Bosque de palabras

Si bien los resultados electorales indicarían que los ciudadanos ya no se someten pasivamente a viejas estrategias de campaña por parte de fracasadas dirigencias, esta reacción por sí sola no será suficiente para impedir que los beneficiarios privilegiados de los recursos del Estado intenten perdurar en el poder. Por ello, mientras los asesores de campaña instruyen a los candidatos como hablar y actuar, el ciudadano se deberá ejercitar para sumar un espíritu crítico a lo emocional para detectar omisiones y falacias en el bosque de palabras que mezclarán propuestas con propaganda para convencer con mensajes simples a todos los sectores socio-culturales por igual. Clases dirigentes fluctuantes y oportunistas responsables de la decadencia y vigentes desde hace décadas, hace irrelevante detenerse en analizar líquidas ideologías, pues si alguna condición las caracteriza, es la de ser conservadoras en el ejercicio del poder. En este contexto, la frase “no me interesa si el gato es blanco o negro; me interesa que cace ratones” pronunciada por el líder Deng Xiaoping, cuando en 1978 con sus reformas inició el gran crecimiento de China, describe nuestro desafío en la próxima elección.

Las frases simples, breves y contundentes del eslogan, que incluye aspectos psicológicos como recuerdos, semejanzas e identificaciones personales, son el instrumento propagandístico por excelencia. Pero su efectividad depende de dos condiciones de difícil cumplimiento por nuestras clases dirigentes: que se articule con el contexto social, y exista armonía entre el mensaje y sus emisores, lo que explica la poca credibilidad y creatividad de los mensajes de campaña. Su utilidad entonces estará en detectar omisiones y falacias antes que virtudes. Recientemente la preocupación del gobierno fue la de rechazar la palabra “saqueo” ante los ataques sufridos por diversos comercios, pues se asocia a los saqueos del 2001, y contradice el planteo amenazante de que el peronismo (o los disfrazados de tales), es el único que asegura estabilidad social. Pero en lo operativo, las declaraciones de la vocera presidencial y de los ministros de Seguridad de Nación y Provincia tras las convocatorias a los saqueos/robos/pillajes vía redes sociales, también revelaron la ausencia de toda inteligencia policial previa, lo que incorpora dos conceptos a considerar en una reforma estatal respecto a los funcionarios políticos: la inutilidad (no útil para la función), y los daños estructurales parasitarios (destruir organismos desde su interior).

Otro ejemplo que se asimila al eslogan es el nombre de las coaliciones. La oficialista Frente de Todos mutó en Unión por la Patria, pero con la misma conformación de origen con distinto orden; Fernández, Kirchner y Massa del 2019 se presentan ahora como Massa, Kirchner y Fernández. La conocida locuacidad y adaptabilidad política de Massa, será útil para ejercitar en lo inmediato un espíritu crítico en cuanto a lo discursivo. La estrategia del miedo cumple con el principio de que debe llegar a todos los niveles socio-económicos por igual. A los más vulnerables se les amenaza con la pérdida del “Estado presente” a través de subsidios, planes sociales o supuestos derechos. De igual modo a los empresarios prebendarios del Estado con la pérdida de sus privilegios asociados a funcionarios, y al sector financiero con un nuevo Plan Bonex a ser aplicado por los opositores, omitiendo que en su momento lo implementó el peronismo en perjuicio de sectores medios.

Una eficaz propaganda debe cumplir con la regla de “Orquestación”, consistente en la repetición constante de temas que interesan al emisor, y en perjuicio del opositor. Un claro ejemplo es la permanente referencia por parte del gobiernoa “la deuda de 45.000 millones de dólares que Macri tomó con el FMI”, asociando objeto (deuda), institución (FMI) e individualización del culpable (Macri). Pese a tal loable preocupación, no existe información oficial relativa a cuál es la deuda pública total que será trasladada al próximo gobierno en monedas extranjeras y nacional, que varias fuentes informativas especializadas no oficiales la ubican por todo concepto en más de 400.000 millones de dólares, y que se canceló con el FMI solo unos 1.000 millones de dólares. Debiera preocupar entonces que los equipos económicos de las oposiciones no brinden una detallada información al respecto durante la campaña, dado que marcará la viabilidad de muchas de las propuestas electorales. Hasta que no se ingrese a la etapa de explicitarlas de modo concreto y ordenado que permitan avizorar un futuro, solo resta continuar asistiendo a los superficiales mensajes públicos que se intercambian Milei, Bullrich y Massa, y jugar con adivinar por cuanto fallarán las encuestas.

Buenos Aires, 30 de agosto 2023

Próxima newsletter el miércoles 27 de septiembre 2023

Opiniones y rumores

A 62 días de la elección nacional presidencial en la que competirán las coaliciones encabezadas por Milei, Bullrich y Massa, políticos y analistas permanecen estancados en opiniones que basadas en supuestas fuentes confiables no superan el carácter de rumores, en hacer combinaciones numéricas para presuponer el próximo resultado electoral, en inefables encuestadores intentando lograr un acierto, en debates académicos acerca de la dolarización, y en indagar o anunciar nombres de posibles ministros. Esta saludable diversidad comunicacional omite, por responsabilidad esencialmente política, lo más importante para la sociedad, como es la presentación y debate de los programas de gobierno, que deben ser integrales y con acciones cronológicamente ordenadas en función de prioridades y factibilidades, para lo cual se necesitan dos datos inmediatos e imprescindibles: 1) cuál será la estructura burocrática nacional, que a partir de los Ministerios supera los 10.000 cargos políticos. 2) cuál es la deuda pública externa, interna y reservas del Banco Central al mes de agosto, actualizada mensualmente hasta noviembre.

