Opiniones y rumores

A 62 días de la elección nacional presidencial en la que competirán las coaliciones encabezadas por Milei, Bullrich y Massa, políticos y analistas permanecen estancados en opiniones que basadas en supuestas fuentes confiables no superan el carácter de rumores, en hacer combinaciones numéricas para presuponer el próximo resultado electoral, en inefables encuestadores intentando lograr un acierto, en debates académicos acerca de la dolarización, y en indagar o anunciar nombres de posibles ministros. Esta saludable diversidad comunicacional omite, por responsabilidad esencialmente política, lo más importante para la sociedad, como es la presentación y debate de los programas de gobierno, que deben ser integrales y con acciones cronológicamente ordenadas en función de prioridades y factibilidades, para lo cual se necesitan dos datos inmediatos e imprescindibles: 1) cuál será la estructura burocrática nacional, que a partir de los Ministerios supera los 10.000 cargos políticos. 2) cuál es la deuda pública externa, interna y reservas del Banco Central al mes de agosto, actualizada mensualmente hasta noviembre.

Mientras las indefiniciones programáticas subsistan, será útil detectar señales y contradicciones producidas por diversos actores políticos, incluidos los sindicales y empresariales, partiendo de los principios de la propaganda política, que si bien se relaciona con los instintos y mitos populares, se expresa con distintos niveles de racionalidad. En la desarrollada por muchos de nuestros dirigentes predomina la hitleriana, que según describe Jean-Marie Domenach (1950), “se dispersa en gritos de guerra, imprecaciones, amenazas, profecías vagas, y si es necesario, hacer promesas tan descabelladas que no pueden ser admitidas por el ser humano, sino cuando la exaltación le hace responder sin reflexionar”. En este contexto, los matices emocionales que atraviesan a las coaliciones en pugna serían la DESESPERACIÓN en la oficialista para mantener el poder, que se expresa en Massa eludiendo hablar de economía y seguir mencionando a Macri; la SORPRESAen Milei, que intentará sostener su discurso en base a las castas y parásitos estatales, y la CONFUSIÓNen la principal oposición, que pone a Bullrich ante el desafío de plasmar un programa creíble que genere un cambio profundo pero de implementación sustentable.  Hasta que las propuestas se concreten, es útil detenerse en las falacias y contradicciones discursivas e ideológicas.

Respecto a las deudas totales del Estado, Massa transparentó la necesidad de conocerla con datos oficiales concretos, dado que en un reportaje televisivo el pasado miércoles mencionó la deuda contraída por Macri con el FMI, e insólitamente afirmó que no tuvo que ver con la renegociación del ex ministro Guzmán con el Organismo y aprobada legislativamente, como si su gobierno estuviera integrado por funcionarios independientes entre sí.

En lo ideológico, la vicepresidenta Kirchner expresó en un discurso que “es momento de la generación diezmada”, en referencia a las víctimas de la represión militar en la década del 70. Pero muchos de sus descendientes hoy en el gobierno, en lugar de hablar como entonces de “la patria contratista y financiera”, actúan codo a codo con empresarios para desarmar la causa por corrupción en la obra pública conocida como “Cuadernos”, y permite en silencio que el sector financiero haga fructíferos negocios prestando dinero al Estado a tasas privilegiadas, y logrando atractivas ganancias con los distintos tipos de dólares, bonos y dólar futuro.

En la configuración de la estructura burocrática nacional, Milei hizo un aporte parcial al anunciar que tendrá ocho Ministerios, indicando misiones y funciones. Pero simultáneamente planteó la desaparición de organismos como el Conicet y el Incaa, sin intentar un saneamiento que elimine sus deformaciones parasitarias, para que puedan concretar sus objetivos si son socialmente útiles. En cuanto al oficialismo, se presupone que mantendrá la sobredimensionada estructura vigente, y en Juntos por el Cambio no hay definiciones aún.  

Cuatro hechos de inseguridad producidos en la semana previa a la elección, ejemplificaron que entienden los funcionarios por “sangre en las calles” si pierden el gobierno. Una niña, un cirujano y un jubilado fueron asesinados por delincuentes comunes con motivo de robo en la provincia de Buenos Aires, y un activista de izquierda murió de un infarto al resistirse a la policía en una manifestación en el obelisco porteño. Por las tres víctimas inocentes no hubo declaraciones del gobierno, como si las hubo en el caso del activista, mencionando una brutal represión policial. La incipiente campaña se desactivó cuando se supo que el fallecido había sido un importante cuadro de la organización terrorista FARC.

Mientras no haya propuestas, cabe destinar un espacio breve  a las candilejas políticas. La doctora Carrió está enojada con Macri. El funcionario Larroque ingresó en el terreno del misticismo, anunciando que si el oficialismo pierde la elección “nos estaremos acercando al infierno”. Y se confirmó que Milei y Fátima Florez iniciaron un romance.

Buenos Aires, 23 de agosto 2023