La política de los helechos

Para analizar hechos y arribar a conclusiones se debe tener presente que el discurso político suele incluir omisiones, falacias y cinismos que ocultan los verdaderos objetivos. En la asunción de Fernando Espinosa como intendente de La Matanza el 13 de diciembre de 2019, la vicepresidenta Cristina Kirchner expresó ante sus adeptos: “En Capital hasta los helechos tienen luz y agua, mientras en el conurbano chapotean en agua y barro”. Cuidándose de mencionar que el justicialismo gobernó en forma ininterrumpida durante 36 años a La Matanza (1983-2020); 26 años a la provincia de Buenos Aires (1989-2015), y 14 años a la Nación (2002-2015). A casi nueve meses de la citada frase, una secuencia de sucesos clarifica roles en el poder gobernante, y más importante, permite proyectar con mayor precisión futuros escenarios políticos.  

1) el 13 de diciembre, el discurso de la vicepresidenta en La Matanza; 2) en marzo, comienzan los disensos públicos entre Fréderick y Berni, responsables de la seguridad nacional y provincial; 3) en abril, se promueve la liberación masiva de presos peligrosos; 4) en agosto, se produce una usurpación generalizada de tierras; 5) en septiembre, el día 4, ante Kicillof, Frederic y Berni, el presidente anuncia un Plan de Seguridad provincial; el día 7, con epicentro en La Matanza, se amotina la policía bonaerense; el día 9, se anuncia la quita de fondos coparticipables de la “opulenta” ciudad capital, para trasladarlos a la provincia de Buenos Aires; el día 10, Kicillof accede a los reclamos policiales, y mantiene en sus cargos al jefe de la policía y al secretario Berni; en el mismo día, 19 gobernadores apoyan públicamente la medida en desmedro de la ciudad.

Lo detallado, que exhibe componentes políticos que exceden el tema de la seguridad, permite proyectar el curso de gobierno tras 270 días de ejercicio, y obliga a modificar hipótesis analíticas recurrentes e incorrectas.

1.- Perdió sentido continuar planteando una única “grieta” separadora de dos expresiones  ciudadanas excluyentes. Es un recurso fomentado por castas políticas estables para manipular a la opinión pública, y que finalmente nada cambie. La realidad muestra que existen innumerables y fluctuantes grietas entre diversos sectores oportunistas que pujan por usufructuar recursos públicos. Jorge Asís los llamó irónicamente “bandas”, citando en la provincia de Buenos Aires a las conformadas por la gobernación, intendentes, la Cámpora y movimientos sociales. En agosto se coló la bonaerense.

2.- En los políticos se debe analizar tres cualidades: poder, identidad y utilidad. El poder, claramente lo ejerce Cristina Kirchner. Su referencia a “los helechos” porteños un lejano 13 de diciembre, tuvo el acompañamiento coral de sus seguidores, y concluyó en una decisión política. Esto se repetirá en los temas de su interés, que son concretos y acotados: no es una estadista. En cuanto a las identidades políticas, las cocteleras frentistas pretenden obtenerla invocando las memorias de Irigoyen, Perón, Evita o Alfonsín, o tras una hojarasca mística-partidaria como peronismo, radicalismo, progresismo, populismo, neoliberalismo, y otras, que justifiquen o legitimen desmanejos, privilegios y hasta corrupciones. Tal liviandad explica que los gobiernos se terminen personalizando en menemismo, kirchnerismo y macrismo. En este sentido, el actual es kirchnerista. Clarificación que no elimina conflictos pero ordena debates. En cuanto a la tercera cualidad, la utilidad, en política la ingenuidad personal no es una opción. Nadie se incorpora a listas sábanas legislativas u ocupa cargos ejecutivos por méritos propios, sin avales de peso y sin brindar contraprestaciones. A falta de capacidad, el beneficiado debe aportar al menos utilidad (votar, dejar hacer, no ver, ofrecer popularidad, actuar como propagador). Ello incluye a los habituales nepotismos familiares.

3.- La desactivación de un utópico “albertismo”, no supone que Alberto Fernández sea una víctima o engañara al votante. Como presidente cumple el rol que siempre practicó: operador, gestor, intermediador, conversador. Tarea que se desarrolla en ámbitos reservados en los que se discuten intereses particulares, nunca generales. El problema de Fernández es que al trasladar dicho rol al ámbito del control público, este pierde flexibilidad. Ello explica sus permanentes contradicciones discursivas.

Planteados estos parámetros generales, es momento de retomar la problemática de seguridad que estalló en agosto con el amotinamiento de la policía bonaerense, pues arroja enseñanzas a futuro. El conflicto solucionó parcialmente un tema salarial, pero se continúa sin definir una política de seguridad coherente y nacional, que interrelacione adecuadamente legislación, accionar judicial con el policial, profesionalización de las fuerzas y marco presupuestario. Será tema de la próxima opinión.

Buenos Aires, 16 de septiembre 2020.