El UPA político

El extenso desarrollo de la reciente campaña electoral transparentó vicios que merecen analizarse con los mismos principios propagandísticos de los mensajes, que por ser dirigidos masivamente a todos los niveles socio-culturales, deben ser simples, breves, fácilmente recordables y adaptados al menos inteligente de los individuos, complementados con acciones acordes, estrategia que de algún modo recuerda la etapa infantil en la que aprendemos a leer y escribir. En la década del 40, con una educación pública casi excluyente y ejemplar, el educador y periodista Constancio C. Vigil creó el libro UPA, palabra que remite a la acción de un adulto levantando a un niño del suelo, con el que millones de argentinos de todas las clases sociales aprendieron a leer, asociando palabras con imágenes. Las diferencias estriban en que el UPA apelaba a lo racional para educar, mientras que la propaganda política apela a lo emocional para convencer, o inclusive engañar. Por ello las palabras a desentrañar de los mensajes políticos no serán “mamá, papá, oso” como en el UPA, sino “Estado, gobierno, derechos, privilegios”, entre muchas otras. También se deberá tener presente que mientras en el UPA infantil la palabra “oso” coincide con la imagen de “oso”, en política “privilegios” puede ser disfrazada de “derechos”, o el tangible “gobierno” mimetizarlo con el abstracto “Estado”, o el más ampuloso “Argentina”.

Existe coincidencia que en la campaña electoral se concatenaron tres hechos inéditos: 1)  que un gobierno con altos índices de inflación, pobreza y malas praxis, tuviese serias posibilidades de triunfo; 2) que una oposición conformada por UCR, PRO y Coalición Cívica consolidada desde al menos ocho años, no pudiera acceder siquiera a un balotaje; 3) que un candidato autoproclamado liberal, con nula estructura política, mínimos soportes económicos y anunciando políticas económicamente restrictivas, triunfara por once puntos sobre un supuesto “peronismo unido”, sostenido en una campaña multimillonaria. Pero se omite el hecho más importante para lo que se avecina: la exteriorización explícita del significado de la palabra “casta”, utilizada por Milei como eficaz eslogan para englobar a dirigencias responsables de la degradación del país, como consecuencia de la adhesión pública, simultánea y sostenida al candidato Massa, por parte de altos funcionarios públicos, gobernadores, dirigencias sindicales, empresarias, universitarias, científicas, artísticas, piqueteras, de la AFA, e inclusive de supuestos opositores como Morales, Lousteau y Jacobitti, que invocaron neutralidad para disimular adhesión. Esta confluencia planificada se basa en la aplicación de la regla propagandística llamada de “unanimidad y contagio”, basada en la presión del grupo por sobre la opinión individual, para lo cual dichos actores invocan la representación excluyente de abstractas mayorías corporativas, o simbologías como Patria y Libertad. Soslayando que en un sistema democrático, quien puede ostentar la representación del interés común por sobre los sectoriales es el ungido presidente como resultado de una compulsa electoral. No casualmente algunos de los representantes corporativos como Daer, Catalano, Biró, Weiss entre otros, en un contexto de pobreza nacional inadmisible, han iniciado la estrategia de reclamar y/o amenazar para que nada cambie. El perfil de los reclamantes recuerda una situación vivida por el entonces presidente Raúl Alfonsín en un discurso pronunciado en agosto de 1987 en Chos Malal, provincia de Neuquén, en un contexto de serias dificultades económicas. Interrumpido con silbidos y gritos encabezados por un morrudo militante que reclamaba por el hambre de la población, Alfonsín, cansado de sus quejas y mirándolo a los ojos, le dijo: “A vos no te va tan mal gordito,¿no?”.

Sirva la anécdota para diferenciar entre los reclamos de los “gorditos” que intentarán mantener sus privilegios a costa de recursos y prebendas estatales, y las necesidades de ciudadanos enflaquecidos y empobrecidos. Vale concluir con un acertado comentario del politólogo Andrés Malamud formulado en un reportaje: “Si el modelo estatista y corrupto hubiera llevado al crecimiento económico, hubieran ganado los estatistas y corruptos. El problema es que fueron estatistas, corruptos e incompetentes”. La combinación de reglas del libro infantil UPA y de la propaganda política, se utilizará en la próxima reflexión para asociar las palabras mafia-fascismo-espionaje-corrupción, que los políticos usan solo como recurso para agraviarse, pero que para la ciudadanía representan una cruel realidad.

Buenos Aires, 29 de noviembre 2023

¿Quién ganó la elección?

