Negocios estatales seguros

Escándalo es una palabra que atrae la atención pública, por lo que es muy usada periodísticamente,así como “mafia”, que refiere a organizaciones delictivas clandestinas, que los propios políticos adjudican a sus adversarios en los debates. Es recordado el tuit de la ex presidenta Cristina Kirchner, señalando que la familia del entonces presidente Macri poseía contactos con la mafia calabresa Ndrangheta. Partir de estos términos para catalogar supuestas corrupciones estatales, elude analizar el contexto político, legal y administrativo que las facilitan, y su mecánica recurrente. Las corrupciones estatales se inician con funcionarios que planifican la sustracción de recursos públicos, asociados a privados en calidad de contratistas, proveedores, cooperativistas y testaferros, de modo de privatizarlos para luego proceder a repartirlos entre los partícipes del despojo. Con las mafias criminales de antaño comparten el uso ilegítimo de información privilegiada, sobornos, tráfico de influencias, lavado de dinero, extorsiones, fraudes, malversaciones y prevaricación. Pero se diferencian en que los negociados se producen sin derramamientos de sangre, y bajo las simbologías de Patria, el Estado te cuida, Pueblo, Desposeídos, y similares.

Por ello lo relevante del caso que surgió ante la opinión pública en febrero de este año, relacionado con la contratación de seguros realizada por organismos y empresas públicas, es analizar su mecánica, que comienza con una instrumentación legal y administrativa con objetivos virtuosos; continúa con interrelaciones “casuales” entre funcionarios y beneficiarios externos predeterminados que “privatizan” dichos fondos públicos, los que con apoyo de leyes laxas, ausencia de auditorías, controles e impunidad judicial, jamás se recuperan. El caso de los seguros ejemplifica los negocios públicos-privados “seguros”. En el año 2021 el presidente Alberto Fernández emitió el decreto 823, que establecía que todas las empresas públicas debían asegurarse con la estatal Nación Seguros. Sus extensos considerandos contenían el ineludible fin loable: “Que un razonamiento elemental sugiere que el Estado Nacional contrate con sus propios organismos proveedores de bienes o servicios la satisfacción de sus necesidades en cada materia”. Puesto en vigencia, se arman las interrelaciones “casuales” entre funcionarios y privados partícipes. El titular de Nación Seguros de apellido Pagliaro, nombrado en mayo del 2020, recurrió a una figura ineludible para los negociados: el intermediario. “Casualmente” se contrata a Martínez Sosa, que por circunstancias de la vida es esposo de María Cantero, secretaria de décadas del entonces presidente Fernández, y además acreedor del ex presidente, por una deuda de 2000 dólares tomada hacía años. Como estos subterfugios no escapan al conocimiento de los funcionarios políticos, acostumbrados a practicar el principio “dejar hacer, dejar pasar”, pero también el de “participar” de negocios simples y redituables, la casi totalidad de los organismos públicos se acoplaron a la mecánica. Más allá de los más de 3.500 millones de pesos que hasta el momento se calcula pasaron injustificadamente a manos privadas en comisiones durante el 2020-23, lo importante es visualizar la facilidad con la que se pueden apropiar recursos públicos utilizando procedimientos administrativos presuntamente legales. Pero las enseñanzas continúan.

El caso surgió ante la opinión pública cuando el funcionario Osvaldo Giordano, quien manejara el tema jubilatorio en la provincia de Córdoba, fuera designado por el presidente Milei al frente de la Anses. Giordano observó que pese a que el organismo previsional utiliza los autoseguros en caso de otorgamiento de créditos a sus afiliados, debido a razones etarias, la Anses había sido inoculada con el virus “Nación Seguros” (léase intermediarios). A través de una planilla Excel realizó una sencilla comparación entre ambos costos, lo que arrojó una brecha del 40% en perjuicio de la Anses (léase jubilados). Irregularidad que como es de rigor, no fue advertida por decenas de funcionarios, organismos de control y locuaces legisladores. Lo señalado agrega una enseñanza casi bíblica, acorde a la lucha entre las fuerzas del cielo (el bien) y del infierno (el mal). Algunos “diablillos” infiltraron a las fuerzas del cielo mileístas para despedir al apto y honesto funcionario Giordano, porque su pareja, diputada nacional, votara en contra de algunos puntos de la Ley Ómnibus.

