Incubadora de castas políticas

Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Nicaragua, son oficialmente Repúblicas, y el cargo de jefe de Estado lo ejerce un presidente temporal elegido por votación directa (sufragio universal), o indirecta (asamblea de dirigentes). Sin embargo dichos países tienen líderes y partidos excluyentes, ausencia o limitaciones de las libertades de prensa y opinión, opositores presos y trabas electorales, por lo que votar no es suficiente para considerase una democracia. En nuestro caso, entender la permanencia por décadas de las mismas castas políticas responsables del atraso del país, implica detenerse en el diseño de la incubadora que posibilita tal fenómeno: el sistema electoral.

Dado que las castas políticas se referencian en personas antes que en partidos, los tradicionales de identidad reconocible y alcance nacional terminan mimetizados con agrupaciones menores de escasa actividad, útiles solo para que quienes las encabezan negocien vía prebendas sus apoyos a coaliciones o frentes igualmente fluctuantes, pero con posibilidades electorales. Esta forma de negociar adhesiones mediante cargos, explica la onerosa y sobredimensionada infraestructura administrativa estatal. Posibilita esta distorsión el ineficiente control ejercido por la Cámara Nacional Electoral, que a julio de este año tiene reconocidos a  45 partidos nacionales (que no abarcan a todas las provincias), y 702 distritales. En paralelo, el sistema electoral es diseñado para que el voto popular no afecte la continuidad de las históricas castas, conteniendo artilugios, anacronismos, distorsiones y adaptaciones legales, como la ley de lemas, las candidaturas testimoniales y las listas espejo entre otras, que no existen en países desarrollados, incluidos limítrofes,

Ya en el 2003, la justicia permitió que el peronismo concurriera a elecciones presidenciales con tres listas bajo distintas denominaciones, encabezadas por Menem, Kirchner y Rodríguez Saá. En el 2009, los candidatos justicialistas testimoniales a diputados por la provincia de Buenos Aires, Kirchner, Scioli y Massa, fueron derrotados por el debutante Francisco De Narváez. Por tal razón, meses más tarde Kirchner pergeñó las PASO, para evitar lo que según él, fue la traición de sus compañeros peronistas. Su mérito reside en que establece un piso mínimo para participar en las elecciones generales, evitando una sobreoferta de candidaturas. Estos mojones, jalonados con históricas denuncias de fraudes en distritos numerosos, indican que uno de los reclamos sociales para las próximas elecciones presidenciales en el 2023, debiera plantear la implementación de la boleta única que contenga a toda la oferta de partidos y candidatos. Usada en gran parte de América latina, permitirá ir desarmando la vigencia de castas y nepotismos, al eliminar la lista “sábana” o cerrada. La Justicia Electoral emitirá una boleta por elector, a ser entregadas en bolsa cerrada solo al presidente de mesa. De este modo no faltarán boletas (la autoridad de mesa las entrega a cada elector); se producirá un fenomenal ahorro en gastos de impresión, y se dificultarán prácticas fraudulentas como el “voto cadena”. El día de los comicios, cada elector marca con cruz o tilde los candidatos de su preferencia, dobla la boleta y la deposita en la urna. Solo con la boleta única de papel el ciudadano es el soberano y puede armar su propio menú de legisladores, en especial en los distritos con mayor número de candidatos, como la ciudad de Buenos Aires, y provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

La vulneración del derecho ciudadano a elegir a sus representantes que representa la lista “sábana”, se expone cuando legisladores que asumen a través de una lista completa de su partido, una vez en funciones plantean que la banca es propia y no del partido, permitiendo que oportunistas lo abandonen para conformar mini bloques que nadie votó disfrazados de independientes, pero que les permiten negociar apoyos al oficialismo de turno canjeando prebendas. Los artilugios y/o absurdos patriarcales continúan en la actual campaña: diputados se presenten como candidatos a senadores, pero manteniendo el cargo de diputados si pierden; gobernadores instalados como diputados suplentes para figurar en la lista, pero que no dejarán de ser gobernadores (en Santiago del Estero la foto del gobernador Zamora ocupa más del 50% de la boleta); gobernadores que compiten con sus vicegobernadores (Santa Fe y Tucumán), pero que deberán convivir dos años más en sus cargos; hijos, hijas, esposos, esposas y amigos de la vida de conocidos patriarcas, ocupando lugares en las listas; y una candidata de provincia de Buenos Aires, proclamando que pertenecer a su partido asegura buen sexo. Visto lo cual, a los ciudadanos que no puedan participar de estos entretenimientos, se les recomienda verificar el estado de uso de sus salvavidas para lo que se aproxima.  

Buenos Aires, 01 de septiembre 2021