Ganó Massa. Ganó Milei. La presente reflexión se elaboró sin conocer al triunfador, por lo que el encabezado refería a las dos opciones posibles. Conocido el resultado que cierra el ciclo electoral con Milei presidente, se puede incursionar en una etapa analítica no sospechada de favoritismos, para profundizar en aspectos que condicionarán la política aún desconocida del próximo gobierno. El más importante, es que las estrategias de campaña ratificaron la existencia de un sustrato político-institucional en el que coexisten mafia, fascismo, espionaje y corrupción, palabras usadas para agraviar o impactar, pero que son realidades que explican el atraso del país. No en vano la campaña se inició con funcionarios y gremialistas asociados al usufructo de recursos públicos, planteando “sangre en las calles” ante eventuales triunfos de Juntos por el Cambio o la Libertad Avanza. De igual modo, el llamado a la “unidad nacional” es una estrategia de cúpulas corporativas consolidadas para avalar medidas que descargan los costos de las malas praxis, privilegios y corrupciones solo en los ciudadanos comunes, como quedó demostrado en las crisis 1989-90 y 2001-02, pues de ser las medidasequitativas y virtuosas para el bienestar general, tal convocatoria ofreciendo cargos a recientes adversarios carecería de sentido.

La reciente campaña tuvo la virtud de que el eslogan “la casta” instalado por Milei para sintetizar el hartazgo social con las consolidadas continuidades de las clases políticas y corporativas ruinosas, su significado conceptual pasara a corporizarse cuando altos funcionarios, dirigencias sindicales, en especial estatales, empresarias, universitarias, científicas, artísticas, y de supuestos opositores como Morales, Urtubey o la izquierdista Myriam Bergman, entre otros, apoyaran de modo coordinado y simultáneo a Massa, pues ante el temor de que Milei provocara “un salto al vacío” que afectara a sus privilegios en una sociedad empobrecida, era preferible el malo conocido para que nada cambie. Teniendo como fondo una millonaria campaña propagandística a una escala de saturación inédita en la historia electoral argentina, con utilización de niños inclusive, que se expandió por todos los ámbitos públicos y privados posibles, con promotores directa o indirectamente relacionados con recursos del Estado, situación que transparentó dos de los vicios estructurales existentes: Mafia en cuanto a tipo de mensajes y aportes económicos, y Fascismo como técnica de propagación sustentada en bienes y personal del Estado. Quienes se dedican a la docencia en ciencias políticas, propaganda y manejo de campañas, debieran recopilar toda la información disponible para usarla como base de estudio, por ser inédita. Queda un interrogante: ¿aceptarán éstos sectores políticos y corporativos participar de los costos de las duras medidas económico-sociales que se aproximan?

El debate entre candidatos aportó enseñanzas en lo comunicacional, que de ahora en más estará dirigido a justificar las medidas de gobierno que se adopten. Dado que lo político suele priorizar lo gestual y discursivo por sobre la veracidad y claridad, será importante desentrañar las consecuencias de los anuncios, detectando falacias y omisiones. Por ejemplo, en el debate no era importante polemizar sobre quién lo ganó, sino destacar que perdió la sociedad ante la ausencia de propuestas concretas. En cuanto a la experiencia política de los contendientes, puede ser un factor aceptable pero no concluyente, como muestra la perdurabilidad que presentan muchos responsables del atraso del país, y menos aún relacionarla con la credibilidad. En el debate, la declamada experiencia de Massa no se apartó de un rígido libreto elaborado por consultores catalanes y brasileños, que incluyó el detalle de toser, y un “zanchettazzo” al exigirle a Milei que explicara porque no le habían renovado una pasantía estudiantil en el Banco Central. También fue engañoso plantear “no hablemos de Macri y Cristina. Esto se decide entre vos y yo”, cuando ambos están necesariamente insertos en estructuras y contextos preexistentes, y nuestras dirigencias políticas consolidadas nunca pierden elecciones; solo se reacomodan. Finalmente, el triste ejemplo de la volubilidad de algunos dirigentes de Juntos por el Cambio al invocar neutralidad para ocultar adhesión, indica que a las oposiciones deberán evaluárselas por sus acciones concretas y no por sus declaraciones públicas.  

Buenos Aires, 20 de noviembre 2023

Del miedo virtual al real

El hecho de que el miedo haya sido inoculado a la sociedad por políticos contra políticos, indica que tras definirse la presidencia el próximo 19 de noviembre, el miedo imaginario (campaña electoral), continuará en su versión real (acciones de gobierno). Así triunfen Massa o Milei, los argentinos despertarán el lunes intentando seguir sobreviviendo en el mar, mientras los botes salvavidas estarán ocupados por oficialistas y opositores en busca de seguir manteniendo privilegios, lo que augura que por voluntad propia no harán las reformas institucionales y operativas virtuosas necesarias. Promoverlas será el desafío de organizaciones y ciudadanos alejados de los círculos de poder responsables del atraso y la pobreza. En tal sentido, el gobierno integrado por la tríada Fernández-Kirchner-Massa brinda valiosas enseñanzas.

