Mi mamá, tu papá y sus hijos

Recientemente se denunció que el Correo Argentino fue defraudado en 61 millones de pesos entre el 2011 y 2015, como resultado del convenio suscrito entre dicha empresa estatal y la cooperativa El Aldabón, de La Plata, para que ésta repartiera correspondencia de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA). La denuncia está bajo investigación del juez federal Torres y el fiscal Di Lello. Lo que parecía un caso más en la desenfrenada corrupción en el Estado, la airada reacción de la ex presidente Cristina Kirchner por redes sociales, lo transformó en un admirable paradigma de la política argentina en las tres últimas décadas.

El motivo de tal enojo se debió a que su madre Ofelia Wilhelm (84 años), integraba dicha cooperativa como síndico. Como argumento exculpatorio, la ex presidente atacó airadamente al actual presidente Macri, enrostrándole la participación de su padre Franco (86 años), en el manejo del Correo entre 1997 y 2003, privatizado por el entonces “justicialismo modernizador”. Como esta breve crónica atraviesa en principio dos generaciones (Ofelia/Franco y Cristina/Mauricio), resumiremos biografías y contextos. Ofelia fue empleada estatal y gremialista, hasta su jubilación. Franco, nacido en Italia, arribó a nuestro país en la posguerra, y se dedicó a la construcción. En pocos años conformó un grupo económico integrado por diversas empresas, actuando en varias ocasiones como contratistas del Estado. Por ejemplo, en la privatización del Correo Argentino.

Pasemos a la siguiente generación: los hijos. Cristina fue elegida en 1989 diputada provincial en Santa Cruz. Dos años antes, su fallecido esposo Néstor asumía como intendente de Río Gallegos. Desde esa época el matrimonio ocupó importantes cargos públicos a tiempo completo, incluidas las presidencias del país entre 2003 y 2015. Mauricio por su parte, defraudando las expectativas de su padre Franco para convertirlo en su sucesor, decidió abrir su propio camino, ayudado por el bagaje de recursos y educación brindados por la familia. Se inició en la política como diputado en el 2005, fue Jefe de Gobierno de la Ciudad entre 2007-2015, y es actual presidente de la Nación. Según las diatribas de la hija Cristina, a Ofelia y Franco los une el Correo, señalando que convenios entre empresa y cooperativas similares al denunciado, ya se firmaban cuando Franco manejaba el Correo. Considerando que las privatizaciones provocaron retiros voluntarios y/o despidos de miles de empleados, contratar innecesariamente ente la pasividad de los dirigentes gremiales a una cooperativa para distribuir correspondencia, podría explicarse como una táctica de “triangulación” para pagar los retornos o coimas a los funcionarios públicos. Vele decir, nada distinto a lo que sucede hoy.

Si bien la presencia de Ofelia otorga al caso mayor impacto mediático, ello no justifica buscar impunidad desprestigiando la denuncia escudándose en un ensañamiento contra una indefensa anciana de 86 años. Esta estrategia se usó en el recordado intento de José López de ocultar 9 millones de dólares “de la política” en un Convento. Las crónicas resaltaron a la nonagenaria hermana Alba, pero jamás dieron a conocer los nombres de los integrantes de la asociación civil que maneja dicho Convento. El problema entonces no es la señora Ofelia, sino el habitual esquema de corrupción llevado a cabo a través de cooperativas utilizadas para triangular fondos públicos. Si bien cabe preguntarnos: conocía la ex presidente el uso que se hacía de su madre para firmar estos convenios? No debió haberla protegido de estos negociados?

Esta duda alcanza finalmente a la tercera generación de ésta historia: los hijos de Cristina y Mauricio. No debió haber cuidado la ex presidente a su hija Florencia, en lugar de involucrarla depositándole más de 5 millones de dólares en sus cajas de seguridad?. A su hijo Máximo, al menos lo ubicó como diputado nacional por Santa Cruz, protegiéndolo de eventuales arrestos a través de los democráticos fueros parlamentarios. En cuanto a los hijos de Mauricio, por su corta edad Antonia carece de capacidad legal para integrar cooperativas o abrir cajas de seguridad. Sus hijos mayores, aparecen hasta el momento alejados de la política. Como conclusión, es de esperar que el sistema político acabe con nepotismos y permanencias electivas hereditarias, que mezclan lo familiar, los negocios y lo público.

Alberto Landau