Mientras las indefiniciones programáticas subsistan, será útil detectar señales y contradicciones producidas por diversos actores políticos, incluidos los sindicales y empresariales, partiendo de los principios de la propaganda política, que si bien se relaciona con los instintos y mitos populares, se expresa con distintos niveles de racionalidad. En la desarrollada por muchos de nuestros dirigentes predomina la hitleriana, que según describe Jean-Marie Domenach (1950), “se dispersa en gritos de guerra, imprecaciones, amenazas, profecías vagas, y si es necesario, hacer promesas tan descabelladas que no pueden ser admitidas por el ser humano, sino cuando la exaltación le hace responder sin reflexionar”. En este contexto, los matices emocionales que atraviesan a las coaliciones en pugna serían la DESESPERACIÓN en la oficialista para mantener el poder, que se expresa en Massa eludiendo hablar de economía y seguir mencionando a Macri; la SORPRESAen Milei, que intentará sostener su discurso en base a las castas y parásitos estatales, y la CONFUSIÓNen la principal oposición, que pone a Bullrich ante el desafío de plasmar un programa creíble que genere un cambio profundo pero de implementación sustentable.  Hasta que las propuestas se concreten, es útil detenerse en las falacias y contradicciones discursivas e ideológicas.

Respecto a las deudas totales del Estado, Massa transparentó la necesidad de conocerla con datos oficiales concretos, dado que en un reportaje televisivo el pasado miércoles mencionó la deuda contraída por Macri con el FMI, e insólitamente afirmó que no tuvo que ver con la renegociación del ex ministro Guzmán con el Organismo y aprobada legislativamente, como si su gobierno estuviera integrado por funcionarios independientes entre sí.

En lo ideológico, la vicepresidenta Kirchner expresó en un discurso que “es momento de la generación diezmada”, en referencia a las víctimas de la represión militar en la década del 70. Pero muchos de sus descendientes hoy en el gobierno, en lugar de hablar como entonces de “la patria contratista y financiera”, actúan codo a codo con empresarios para desarmar la causa por corrupción en la obra pública conocida como “Cuadernos”, y permite en silencio que el sector financiero haga fructíferos negocios prestando dinero al Estado a tasas privilegiadas, y logrando atractivas ganancias con los distintos tipos de dólares, bonos y dólar futuro.

En la configuración de la estructura burocrática nacional, Milei hizo un aporte parcial al anunciar que tendrá ocho Ministerios, indicando misiones y funciones. Pero simultáneamente planteó la desaparición de organismos como el Conicet y el Incaa, sin intentar un saneamiento que elimine sus deformaciones parasitarias, para que puedan concretar sus objetivos si son socialmente útiles. En cuanto al oficialismo, se presupone que mantendrá la sobredimensionada estructura vigente, y en Juntos por el Cambio no hay definiciones aún.  

Cuatro hechos de inseguridad producidos en la semana previa a la elección, ejemplificaron que entienden los funcionarios por “sangre en las calles” si pierden el gobierno. Una niña, un cirujano y un jubilado fueron asesinados por delincuentes comunes con motivo de robo en la provincia de Buenos Aires, y un activista de izquierda murió de un infarto al resistirse a la policía en una manifestación en el obelisco porteño. Por las tres víctimas inocentes no hubo declaraciones del gobierno, como si las hubo en el caso del activista, mencionando una brutal represión policial. La incipiente campaña se desactivó cuando se supo que el fallecido había sido un importante cuadro de la organización terrorista FARC.

Mientras no haya propuestas, cabe destinar un espacio breve  a las candilejas políticas. La doctora Carrió está enojada con Macri. El funcionario Larroque ingresó en el terreno del misticismo, anunciando que si el oficialismo pierde la elección “nos estaremos acercando al infierno”. Y se confirmó que Milei y Fátima Florez iniciaron un romance.

Buenos Aires, 23 de agosto 2023

Políticos sonámbulos

Definidos los candidatos a presidente competitivos (Milei 30,15%, Bullrich 28,26% y Massa 27,18%), el siguiente mojón electoral será el 22 de octubre. De haber segunda vuelta el 19 de noviembre, se presenta la curiosidad de haberse destinado 87 días para la campaña, y tan solo 20 días para que la coalición triunfadora organice la transición de autoridades y ajuste el programa que el presidente deberá explicitar el 10 de diciembre ante la asamblea legislativa. Vale decir que se dedica cuatro veces más tiempo al decir y prometer en campaña, que al organizar el inicio de un nuevo gobierno.