Nuestra relación gobierno-círculos de poder la explicita Maquiavelo, cuando al referirse a los principados civiles, señala que “un príncipe hábil debe hallar una manera por la cual sus ciudadanos siempre tengan necesidad del Estado y de él. Y así le serán siempre fieles”. En cuanto a los ámbitos de poder, expresa que “el príncipe cuyo gobierno descansa en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, son ambiciosos y desleales”. Vale aclarar que esta precisión refería a la política florentina del siglo XVI.

Partiendo de que el voto y el nivel de representación de los elegidos para cumplir con sus votantes marca la esencia de una democracia, el actual proceso electoral brindó un muestrario de tergiversaciones. En las internas de las PASO, con posibilidades de triunfar en la elección presidencial quedaron Massa por el oficialismo, con Bullrich y Milei como opositores. El primer análisis numérico de las PASO, según discurso opositor, indicaba que el 65% de la ciudadanía reclamaba un cambio, y terminar con doce años de kirchnerismo. Pero tras la primera vuelta electoral, que dejó a la candidata Bullrich fuera del balotaje, las dirigencias de Juntos por el Cambio mutaron de diagnóstico e ingresaron en un marco de inconsistencias e hipocresías. Mientras Bullrich y Macri acordaron el apoyo a Milei para el balotaje, los radicales Morales y Lousteau anunciaron en conferencia de prensa una curiosa neutralidad, pues de inmediato aclararon que no querían el triunfo de Milei, postura a la que se acopló Larreta. Y en cuestión de horas, Morales terminó militando por Massa. Posteriormente otros sectores políticos fueron más claros en favor de Massa, al plantear que no querían dar “un salto al vacío”, frase que hace suponer que para mantener sus consolidados privilegios conviene continuar con los pies sobre la tierra, y apoyar al Fullero entes que al Loco, según los apodos cruzados entre políticos, aunque ello implicara prolongar el gobierno de los hasta pocos días antes denostados dieciséis años de kirchnerismo (Cristina, perdona a los conversos) Moraleja, quienes darán el temido “salto al vacío”, triunfe quien triunfe el próximo domingo, serán nuevamente la postergada sociedad argentina. Estas ambigüedades y oportunismos arrojan enseñanzas e interrogantes: 1) el problema no es como votan los humildes o sojuzgados, sino como votan las clases dirigentes beneficiarias que nunca pierden elecciones, solo se reubican. Por ejemplo, cuatro gobernadores que perdieron en sus provincias, ingresaron en el Senado. 2) en una campaña en la que abundaron grandilocuencias y espiritismos para suponer que pasaría si ganara “el otro”, cabe un ejercicio místico: ¿qué cambios hubieran hecho realmente la voluble fórmula Larreta-Morales en caso de haber alcanzado la presidencia?

A partir del lunes se ingresará en los conocidos “sacrificios patrióticos”, para que nada cambie respecto a quienes legal o ilegalmente usufructúan y/o saquean recursos del Estado. Para detectar los nuevos engaños, los hechos políticos y judiciales resonantes no deberán analizarse en forma aislada, sino insertos en una trama delictiva consolidada, que permitirá observar por ejemplo, que los casos Nisman, política exterior, Insaurralde, estafas en la legislatura bonaerense, juicio político a la Corte, espionajes de la AFI, un sistema electoral amañado, entre otros asuntos, son secuencias de una trama que repite personajes, estrategias operativas, recursos propagandísticos e impunidades. Para el ejercicio de entender las tramas, y aprovechando que las dirigencias estarán abocadas a la estresante tarea de distribuir y crear cargos públicos, es importante clarificar conceptualmente los términos mafia, fascista, espionaje y corrupción, que suelen presentarse más como insultos aislados o recurso discursivo de ocasión, que como crudas realidades existentes.

Buenos Aires, 13 de noviembre 2023

Radicales libres

En química, los radicales libres son átomos inestables que disponen de uno o varios electrones de existencia independiente y corta vida, que por tener gran reactividad e inestabilidad, les permite asociarse a otras moléculas para provocar reacciones con distintos resultados y consecuencias. En una metáfora más simple, serían como futbolistas que quedaron libres, y buscan incorporarse a otros equipos modificando sus estructuras. Esta definición describe con asombrosa precisión el accionar de muchos políticos y dirigencias en general, en cuanto a posturas fluctuantes y oportunistas, carentes de ideologías.

