Aprendizajes para votar

Los ochenta días faltantes para el cierre de listas de precandidatos, momento a partir del cual se supone se deberán explicitar propuestas de gobierno concretas para transitar el período que va  hasta las elecciones internas del 13 de agosto (Paso), para definir quiénes encabezarán los distintos espacios políticos en la elección presidencial, son oportunos para que los votantes desarrollen un espíritu crítico en base a conceptos simples pero relevantes y fidedignos que sean entendibles por todos los niveles socio-culturales, y en especial “por los que más sufren”, como denominan a los sectores postergados quienes desde hace décadas usufructúan privilegios estatales.

La inédita confluencia de dos factores facilita este ejercicio: la perdurabilidad de muchos dirigentes políticos, sindicales y empresarios privilegiados, lo que les dificulta diseñar estrategias electorales, propagandas y discursos creíbles y de calidad, sumada al valioso aporte de este gobierno al visibilizar con crudeza todos los vicios y absurdos políticos latentes desde hace décadas, que para evitar preconceptos que invaliden todo análisis, les son aplicables a las oposiciones de turno. Para ordenar las reflexiones vale partir de una grilla de temas, cuyo objetivo inmediato es instalar criterios racionales disruptivos que eludan intereses personales y/o sectoriales predominantes, enmascarados tras polémicas superficiales y ruidosas que se asemejan más al mundo de los escándalos que a las políticas de gobierno.

1.- Partidos, programas e ideologías. Los más de 40 meses del gobierno nacido con la curiosa elección de Alberto Fernández como candidato a presidente mediante un tuit de Cristina Kirchner, quien se reservó el cargo de vicepresidenta, y la incorporación inmediata de Massa, arrojan conclusiones relevantes a futuro. Por sus antecedentes, dialécticas y entornos se suele identificar a Cristina Kirchner de izquierda, a Fernández de centro y a Massa de derecha. Sin embargo, los tres han coincidido en los aspectos más medulares de la gestión: 1) crecimiento desmesurado de las estructuras burocráticas para financiar militancia y apoyos políticos en detrimento de la calidad de gobierno; 2) acuerdo ineficaz con el FMI solo para que nada cambie, y salvaguarde prebendas políticas, empresariales y sindicales; 3) utilización del aparato institucional para mantener impunidades judiciales en casos de corrupción estatal-privada; 4) aplicar medidas que retrotraen a la crisis 2001/2022, canjeando inversiones en dólares de los jubilados  en favor de los Bancos, bajo el discurso cínico de que los jubilados ganan. Estos mojones debieran servir para no distraerse con dialécticas que invocan derechas, centros, izquierdas, peronismo, radicalismo, centralismo, federalismo y otras diversidades ideológicas, cuando al fin del camino permanecen los mismos políticos, sindicalistas y empresarios succionadores de recursos públicos. Por ello lo importante será prestar atención a los candidatos, sus antecedentes, y como en el fútbol, ver en cuantos equipos (léase partidos, coaliciones), jugaron.

2.- Analizar los hechos políticos relevantes concatenados con la estructura burocrática-institucional vigente. Ello permitirá comprender que el costo social de una estructura burocrática sobredimensionada e ineficaz no reside inicialmente en el gasto que provoca un exceso de personal, sino por generar una organización jerárquica atomizada, indefinición de responsabilidades (no sabía, yo no fui), baja formación de funcionarios, y facilitación de la corrupción estatal-privada. Casos como la causa judicial de Vialidad; la causa Cuadernos; al juicio político a la Corte Suprema, y la pesificación de las inversiones en dólares de la Anses, no son hechos independientes encapsulados, sino producto de la estructura burocrática- institucional vigente.

3.- Propaganda electoral. Factor Milei. Para los diseñadores de campañas decidir si la imagen y discurso de desprestigiados políticos buscará revalorizarlos o disimular sus falencias, será una tarea ardua. Esta dificultad la confirman Rodríguez Larreta invocando paz y amor; Alberto Fernández gritando “sueñen conmigo”; Schiaretti y Urturbey planteando lo mismo que no llevaron a cabo hace cuatro años, y un reconocido abogado recorriendo una villa en musculosa y ojotas. La irrupción novedosa la protagonizó Javier Milei, que con solo catalogar a los políticos de “casta”, y en momentos de exaltación de “ladrones”, logró lo anhelado por toda propaganda: insertarla con fuerza en la sociedad, al interpretar su hartazgo explícito o subyacente. Y como contrapartida, desnudó la mediocridad de quienes solo se preocupan en establecer a qué coalición le “roba” más votos, o intentar asimilarlo a Hitler, sin reparar que su impacto se centra en el mensaje y no en un programa de gobierno mínimamente esbozado y con complejidades económicas. La forma de competir con Milei es presentar a la sociedad a partir del 24 de junio una propuesta de gobierno integral, moderna y factible, sustentada en un equipo con las capacidades necesarias para llevarla a cabo. Y sin mentir.

Buenos Aires, 05 de abril 2023