Buenos Aires, 27 de marzo 2024

354 políticos y Lousteau

En una sociedad hiperconectada bajo la dinámica de Internet y redes sociales, es necesario rescatar de la hojarasca informativa soportes analíticos simples y fehacientes, que permitan formular argumentaciones entendibles por todos los estratos socio-culturales como si se tratara de un eslogan, pero apelando a lo racional y no a lo emocional. El primer paso es identificar a los máximos responsables para concretar un pacto integral con leyes transformadoras y sustentables, que encaminen favorablemente los destinos del país. Solo 355 políticos tienen el poder de decisión institucional para ello, quienes deberán ser evaluados según conduzcan los poderes ejecutivos y como voten legislativamente, no por sus declaraciones. En torno a ellos, inevitablemente, merodearán presiones, lobbistas, opiniones bien o mal intencionadas, supuestos, rumores, noticias falsas, amenazas y trolls navegando en redes sociales, pero lo socialmente relevante son las políticas que se adopten.

En busca de una simplicidad analítica inicial vale apelar a un recurso lúdico, consistente en que cada uno de los 355 políticos sean fichas que se mueven en un tablero de gestión política con diversas vías para la toma de decisiones institucionales. Cada ficha tiene en el tablero una opción estática para cuando se analiza un discurso individual, y otra dinámica cuando se deba reagrupar a varias fichas según se vote legislativamente, sea para promover cambios o para impedirlos. El juego, para no distorsionar los análisis con polémicas faranduleras que intentan entretener para ocultar las verdades de fondo, no podrá adjudicar a ninguno de los 355 políticos adjetivos peyorativos tales como traidor, panqueque, corrupto o similar, pues el único objetivo es detectar las incongruencias resultantes de la interacción entre discurso, acciones y votaciones, que promuevan interrogantes que deberán clarificar los propios políticos o analistas. Este juego deberá contar, como sucediera hasta ahora con algunos medios escritos de comunicación con los tratamientos de la Ley Ómnibus en diputados y el DNU en el Senado, con la publicación visualmente clara del detalle de cómo votó cada legislador, indicando provincia que representa y espacio político o bloque al que pertenece, poniendo “Otros” en el caso de legisladores fluctuantes. Se describen ejemplos de la opción estática (discurso), y de la dinámica (reagrupamientos políticos según se vote).

En lo discursivo se analizan tres declaraciones del ya avezado Martín Lousteau, presidente de la UCR. 1) Tras no alcanzar el balotaje Juntos por el Cambio, para la segunda vuelta Bullrich y Macri se acercaron a Milei, lo que  generó la inmediata reacción de los radicales Morales y Lousteau, quienes manifestaron en conferencia de prensa su enojo ante esa decisión inconsulta, y declararon la neutralidad electoral de JxC. Pero avanzada la campaña, Morales se acopló al discurso de gobernadores de Unión por la Patria al decir que si ganaba Milei las provincias no podrían pagar los sueldos, y Lousteau señaló que no votaría a Milei, en manifiesta contradicción con la neutralidad que proclamaran. 2) Cuando ya presidente Milei envió al Congreso la llamada Ley Ómnibus, Lousteau declaró que “estaba de acuerdo con el fondo, pero no con la forma”. Sin embargo al momento de votar artículo por artículo e inciso por inciso, quedó en claro que el conflicto de muchos radicales (y otros), estaba en el fondo y no en la forma. 3) En el tratamiento del DNU en el Senado, pese a que casi la totalidad de los radicales votaron a favor de su vigencia, el presidente de la UCR Lousteau, tras  abundar en críticas, votó en contra. Intentó justificarse diciendo que “en privado muchos legisladores que votaron a favor del DNU lo criticaron”. Más allá de la incomprobable veracidad de su afirmación, Lousteau debe aprender que lo importante no es lo que se declara públicamente o en “off”, sino como se vota y se decide.   

Para el ejemplo de fichas dinámicas se considera el rechazo del DNU en el Senado, en el que cabe recordar, cada provincia tiene tres senadores, lo que presupone similar preponderancia entre distritos para definir políticas nacionales consensuadas. Los cinco ex gobernadores que son hoy senadores, de los cuales Uñac y Alicia Kirchner perdieron la elección en sus provincias en el 2024, votaron en rechazo del DNU. De igual modo lo rechazaron los senadores Parrilli, Silvia Sapag y la fluctuante Lucía Crexell, representantes de Neuquén, en la que el gobernador triunfante desalojó del poder tras 40 años al sapagismo. Ante estos reagrupamientos cabe preguntarse, ¿los mencionados actuaron en consenso con los gobernadores electos y priorizando los intereses provinciales?

Como se observará, este juego didáctico no consiste en afirmar o prejuzgar sin datos ciertos, sino en detectar contradicciones o formular interrogantes que deberán ser paulatinamente esclarecidos en el marco de los 355 políticos.