Para que los ciudadanos evalúen los desenvolvimientos políticos próximos, cabe destacar aspectos de la reciente elección, comenzando por una confesión en primera persona: jamás pensé que Milei podía superar en votos y extensión territorial a las estructuras nacionales de “JxC” y “UxP”. Lo sorprendente es que lo mismo sucedió con sus propios candidatos, asesores de campaña e imagen, encuestadores, y analistas políticos en general. Es por ello que vale reflexionar sobre posibles causales de modo comprensible para la sociedad en su conjunto, cuyo criterio parecería estar más desarrollado de lo que la vieja política supone. Para plantearlas vale utilizar los mismos principios de la propaganda política moderna, nacida a principios del siglo XX, cuando los viejos imperios como el zarista, alemán, austro-húngaro y otomano fueron barridos porque sus tradicionales monarcas, obviando la situación de sus pueblos, jugaron a ser estrategas bélicos pensando hasta horas antes del inicio de la Primera Guerra que ésta nunca llegaría, por lo que el historiador Christopher Clark los caracterizó de sonámbulos, situación que pareciera atravesar a nuestras dirigencias en general. Referencias a destacar:  

1.- El recordado clamor “que se vayan todos” de los años 2001-2002 fue entonces una imprevista reacción emocional. Veintiún años más tarde, con muchos de sus personajes en actividad, la reacción social tiene una encarnadura numérica y física con el 30,15% de Milei y el 4,73% de votos en blanco. 2.- Milei aplicó a la perfección el principio de que los eslogans deben ser breves, claros, ciertos y con amplio consenso social, al plantear “terminar con la casta política parasitaria”. Por el contrario, el oficialismo lanzó el híbrido “la Patria sos vos”, y la oposición que “para gobernar hace falta un 70% de consenso”, lo que sugiere un acuerdo de castas. 3.- Para mayor confusión, las invocaciones de unidad y consenso se pronunciaban mientras viejas dirigencias amigas en el pasado y enemigas hoy, malversaron los debates tirándose videos que certificaban sus múltiples realineamientos partidarios y opiniones contrapuestas vertidas a lo largo de sus carreras. 4.- Milei afectó el preconcepto facilista y prejuicioso de que el clientelismo y sus punteros manejan a los votantes del castigado conurbano profundo, mientras los líderes partidarios negocian con enriquecidos empresarios prebendarios del Estado. Se introdujo en las barriadas y tomó contacto directo con los supuestos “manejados” por tradicionales políticos a través de notebooks, colchones y bicicletas.

Si bien los primeros análisis de los resultados electorales ineludiblemente se basan en datos numéricos duros expresados en votos y porcentajes por jurisdicciones, esta etapa pareciera prolongarse. Tras aclarar sapientemente que “los votos son de la gente, no de los políticos”, políticos y analistas comienzan a suponer si Bullrich mantendrá los votos de Larreta, Massa los de Grabois, como capturar a quienes no votaron, y así sucesivamente. Sería más útil para la sociedad que en lugar de entusiasmarse con misticismos numéricos que suelen fracasar, analistas y periodistas dediquen espacios para debatir las propuestas de gobierno concretas de cada candidato.

Cabe alertar sobre la utilización por parte del oficialismo de una de las técnicas propagandísticas más clásicas para sumir a los ciudadanos en una falsa simplificación que evite explicar gestiones y propuestas, llamada “Del enemigo único”, que bien describe Jean-Marie Domenach: “Concentrar en una sola persona las esperanzas del sector al cual se pertenece o el odio que se siente por el sector adverso es la forma más elemental y beneficiosa. Las masas prefieren enfrentar a personas visibles más bien que a fuerzas oscuras. Si se las convence que su verdadero enemigo no es tal partido o tal nación, sino el jefe de ese partido o nación, se matan dos pájaros de un tiro”. Ello explica la reiteración de las menciones a Cristina Kirchner y Macri en sus supuestos roles de “jefes”, y no en sus Coaliciones. Y de igual modo, utilizar ideológicamente las categorizaciones de derecha e izquierda sin mayores explicaciones. Esta regla básica aplicada por fracasados políticos pareciera perder eficacia, según muestran los resultados electorales recientes.  

Buenos Aires, 16 de agosto 2023

De lo familiar a lo público

A partir del próximo 14 de agosto cabe suponer que se cerrará la etapa de intercambio de polémicas de carácter casi familiar, en las que conocidos políticos discuten sus prontuarios e intentan presentar como propuestas concretas a meras intenciones vacías de contenido. En consecuencia, la halcona Bullrich o el palomo Larreta que encabezarán la etiqueta “Juntos”; el derechista Massa o el izquierdista Grabois “Unidad”, y el expansivo Milei “Libertad”, deberán presentar ante la sociedad programas de gobierno racionales y factibles en su formulación y aplicación, sin necesidad de que canten, bailen o hagan guiños, pues lo que se elegirá es a un presidente para que supere una crisis económico-social dramática, y no a un comediante.

