Es un hdp…

En 1973, jóvenes entusiastas festejaban el regreso de Perón tras su exilio. Muchos de ellos, que lo combatieron meses más tarde y hoy se dicen peronistas, superan los 65 años. Desde la recuperación de la democracia en 1983, han pasado 33 años. Vale decir, una generación de argentinos. Tiempo suficiente como para que viejas dirigencias continúen ocultando sus fracasos bajo la mortaja de la historia. Con la democracia recuperada, los argentinos sufrieron tres hiperinflaciones (Alfonsín, Menem y Duhalde); dos incautaciones de sus ahorros (Menem con el plan Bonex, y Duhalde con los Boden); estatización de deudas privadas (Duhalde), y una cesación de pagos de deuda externa (Rodríguez Sáa).

Si bien radicalismo y peronismo mantienen legitimidad como expresiones nacionales históricas, como UCR y PJ resignaron representatividad e identidad. Ello plantea interrogantes no resueltos: Cambiemos es cambiar? Renovador es renovar? Qué es progresismo? A quiénes representa el FPV? Consolidar un nuevo escenario político exigirá abandonar actitudes y lenguajes políticos agotados. Un año electoral legislativo, en el que viejos y más noveles dirigentes priorizarán el terrenal deseo de acceder y/o mantener los apetecibles cargos legislativos, no pareciera ser el adecuado para este desafío. Pero la sociedad no puede permitirse que el 2017 se dilapide en pequeños intereses de campaña, o que empresarios succionadores del Estado hagan trascender que aguardarán los resultados electorales para decidir inversiones.

La simplificación es la principal regla de la propaganda o discurso político. Su objetivo es que el mensaje masivo sea lo más simple y entendible posible. (Jean-Marie Domenach, París, 1950). Su aplicación no asegura veracidad; puede tener el fin de confundir (decir parte de los hechos); ocultar (negar los hechos), o mentir (crear hechos inexistentes). Será tarea de los ciudadanos modificar el clásico circuito comunicacional político unidireccional (dirigente a ciudadano), para convertirlo en una doble vía (dirigente-ciudadano-dirigente). Las redes sociales lo posibilitan. Para lograrlo deberemos ejercitarnos en discriminar entre verdades y falacias; esclarecimiento u ocultamiento. Y básicamente, exigir información completa y veraz. Citemos dos ejemplos recientes:

1.- Macri es “un hdp”. Lo manifestó el dirigente del fútbol Raúl Gámez refiriéndose al presidente Macri, ante la ratificación presidencial de no seguir financiando “Fútbol para Todos”. Gámez, que eludió mencionar la corrupción en la dirigencia del fútbol, nos recordó que los clubes son entidades sin fines de lucro. Días más tarde, se instaló una polémica entre Vélez y el jugador Juan Manuel Martínez, por un acuerdo para que jugara en el club por seis meses, cobrando libre de impuestos 22 mil dólares por mes. Vencido el plazo sin costo de rescisión, el jugador retornaría a EE.UU. Pero al momento de la firma, el club intentó cambiar las condiciones. En apoyo de su postura, Martínez exhibió el contrato ante cámaras televisivas. Consultado Gámez por los mismos periodistas, dio confusas respuestas, y solo atinó a criticar al jugador por mostrar su salario. Es un ejemplo de los que los dirigentes entienden por “entidades sin fines de lucro”. Con la escenografía habitual de insultos, acusaciones y sospechas, se intenta disimular la falta de información veraz sobre ingresos y egresos por compraventa de jugadores, primas y salarios, cronograma de deudas de aportes e impositivas, juicios en trámite, etc.

2.- La sospecha de Stolbizer. La legisladora fue aceptada como “amicus curiae” (amiga del juez), en la causa contra el contratista del Estado Lázaro Báez a cargo del juez Casanello y el fiscal Marijuán, que lo acusa de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y pago de coimas a funcionarios. Stolbizer, pese a los antecedentes de Casanello, denunció la intervención del gobierno para demorar los avances judiciales. No aclaró si dicha información provino del juez o de otros ámbitos políticos, y no identificó a los funcionarios o intermediarios que ejercieron la supuesta presión. Se repite el caso Gámez; frases espectaculares sin ningún aporte concreto de información. Casanello por su parte, agradecido.

Estos ejemplos se asocian a otra regla, llamada de contrapropaganda. Consiste en desacreditar a oponentes y/o sus denuncias, presentando a la sospecha o falsedad como verdad. Para lograrlo sin costos, es necesario contar con una justicia cómplice y/o ineficaz.

Buenos Aires, 01 de febrero 2017