Buenos Aires, 20 de marzo 2024

Unitarios, federales, cielo e infierno

Siempre con el objetivo de que las reflexiones sean comprensibles por todas las franjas socio-culturales, como sucede cuando se aprende a leer y escribir y la palabra PATO debía coincidir con la imagen de un pato, en esta reflexión cabe apelar al popular crucigrama, entretenimiento que obliga a pensar como entrecruzar letras para formar palabras coherentes, situación difícil de encontrar en el discurso político. Desde lo moral se había mencionado al monje Savonarola, crítico de la corrupción en la Florencia de fines del siglo XV, como símil de Milei en cuanto a los adjetivos que se le adjudicaran: disruptivo, virulento, fanático, soberbio. Para lo político vale citar a Maquiavelo, que en la Florencia de entonces actuó como diplomático ante quienes gobernaban en la dividida Italia en permanentes conflictos, lo que le permitió adquirir un conocimiento del manejo del poder que lo llevó a transformar a la política en ciencia, y formular principios con plena vigencia en la actualidad. En este caso las palabras que aportan los gobernadores para armar el crucigrama son las de unitarios, federales, porteños, interior. El hecho de que para encontrar antecedentes de la personalidad de nuestro presidente hubo que remontarse a la Florencia renacentista, y para hallar similitudes con la terminología utilizada por los gobernadores en el presente debate Nación-provincias hay que retroceder hasta los sangrientos conflictos nacionales que atravesaron el siglo XIX, cabe preguntarse si estamos ante renovadas pujas entre príncipes, caudillos o castas, según se prefiera.

Sin embargo es de  desear que un Pacto nacional histórico, virtuoso y transformador sea posible, dado que la responsabilidad recae solo en las máximas autoridades institucionales elegidas para gobernar: el presidente, 23 gobernadores y Jefe de la Ciudad, sin desconocer que sin duda afrontarán la presión de intereses sectoriales y lobistas varios para mantener u obtener privilegios. Para evitar debates estériles respecto a sus antecedentes, y por ejemplo discutir si el gobernador formoseño Insfrán es unitario o federal, es recomendable que invocando a las “fuerzas del cielo”, se perdonen a los 25 funcionarios mencionados todos sus pecados políticos pasados. Perdón que no debiera extenderse, al menos hasta el momento, a los espacios políticos que representan, que sintéticamente llamaremos Unidad (Massa); Libertad (Milei) y Cambio (Bullrich, Rodríguez Larreta). En el caso Unidad, otrora oficialismo, el objetivo era mantener poder sin que nada cambie. Libertad por su parte, presentó a un candidato sin estructura partidaria que propugnaba cambios económicos de compleja implementación, pero que encarnó el hartazgo social. La evaluación de Juntos es más singular, no porque el candidato natural para acceder al gobierno ni siquiera alcanzara el balotaje, sino porque en su rol de oposición no explicitan cuáles son los cambios que proponían y que ahora avalarían, confusión a la que aportan dirigentes del PRO, UCR, Peronismo Federal y Coalición Cívica en sus declaraciones, muchas de las cuales parecieran reacias a todo cambio. Es oportuno entonces recordar indicios que permitan armar el crucigrama, en especial para aquéllos que cuando pierden plantean que el electorado fue engañado.

En La Nación del 16 de abril del 2023, página 2 de la sección Economía, se destacaron las declaraciones de dos precandidatos a la presidencia de la Nación, con foto incluida. Dijo Rodríguez Larreta: “Tenemos que volver al federalismo y dejar atrás al país unitario. Debemos saber cuáles son los recursos que van a Nación, provincias y municipios”. Dijo el precandidato Milei: ”Hay que pasar la motosierra por dónde roba la política; hay que reventar la obra pública y las transferencias discrecionales a las provincias” Resultado: ganó la presidencia Milei, nuestro redivivo Savonarola. Pero Rodríguez Larreta ayuda a comprender la confusión presente que ofrece su coalición para aportar cambios virtuosos. Su frase “debemos saber cuáles son los recursos que van a …” que puede adjudicarse a cualquier político tradicional al momento de formular declaraciones; cuando expresa “debemos saber…debemos conversar…debemos acordar…”, lo que genera una duda: ¿no cuentan con toda la información necesaria cuando se formulan opiniones tras muchos años de gestión? Las sociedad necesita hechos y datos, no pareceres.

Para no repetir errores vale recordar dos antecedentes conocidos. En la reforma constitucional de 1994, a fin de no afectar el objetivo de reelección de Menem, se prorrogó el mandato de elaborar un nuevo régimen de coparticipación hasta antes de la finalización del año 1996. No se cumplió. En noviembre de 2017 el ex presidente Macri suscribió con los gobernadores un convenio fiscal de 11 puntos, muchos de los cuales intentan reeditarse ahora, que en menos de un año fue incumplido. ¿Primará esta vez la racionalidad y veracidad en este nuevo capítulo de una añeja y aburrida historia?