Para este nuevo tránsito vale mencionar aspectos relevantes. En cuanto a las propuestas electorales, del oficialismo no solo se juzgan sus 44 meses de gestión, sino también los meses que transcurran hasta la elección de octubre. En este contexto actuará inevitablemente a la defensiva, lo que incluye la amenaza cierta de “sangre en las calles” si no triunfa. A la oposición le cabe entonces una mayor responsabilidad en cuanto a convencer a la ciudadanía con un programa racional y creíble para el difícil período 2023-2027. Pero existe una obligación prioritaria compartida entre oficialismo y oposición, consistente en brindar dos informaciones esenciales para que las propuestas sean viables: 1) explicitar la conformación de la estructura burocrática de gobierno centrada en los cargos políticos (no de empleados de planta), hoy ineficaz, plagada de privilegios y con circuitos que promueven la corrupción; 2) explicitar el estado real de deuda total externa (moneda extranjera) e interna (moneda nacional); esta última no solo es en pesos, sino también en dólares, tal el caso de la existente con importadores. Las cifras en danza indican que la deuda con el FMI de 45.000 millones de dólares “de Macri”, se incrementó en un monto aún mayor durante la actual gestión. Estos dos datos públicos, pilares de cualquier propuesta de gobierno, implican un “shock” pero estrictamente político en cuanto a responsabilidades. Y evita que el triunfador en la elección agobie a la ciudadanía durante su mandato diciendo que encontró una situación peor a la que pensaba.

Cabe una reflexión en cuanto al circuito comunicacional entre el emisor (político) y el receptor (ciudadano). Los asesores de ambas coaliciones debieran aconsejar a los candidatos abandonar la onda de debate entre viejos conocidos basado en si es peor el que podría irse o el que podría venir, pues al respecto los ciudadanos podrían apropiarse del eslogan de un conocido supermercado: “Yo te conozco”. Pero como la propaganda electoral al momento no ha sido muy creativa, salvo toques de humor por las promesas que en sus spots formulan desconocidos que lucran con los aportes públicos para emisión de boletas, es oportuno intentar identificar inconsistencias o falacias en los eslogans políticos, como modo de detectar también engaños discursivos. Tomemos dos ejemplos: a) el eslogan oficial “La Patria sos vos”, omite decir “la Patria somos todos”, incluyendo a quienes gobiernan. La demagogia irracional lleva a estos fallidos o confesiones. b) desde hace décadas queda bien decir “con la inflación sufren quienes menos tienen”. Pero si se invierte el orden de las palabras diciendo “con la inflación sufren menos o ganan más quienes más tienen”, expresaría mejor la problemática de nuestro país, y expondría más claramente a los benficiarios.

La forma en que las oposiciones enfrenten y neutralicen a los aparatos de gobierno, es presentar a la sociedad una propuesta clara, factible, creíble y esperanzadora. Jean Marie-Domenach en su libro “La propaganda política” (año 1950) establece un principio: “Ninguna propaganda, ni siquiera la hitleriana, es invencible cuando se encuentra con otra propaganda bien organizada que la enfrenta”. Si bien lo emocional es inevitable a nivel masivo, en estas circunstancias de desinterés electoral es esencial apelar también a lo racional. Para despertar el interés del votante para juzgar la viabilidad de las propuestas, se deben presentar en secuencias interrelacionadas, y por orden de prioridad: estructura burocrática política, manejo de las deudas oficializadas, educación, seguridad, salud, y así sucesivamente, en lugar de hacerlo caóticamente, con el candidato tirando una promesa aislada según sea el ámbito dónde se presente. Valorar el qué, el cuándo, el cómo, y en los  acuerdos, sus bases y firmantes.

Buenos Aires, 09 de agosto 2023

Sangre, todo y acuerdo

Una campaña electoral mediocre y farandulesca que disminuye la movilización de votantes, no debiera impedir detectar y analizar los vicios exhibidos por sus actores, porque deberán ser los ciudadanos quienes impulsen transformaciones de fondo que serán resistidas por los beneficiarios del atraso y la pobreza, sabiendo que tras el “que se vayan todos” del 2001, se quedaron todos, agravaron los problemas desde entonces, y más allá del resultado de las elecciones seguirán estando casi todos.

Para identificar las patologías discursivas y estructurales es útil aplicar principios de la propaganda política, basada en mensajes sencillos, breves y comprensibles por toda la población, hecha la salvedad que dicha simplicidad puede usarse en mensajes engañosos o falsos. La propaganda política moderna surgió en las primeras décadas del siglo XX, con la secuencia temporal Lenin/Trosky, Mussolini y Hitler/Goebbels, apellidos que marcan dos detalles: sus técnicas son igualmente usadas por derechas e izquierdas, y se crearon al amparo de regímenes despóticos con objetivos de perpetuación. Trasladadas a sistemas democráticos débiles que no cumplen con las razonables rotaciones en los niveles de representación ciudadana, las reglas sufren distorsiones y contradicciones que conspiran contra la eficacia de los mensajes, pues al repetirlos los mismos personajes años más tarde, dejan de ser creíbles. Continuidades que tampoco cumplen con el principio de que en contextos políticos-sociales dramáticos, como sucediera en Rusia, Italia y Alemania a comienzos del siglo XX, los mensajes sean esperanzadores en el corto y mediano plazo. Por el contrario, nuestra realidad está plagada de dirigencias políticas, empresarias y gremiales que de por sí, por sus descendientes o familiares, se mantienen desde hace décadas en un contexto de degradación social y económica. Simulan discursos progresistas pero son  profundamente conservadoras, reacias a todo cambio que las afecte. La presente campaña abunda en ejemplos de lo señalado.

