personales trascendentes para la sociedad.

La palabra clave del juego para evitar preconceptos que impidan una visión general es equidad. En consecuencia, la problemática del delito común se debe tratar junto con la de la corrupción política; la de los planes mal llamados sociales con la de los planes de cargos políticos, y así sucesivamente. Superar esta crisis es y será duro, pero será imposible lograrlo sin desarmar privilegios y evitar saqueos a los recursos públicos. Menos aún gobernando a la manera de Don Corleone, negociando favores individuales y/o sectoriales con empresarios (léase dar dólares), o con grupos de presión piquetera (léase dar subsidios intermediados), para que la “familia” política mantenga el poder.

El primer ejercicio analítico básico consta de un listado de 100 políticos, economistas, sindicalistas y empresarios, relacionados con recursos, negocios y/o beneficios estatales, que tuvieron incidencia política relevante directa y/o indirecta durante los últimos 25 años, y muchos de los cuales desempeñan simultáneamente los roles de políticos, empresarios o sindicalistas. Como el ejercicio parte de un mismo valor de fichas, o sea de apellidos, no se incluyen valoraciones personales morales, éticas o intelectuales. El listado (se pueden armar otros similares), está conformado por los siguientes apellidos reconocibles:

A nivel político, Duhalde; Cristina Kirchner y familia; Macri; Alberto Fernández, Massa y familia Galmarini; Manzur; Zannini, Parrilli, Pichetto; Negri; Sanz; Naidenoff; Rossi; Rodríguez Larreta; Quintela y familia;Insaurralde, Katopopdis, Espinoza, Berni, Aníbal Fernández, Moreau y familia, Mussi y familia, Secco, hermanos Rodríguez Saa, hermanos Gioja; hermanos Capitanich, hermanos Urtubey, Gerardo Zamora y esposa, Soria y familia; Schiaretti y esposa, Ricardo Alfonsín, Felipe Solá, Scioli, Ritondo, Patricia Bullrich, Carrió; Gerardo Morales, Insfrán, Santilli, Donda, Carlos Alvarez, Raimundi, Basteiro, Eduardo Valdés, Vaca Narvaja y familia, Pérsico y esposa, Granados y familia y Descalzo. Como economistas Lavagna, Prat Gay, Loustau, Redrado, Batakis, Melconian, Kicillof y Nielsen. En cuanto a sindicalistas, Genta, Daer, Barrionuevo, Cavalieri, Lingeri, Moyano y familia, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Piumato, Santa María, Maturano, Baradel, Yaski, Biró, Palazzo y “Cachorro” Godoy. En el campo empresario De Mendiguren, Bulgheroni; Elsztain; Funes de Rioja; Eurnekian; Weiss, Werthein, Filiberti, Depresbiteris, Hugo Sigman; Eskenazzi y familia; Chernakoski, Caputo, Manzano, Vila, Cristóbal López, Gerardo Ferreyra, Coto, De Narváez, Braun, Roemmers, Belocopit, Marcelo Figueiras, Elsztain, Acevedo, Rocca, Pérez Companc, Midlin y Madanes.

Todos ellos, con independencia del resultado electoral mantendrán su presencia y/o influencia a partir de diciembre del 2023, por lo que el primer interrogante a plantear es el siguiente: ante este listado, cómo imagina el ciudadano que se puede producir un cambio profundo que derive en un sostenido desarrollo nacional, sin privilegios ni corrupciones?

Buenos Aires, 07 de diciembre 2022