Buenos Aires, 13 de marzo 2024

Milei, Savonarola e indulgencias

Las metáforas facilitan que los análisis subjetivos y opinables se apoyen en hechos preexistentes históricos, y que sean masivamente comprensibles desde lo racional. A fin de reflexionar sobre nuestra coyuntura política, se recuerda a la Florencia de fines del siglo XV y comienzos del XVI para confrontar similitudes y diferencias, que además dispone de un apoyo visual aceptable en la serie “Los Médici” disponible en Flow, que respeta hechos y sitios históricos,

La Italia de entonces se dividía políticamente en ciudades-estado rivales entre sí, como Florencia, Milán, Venecia, Génova, Siena, Nápoles y Roma, asimilables a nuestras provincias, y gobernadas como principados con prácticas de nepotismo, semejantes a nuestra Formosa y hasta hace poco San Luis y Santa Cruz. En la Iglesia Católica asentada en Roma, los Papas pertenecían a familias poderosas como los Médicis y los Borgia, que por tener el monopolio religioso, en esta metáfora podría cumplir el rol del Gobierno Nacional. Quienes conducían las ciudades-estado adquirían el poder por herencia (Rodríguez Saa, los Kirchner), o por las armas, que en nuestra actualidad son electorales, como ley de lemas o listas sábanas, entre otras. En la necesidad de incrementar poder y recursos ajenos (en nuestro caso recursos públicos), los déspotas vivían en permanentes intrigas, enfrentamientos políticos, traiciones y reconciliaciones, por lo que su poder militar era esencial (en nuestro caso clientelismo), y según los conflictos debían reforzarse con fuerzas mercenarias nada confiables, que en nuestra realidad más civilizada son asimilables a políticos y legisladores que permanentemente fluctúan entre distintas coaliciones. En Florencia se destacó el despotismo ilustrado de la familia Médicis, que amasara su fortuna como comerciantes y banqueros, y en carácter de mecenas produjeran un reverdecer arquitectónico, cultural y artístico histórico, que alcanzó su clímax con Lorenzo el Magnífico, generando artistas de la envergadura de Da Vinci, Miguel Ángel y Botticelli entre otros. En este punto la comparación nos es muy desventajosa, dado que el mayor logro de nuestros mecenas fue el lenguaje inclusivo, en el que por ejemplo, a las palabras “todos y todas” había que agregarle “todes”. 

En esa época abundaba la corrupción política y los excesos mundanos en los entornos del poder. La Iglesia, para incrementar sus recursos instaló las llamadas indulgencias, que no perdonaban el pecado en sí mismo, sino que mediante aportes dinerarios eximía a los fieles culpables de las penas que de otro modo deberían purgar, sea en vida o luego de muerto. Indulgencias que en nuestro caso aún se practican en ciertos ámbitos judiciales para mantener impunidades, o  transformarlas en “retornos” que privados enriquecidos por actos de gobierno que los favorecían, aportaban a los funcionarios que otorgaron la gracia. En este contexto irrumpió el carismático y vehemente fraile dominico Savonarola, un Milei de época, que en sermones y actos públicos se sublevó contra la autoridad política y religiosa, predicando violentamente contra el lujo, depravación y vanidades de las élites gobernantes. Su prédica alcanzó una enorme repercusión en el pueblo, al punto que asumió de hecho el poder (no había elecciones populares), cuando en 1494 una revuelta provocó la expulsión de los Médicis. Pero, aun cuando su prédica modificó costumbres y excesos, ante las recurrentes crisis económicas el pueblo comenzó a cansarse de Savonarola, la Iglesia aprovechó para excomulgarlo, y en 1498 terminó quemado en la hoguera. En ese mismo año Maquiavelo ocupa sus primeros cargos diplomáticos en Florencia, adquiriendo una vasta experiencia en complejas negociaciones internas y con Francia, que le permitieron transformar a la política en una ciencia, sin los resabios teológicos de la Edad Media.

Este especial período histórico nos sirve como metáfora y referencia, pues transita del oscurantismo de la Edad Media a la modernidad; del fanatismo y la Inquisición al Renacimiento cultural, y los excesos de la Iglesia derivaron en la Reforma de Lutero y la Contrarreforma católica. ¿Logrará nuestro moderno predicador Milei en contra de lo viejo y corrupto actuar como catalizador de un cambio? Pese a que la hoguera no parece viable, ¿logrará eludir los más civilizados “golpes blandos” que ejecutan sin apoyo militar civiles en defensa de sus privilegios, con el helicóptero como simbología? La palabra la tienen hoy 25 políticos: el propio Milei, 23 gobernadores y el Jefe de la Ciudad.

Nadie más adecuado que Maquiavelo para relacionar el ayer florentino con el hoy en nuestro país, y acudiendo a su promocionado perfil de león aconsejarle a Milei: “conviene que el príncipe se transforme en zorro y en león, porque el león no sabe protegerse de las trampas ni el zorro protegerse de los lobos”.

Buenos Aires, 06 de marzo 2024