En Rusia hoy nadie habla de Lenin o Stalin, en China de Mao Tse Tung o en Estados Unidos de Eisenhower. Pero en Argentina el oficialismo sigue haciendo uso y abuso de Perón y Evita al poner sus fotos en las boletas. Tampoco se cumple con el requisito de que los eslógans sean consistentes con la realidad y el emisor. Cuando en la época de los zares Lenin formula “Tierra y Paz”, fue comprensible por todos los rusos, en su mayoría analfabetos. Pero si Massa en un año como ministro llevó la inflación del 67% al 115%, el dólar oficial de $139 a $285 (el blue de $298 a $555), y en campaña dice “voy a ser el presidente que derrote a la inflación”, sugiere un desprecio por el entendimiento ciudadano. También se habla de Bullrich montonera; las privatizaciones de Menem; el suicidio de Favaloro provocado por Larreta; el blindaje de De la Rúa; la crisis del 2001; las reestatizaciones por los mismos que privatizaron; Macri endeudador; preguntan dónde están miles de millones de dólares fugados, quienes deben controlar y saberlo; se encara la épica de sacar al monumento de Roca del centro cívico de Bariloche, y felizmente, nos anotician que “somos un país rico en alimentos, energía y minerales”. Discursos que exhiben a una clase política estancada en el pasado, sin visión de futuro nacional.

Entre esta mediocridad pueden rescatarse tres eslógans que se interrelacionan. 1) “Sangre en las calles”. Amenaza planteada por funcionarios oficialistas que se presentan como únicos garantes de asegurar la paz social, que deberá considerarse, pues la “sangre” con fines políticos se planifica. No en vano la CGT no realizó paros durante esta gestión, y en las innumerables marchas de miles de reclamantes de planes sociales no se provocaron desmanes. 2) “Es todo o nada”. El eslogan de Bullrich podría entenderse como una actitud intransigente o temor a que una vez más nada cambie. Se deberá clarificar qué alberga el término “todo”. 3) “Se necesita un acuerdo del 70%”. Larreta deberá aclarar si se refiere a acuerdos entre políticos como sugiere el alto porcentaje, pues es sabido que en estos casos se canjean cargos y prebendas, lo que aumentará la deformada estructura burocrática. Estos interrogantes, tras las PASO, deberán responderse explicitando propuestas, describiendo los acuerdos e indicando los firmantes.

Buenos Aires, 02 de agosto 2023                   

Stand up electoral

Un principio de la propaganda política sea para transmitir verdades o falsedades, es limitarse a una pequeña cantidad de ideas simples en mensajes breves adaptados a diversos públicos, orquestados a través de su repetición incesante (Jean-Marie Domenach, 1950). Pero también existen los hoy llamados “stand up” unipersonales, como los recordados monólogos de Tato Bores y Enrique Pinti, entre otros, y actualmente Alejandro Borensztein en su columna gráfica dominical, que con humor han reflejado didácticamente nuestras históricas coyunturas políticas a través de mensajes claros destinados a todos los estratos socio-culturales por igual, que incluso provocan en la platea risas compartidas de radicales, peronistas, neoliberales, populistas y anquilosados gorilas. Por el contrario, los stand up de nuestros candidatos, como la halcona Bullrich, el palomo Larreta, el derechista Massa, el izquierdista Grabois o el enloquecido Milei no mueven a risa, pues solo se concentran en cruzar acusaciones, anécdotas familiares y autocomplacencias, para disimular la ausencia de propuestas insertas en un programa integral factible. A esta superficialidad se acoplan analistas y periodistas, que se solazan en las abundantes necedades y contradicciones dialécticas de los disertantes, en lugar de ser más exigentes en cuanto a que los candidatos expliquen sus deshilachadas propuestas asociadas al qué, cuándo y cómo.

Dado que se supone que tras las PASO los candidatos elegidos y sus agrupaciones tendrán definidas las propuestas troncales de gobierno, vale alertar acerca de la ineludible necesidad de contar previamente con dos informaciones básicas  fuertemente interrelacionadas, sin las cuales muchos de los objetivos planteados ingresarán en el terreno de las intenciones y/o promesas: la reformulación de la estructura burocrática del gobierno central y la determinación oficial de la real deuda pública,  pues sin conocerlas y asimilarlas a la viabilidad de las propuestas, es irrelevante discutir si se hará una política de shock o gradual, sin mayores explicaciones.

Bajar los gastos políticos no debiera ser una demagógica dialéctica, sino consecuencia de reformular una estructura administrativa estatal que incluya empresas estatales, para destinarla a la prestación prioritariamente de los servicios públicos indelegables, y lograr un eficaz ordenamiento institucional. La tarea se debe centrar en los estimados 10.000 cargos políticos nacionales, y racionalizar el número de Ministerios, Secretarías y Organismos irrelevantes y costosos, creados solo para albergar compromisos políticos. Para tal objetivo el orden de prioridad es una sana estructura burocrática, personal político y de planta debidamente formado, y como natural consecuencia, arribar a un ahorro de gasto público, que será importante. Al concentrarse en los cargos políticos, que definen la eficacia de un gobierno, se evita que para que nada cambie, se anuncie como excusa que se echarán arbitrariamente a miles de empleados.  Se debe asumir que esta racionalidad es igualmente dolorosa para oficialistas y opositores de turno.

