Bosque de palabras

Si bien los resultados electorales indicarían que los ciudadanos ya no se someten pasivamente a viejas estrategias de campaña por parte de fracasadas dirigencias, esta reacción por sí sola no será suficiente para impedir que los beneficiarios privilegiados de los recursos del Estado intenten perdurar en el poder. Por ello, mientras los asesores de campaña instruyen a los candidatos como hablar y actuar, el ciudadano se deberá ejercitar para sumar un espíritu crítico a lo emocional para detectar omisiones y falacias en el bosque de palabras que mezclarán propuestas con propaganda para convencer con mensajes simples a todos los sectores socio-culturales por igual. Clases dirigentes fluctuantes y oportunistas responsables de la decadencia y vigentes desde hace décadas, hace irrelevante detenerse en analizar líquidas ideologías, pues si alguna condición las caracteriza, es la de ser conservadoras en el ejercicio del poder. En este contexto, la frase “no me interesa si el gato es blanco o negro; me interesa que cace ratones” pronunciada por el líder Deng Xiaoping, cuando en 1978 con sus reformas inició el gran crecimiento de China, describe nuestro desafío en la próxima elección.

Las frases simples, breves y contundentes del eslogan, que incluye aspectos psicológicos como recuerdos, semejanzas e identificaciones personales, son el instrumento propagandístico por excelencia. Pero su efectividad depende de dos condiciones de difícil cumplimiento por nuestras clases dirigentes: que se articule con el contexto social, y exista armonía entre el mensaje y sus emisores, lo que explica la poca credibilidad y creatividad de los mensajes de campaña. Su utilidad entonces estará en detectar omisiones y falacias antes que virtudes. Recientemente la preocupación del gobierno fue la de rechazar la palabra “saqueo” ante los ataques sufridos por diversos comercios, pues se asocia a los saqueos del 2001, y contradice el planteo amenazante de que el peronismo (o los disfrazados de tales), es el único que asegura estabilidad social. Pero en lo operativo, las declaraciones de la vocera presidencial y de los ministros de Seguridad de Nación y Provincia tras las convocatorias a los saqueos/robos/pillajes vía redes sociales, también revelaron la ausencia de toda inteligencia policial previa, lo que incorpora dos conceptos a considerar en una reforma estatal respecto a los funcionarios políticos: la inutilidad (no útil para la función), y los daños estructurales parasitarios (destruir organismos desde su interior).

Otro ejemplo que se asimila al eslogan es el nombre de las coaliciones. La oficialista Frente de Todos mutó en Unión por la Patria, pero con la misma conformación de origen con distinto orden; Fernández, Kirchner y Massa del 2019 se presentan ahora como Massa, Kirchner y Fernández. La conocida locuacidad y adaptabilidad política de Massa, será útil para ejercitar en lo inmediato un espíritu crítico en cuanto a lo discursivo. La estrategia del miedo cumple con el principio de que debe llegar a todos los niveles socio-económicos por igual. A los más vulnerables se les amenaza con la pérdida del “Estado presente” a través de subsidios, planes sociales o supuestos derechos. De igual modo a los empresarios prebendarios del Estado con la pérdida de sus privilegios asociados a funcionarios, y al sector financiero con un nuevo Plan Bonex a ser aplicado por los opositores, omitiendo que en su momento lo implementó el peronismo en perjuicio de sectores medios.

Una eficaz propaganda debe cumplir con la regla de “Orquestación”, consistente en la repetición constante de temas que interesan al emisor, y en perjuicio del opositor. Un claro ejemplo es la permanente referencia por parte del gobiernoa “la deuda de 45.000 millones de dólares que Macri tomó con el FMI”, asociando objeto (deuda), institución (FMI) e individualización del culpable (Macri). Pese a tal loable preocupación, no existe información oficial relativa a cuál es la deuda pública total que será trasladada al próximo gobierno en monedas extranjeras y nacional, que varias fuentes informativas especializadas no oficiales la ubican por todo concepto en más de 400.000 millones de dólares, y que se canceló con el FMI solo unos 1.000 millones de dólares. Debiera preocupar entonces que los equipos económicos de las oposiciones no brinden una detallada información al respecto durante la campaña, dado que marcará la viabilidad de muchas de las propuestas electorales. Hasta que no se ingrese a la etapa de explicitarlas de modo concreto y ordenado que permitan avizorar un futuro, solo resta continuar asistiendo a los superficiales mensajes públicos que se intercambian Milei, Bullrich y Massa, y jugar con adivinar por cuanto fallarán las encuestas.

Buenos Aires, 30 de agosto 2023

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