La presente campaña mostró gran número de “radicales libres”, que se transparentó en la total ausencia de propuestas de gobierno integrales, coherentes y factibles, las que fueron sustituidas por Stand Up faranduleros, en los que los actores/candidatos se adjudicaron los motes de Fullero, Loco y Montonera, mientras sus entornos intercambian discursos banales, acusaciones groseras y promesas borrosas. En este caldo de cultivo los “radicales libres” provocaron disímiles reacciones químicas: en el oficialismo, funcionarios, sindicalistas, movimientos sociales y empresarios con prebendas acordaron unificarse solo para mantener poder y privilegios. Los “radicales libres” opositores, con escasa capacidad de adhesión, generaron un producto gaseoso y confuso. Se explica entonces que Massa anunciara los costos de transporte de los opositores, pero ocultara los costos provocados por su inflación. Que Barrionuevo apoyara electoralmente a De Pedro, días más tarde a Milei, y abandonarlo luego por culpa de Macri. Que opositores avalaran la abstención para no elegir entre el Fullero y el Loco, y que el socialismo y la izquierda llamaran a votar a Massa para evitar “un salto al vacío”, frase que supone preferir las actuales estructuras, que les aseguran privilegios para “defender a la gente” sin sufrir sus carencias. Otros preclaros políticos impulsaron votar en blanco, recurso que solo utilizó Perón, pero proscripto en el exilio. Esta abundancia de “radicales libres” permite suponer que concluidas las elecciones el 19 de noviembre, será muy complejo desarmar las estructuras mafiosas y privilegiadas, por lo que los pobres y empresarios con prebendas, seguirán siendo alimentados con bonos, subsidios y negociados. Para sostener esta hipótesis, es necesario pasar de la metáfora química a la política real, en la que los radicales no son químicos sino dirigentes, partiendo de la confluencia de tres factores: 1) cumplirse 40 años de la elección que significó la recuperación de la democracia; 2) utilizarse la memoria del entonces triunfador Raúl Alfonsín para ocultar responsabilidades propias, malas praxis y corrupciones, como desde hace décadas se hace con Perón; 3) ejemplificar el daño que producen en los partidos los “radicales libres”, en este caso con la actuación de dirigentes radicales, de acuerdo a la siguiente cronología.

Junio 1989: Ante la crisis, Alfonsín renuncia a su cargo de presidente. Sufrió 13 paros generales de la CGT. Elecciones 1999: triunfa la Alianza De la Rúa (UCR)-Alvarez (parte del PJ). En octubre del 2000 renuncia Alvarez provocando una crisis, pese a lo cual años más tarde fue premiado por el kirchnerismo con cargos diplomáticos. En diciembre del 2001 cae De la Rúa. Elecciones 2003: tras la renuncia de Menem a una segunda vuelta, asume Kirchner. El candidato Moreau (UCR) tuvo el 2,34% de los votos. Febrero 2005: triunfa Gerardo Zamora en Santiago del Estero (UCR), para luego incorporarse a la transversalidad kirchnerista. Elecciones 2007: se presenta la coalición Lavagna (PJ)-Morales (UCR). Elecciones 2011: triunfa la fórmula Cristina Kirchner (PJ)-Julio Cobos (UCR). La fórmula de Ricardo Alfonsín (UCR) con González Fraga, que sumó el 11,14% de los votos, llevó al empresario De Narváez como candidato a gobernador en provincia de Bs. As. La familia Moreau se pasó al kirchnerismo con cargos. Elecciones 2015: triunfa Juntos por el Cambio. No hubo fugas radicales. Elecciones 2019: triunfa Alberto Fernández (PJ), y Ricardo Alfonsín pasó al kirchnerismo con cargo diplomático. Elecciones 2023: Juntos por el Cambio queda fuera del balotaje. Morales y Lousteau (bautizado radical ya adulto), aconsejan la neutralidad, pero aclarando que harán lo posible para que no triunfe Milei. En un acto de campaña con la presencia de Massa, Moreau y su hija, Santoro, el sindicalista Palazzo y el comediante Artaza, se pusieron los mamelucos radicales para cantar eufóricos “Sergio Massa presidente, de la mano de Alfonsín».

Pensar que Alem tras su decisión de suicidarse, deprimido por sus luchas políticas, dejó una frase que se tomó como principio: Para vivir estéril, inútil y deprimido, es preferible morir. ¡Sí, que se rompa, pero que no se doble!”

Buenos Aires, 06 de noviembre 2023