En cuanto a la deuda pública en moneda extranjera y nacional, el FMI es un acreedor más. De los u$s 44.0000 millones desembolsados del crédito otorgado por el organismo en 2018, en la presente gestión se amortizaron con recursos propios solo unos u$s 1.000 millones. Según la Secretaría de Finanzas, la deuda bruta alcanzó en junio/23 el equivalente a u$s 403.809 millones, siendo el 36% en moneda local y el 64% en moneda extranjera, cuando a fines del 2019 cuando asume Alberto Fernández, cerró en u$s 323.065, siendo el 77% en moneda extranjera. Y en el Banco Central había u$s 12.000 millones de reservas netas, cuando actualmente se estiman en u$s 13.000 negativas. Esta información surge de medios de comunicación especializados, por lo que no reviste un carácter definitivo. La responsabilidad de obtenerla oficialmente y presentarla a la opinión pública debe recaer en la oposición, para sostener válidamente sus promesas, y evitar el “stand up” que cada cuatro años ofrecen quienes asumen el gobierno, al declarar haberse encontrado con tierra arrasada. Realidad que desde hace décadas ya conocen quienes carecen de privilegios públicos.

Vale concluir con otro “stand up” habitual, que protagonizara recientemente en un reportaje el candidato Leandro Santoro, al señalar “la irresponsabilidad de haber tomado un crédito con el FMI de u$s 47.5000 millones, más una cifra similar con el sector privado. Casi u$s 100.000 millones que nadie puede explicar dónde están». Cabe preguntarse entonces si con tamaña estructura burocrática que todo controla, es tan fácil que nadie sepa dónde están cerca de u$s 100.000 del Estado. O bien son planteos malintencionados, o transparentan una sólida corrupción mafiosa estatal-privada avalada por altos funcionarios.

Buenos Aires, 26 de julio 2023

Mafias en campaña

Una campaña electoral en la que confluyen conocidos políticos, estrategias publicitarias insulsas y propuestas de gobierno reemplazadas por promesas de coyuntura, elude debatir una realidad reconocida en el cruce de acusaciones por la propia clase política: la existencia de sólidas mafias entroncadas en el Estado. Lo señalado presenta cuatro hitos: 1) Un Senado prioritariamente dedicado a trámites en pos de impunidades judiciales; 2) Una Comisión legislativa creada para juzgar, desprestigiar y amedrentar a todos los miembros de la Corte Suprema, con interrogatorios oficialistas que recuerdan a la temida Stasi en la desaparecida Alemania oriental; 3) La ex presidenta Cristina Kirchner señalando por twitter que la familia del ex presidente Mauricio Macri posee contactos con la mafia calabresa Ndrangheta; 4) Un crecimiento exponencial del narcotráfico ante la pasividad, inutilidad y/o complicidad de autoridades nacionales y provinciales.

Asumido que ya no cabe interpretar a la palabra mafia como insulto o metáfora, se debiera prever que la amenaza de “sangre en las calles” será una realidad si se afectan intereses y negocios de quienes se enriquecen con recursos del Estado, mientras distribuyen bonos y subsidios entre los necesitados. Es oportuno entonces comparar las organizaciones y prácticas mafiosas según sean privadas o se manejen desde el Estado. Mafia es una forma de crimen organizado a través de clanes sostenidos por códigos, siendo el principal la ley del silencio (obsérvese el aporte de la ley del arrepentido en nuestro país). Para el desarrollo de sus históricos negocios privados (prostitución, juego, contrabando) requerían de coberturas estatales (funcionarios, policías, jueces), logradas mediante sobornos o amenazas. Tras la posguerra surgieron mafias en cabeza del Estado para saquear recursos públicos, asociados a privados como contratistas, proveedores, concesionarios o integrantes de empresas públicas. Ambas variantes mafiosas priorizan a la familia (nepotismo); buscan perdurar en el tiempo (políticamente a través de leyes electorales); y diseñan circuitos de mando para que los jefes no queden comprometidos en casos de corrupción, que en el Estado se traducen en confusos circuitos burocráticos (por ello, ante corrupciones de envergadura es habitual la excusa de que “el presidente, el vice o el ministro no podían saberlo”). También comparten el uso ilegítimo de información privilegiada, sobornos, tráfico de influencias, evasión fiscal, lavado de dinero, extorsiones, fraudes, malversaciones, prevaricación e impunidad.

Otra similitud entre mafias privadas y estatales surge cuando las habituales traiciones y disputas entre clanes o grupos políticos, llegan al punto de poner en riesgo sus negocios. Entonces los capos mafiosos convocaban a reuniones de urgencia en busca de renovar “acuerdos y consensos”. Una de las más recordadas fue la realizada en 1946 en Cuba, con la concurrencia entre otros de Lucky Luciano, Lansky, Vito Genovese, Anastasia, Joe Bonnano, Tony Accardo y Costello. Tras el cierre de un nuevo acuerdo, entre sonrisas y abrazos la reunión concluyó con la actuación de Frank Sinatra. Una escenografía similar presentó el oficialismo; ante el riesgo de perder el gobierno, privilegios y negocios tras casi cuatro años de recurrir a traiciones, agravios, amenazas y operaciones varias, guardaron ideologías y diferencias para exhibirse abrazados y sonrientes entre otros, Cristina Kirchner, Massa, Alberto y Aníbal Fernández, Scioli, De Pedro, movimientos sociales, CGT e intendentes del conurbano. En la oposición, acusaciones de Carolina Losada a Pullaro en Santa Fe respecto al narcotráfico, de Carrió a Bullrich, o debates líquidos sobre si Bullrich es halcón y Larreta palomo, ofrece un espectáculo cínico que evita lo importante: el qué, el cuándo y el cómo.

Respecto al modo de conectarse con la sociedad, existen matices. Los mafiosos de antaño eludían la exposición pública, y su principal arma era la utilización del miedo a través de la amenaza y la violencia (caso narcotráfico). En ámbitos políticos, donde la actuación pública es inevitable, se utiliza la mentira y el engaño. Massa, en su simultáneo rol de ministro de economía y candidato, aporta ejemplos. Como negociador con el FMI afirmó que un funcionario del organismo (sin dar nombres). “le dijo” que economistas de la oposición pidieron que no se adelanten fondos para que el país estalle. Y en nuestro país denunció que el organismo le pidió “párenlo, párenlo” al Gasoducto (textual), lo que fue desmentido por el FMI. A un grupo de jubilados sin jubilaciones de privilegio les preguntó: ¿sabían que Bullrich hará desaparecer el PAMI y no entregará remedios? Siguió indagando: ¿con quién está Bullrich, con los Montoneros, con Menem, con Carrió?. Duda que no solo describe a gran parte de la clase política, incluido Massa, sino expuso que la referencia a Montoneros no motivó críticas por parte de la “generación diezmada” insertada en el gobierno. Todo sea por el poder. Una característica a favor de las mafias criminales es que no se escudan tras la palabra “Patria”.

Buenos Aires, 19 de julio 2023

Empresarios rojos

En el trípode conformado por las dirigencias políticas (rol institucional), sindicales (representación de la fuerza laboral) y empresarias/financieras (aporte de capital y tecnología), mientras de los dos primeros se conocen nombres, antecedentes, virtudes y defectos por su permanente exposición pública, a las empresarias y bancarias se los denomina enigmáticamente “círculo rojo”. Prestarles atención en la presente etapa electoral no solo se debe a que comparten responsabilidades en la degradación del país, sino porque las dirigencias políticas, sindicales y empresarias acostumbrados a compartir negocios con recursos públicos, serán las que más resistencia ofrecerán a los cambios virtuosos. Por ello la tipología empresaria a analizar es la que se desarrolla en base a negocios estatales y rechazo a la sana competencia, con apoyo de hábiles y conocidos lobistas para gestionar normas públicas que los favorezcan individual o sectorialmente. Acciones que cuando exceden el marco de la ley, ingresan en la conocida corrupción estatal-privada.

Vale comenzar por dos mojones supuestamente desvinculados. El economista radical Aldo Ferrer, que comenzó su actuación pública como Ministro de Economía en la provincia de Buenos Aires entre 1958y 1960, resumió su pensamiento en un libro publicado en 1983, cuyo título los sectores del facilismo prebendario tomaron como consigna: “Vivir con lo nuestro”. Una de sus frases quedó congelada en el tiempo: “Las deudas son de tal tamaño que será indispensable mantener las operaciones de refinanciación y los compromisos de los países con el FMI por mucho tiempo”. En la década del 60 en tanto,China sufría la gran hambruna con millones de muertos, y tras el fallecimiento de Mao Tse Tung en 1976, Xiaoping puso en marcha reformas que iniciarían un proceso de fuerte crecimiento, manteniendo el carácter centralista y autoritario del Estado. Tras poco más de 40 años, China es hoy una potencia de economía capitalista que compite con Estados Unidos, mientras en nuestro país perduran empresarios enriquecidos “viviendo con lo nuestro”, florecen piqueteros intermediadores de pobres, y el gobierno le mendiga yuanes, rogando que se le permita canjearlos para pagar compromisos en dólares. Dan ganas de pedir colaboración al presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, para elaborar las propuestas electorales de nuestra campaña.  

Un ícono criollo son las décadas de engañosas políticas de promoción y concesiones con pérdidas millonarias de recursos públicos, en la que los empresarios no cumplen sus contraprestaciones y los funcionarios no controlan. Breves ejemplos: 1) En 1944 se creó el Banco Nacional de Desarrollo, con el fin de financiar proyectos productivos y sustituir importaciones, que terminó con sus recursos saqueados y en proceso de liquidación en 1993. 2) En 1972 se creó en Chubut el Parque Textil en la ciudad de Trelew; la provincia aportó tierras y obras de infraestructura, eximiendo a las beneficiarias del IVA e impuestos varios por el término de 10 años. Las textiles trasladadas mantuvieron sus instalaciones en sus sedes de origen, facturando su producción como si se fabricara en Trelew. Transcurridos los 10 años, las principales textiles cerraron sus plantas, dejando el problema social de la desocupación. 3) A comienzo de los 70 se instaló en Puerto Madryn la única planta productora de aluminio primario (Aluar), con tecnología y aportes italianos, que generó un gran desarrollo económico y urbano en la ciudad. La provincia aportó la presa hidroeléctrica Futaleufú; la red de alta tensión de 600 kilómetros hasta Madryn, dado que en la producción de aluminio la energía eléctrica es uno de los principales insumos, y el puerto de aguas profundas en Golfo Nuevo. Casi 50 años más tarde, el gobierno otorgó al presidente de Aluar, Madanes Quintanilla, un subsidio energético para que la empresa afronte los costos de una ampliación. 4) La promoción en Tierra del Fuego se creó en 1972, con la industria electrónica como predominante. En octubre del 2021 el gobierno prorrogó el régimen que vencía en diciembre de 2023, hasta el 2038. Los beneficios incluyen desgravación impositiva, protección arancelaria y subsidios directos, alcanzando según datos oficiales, montos que en el 2021 llegaron a casi el 60% de los recursos destinados a la Asignación Universal por Hijo. 5) En las disertaciones de candidatos en la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), se los interroga acerca del cumplimiento de las condiciones de la deuda pública en poder de los bancos locales, que poseen actualizaciones duales (peso o dólar), tasas y plazos privilegiados.  Cabe preguntarse si no sería más razonable que sean los expertos financistas quienes expliquen a los candidatos la factibilidad del repago de la deuda en pesos.

Lo expresado no debe confundirse con las críticas hipócritas y demagógicas que formulan funcionarios venales o incapaces a “los empresarios” en general. Pero los que se desarrollan en base a su capacidad y esfuerzo sin contubernios, deberían ser más activos para ofrecer propuestas superadoras factibles y socialmente equitativas.

Buenos Aires, 12 de julio 2023

Caras bonitas

En la década del 60, al pie de página de los avisos clasificados de un popular diario aparecía la publicidad de un cabaret del bajo Retiro, con el eslogan “20 caras bonitas 20”. La virtud del mensaje residía en su brevedad, identidad (cabaret), tipo de servicio (cara bonita), y cantidad de empleadas (20). La preponderancia de la imagen y la frivolidad de los diálogos intercambiados en esos ámbitos, recuerdan a los de nuestros precandidatos y funcionarios, pretendiendo entretener a la ciudadanía acusándose de ser halcones, palomas, macristas o kirchneristas, en lugar de presentar y debatir propuestas concretas e integrales de gobierno. Algunos se arriesgan a decir lo que no van a hacer, en lugar de lo que implementarán, cuándo y cómo.

Como la grave situación socio-económica exige revalorizar el valor del voto, para evitar que el hartazgo o escepticismo se exprese en abstenciones o votos en blanco, es oportuno detectar las incongruencias en el accionar político y sus estrategias propagandísticas, para tonificar la capacidad analítica ciudadana. Lo facilita que el actual gobierno a lo largo de su gestión transparentó todos los vicios político-institucionales acumulados desde hace décadas, en cuanto a estructuras burocráticas, pujas institucionales en busca de impunidad, legislaciones electorales engañosas, y el reconocimiento explícito de la existencia de mafias estatales-privadas, aunque discursivamente el mafioso sea “el otro”. En cuanto a lo comunicacional, los mensajes e imágenes confirman el principio publicitario basado en que las campañas creativas y exitosas con viejos y fracasados productos son casi imposibles, lo que explica los gastados y deslucidos spots con candidatos sonrientes, rodeados de entusiasmo popular, eslogans infantiles y música pegadiza de fondo, mientras se ratifica que en las negociaciones electorales para mantener privilegios no existen ideologías, principios y lealtades. Como aporte invalorable de lo expresado, en menos de un mes el oficialismo presentó una secuencia cronológica de hechos. La interpretación final correrá por cuenta de cada uno.

El 7 de junio Massa reclama una lista oficialista única. Scioli, apuntalado por Fernández, anuncia que se presentará a las PASO, y lanza spots de campaña. La junta electoral exige a Scioli altos porcentajes para insertar sus candidatos en la lista triunfante. Grabois expresa que no apoyará a Massa si fuera candidato. El 22 de junio los medios de comunicación anuncian la fórmula presidencial Wado de Pedro-Manzur, con videos y afiches incluidos. El 23 a última hora se oficializó la fórmula Massa-Rossi, con Tolosa Paz y Cafiero en lista de diputados. Bajaron a Scioli; su hija y el hermano “Pepe” Scioli denunciaron traición. Grabois se presenta a internas, sin objeciones. El lunes 26 en un acto, Cristina Kirchner intentó explicar lo sucedido, señalando que Wado de Pedro era su candidato, mientras calificaba a Massa, sentado a su lado, de ser un poco “fullero” (tramposo). El 28 de junio Cristina Kirchner recibió a Scioli (foto). El 30 de junio Massa recibió a Scioli (abrazos y fotos). el 1 de julio Fernández recibió a Scioli (abrazos y fotos). En la oposición en tanto, más cómoda desde el llano, en medio de la puja Bullrich-Larreta se destaca Carrió, quien demuestra que su buen nivel intelectual no la exime de declaraciones altisonantes al estilo “20 caras bonitas 20”, al decir que en Juntos por el Cambio “hay sectores de ultraderecha”.

Mientras se desarrollan estos espectáculos ombliguistas, oficialismo y oposición deberían presentar dos informaciones claves que condicionarán fuertemente la factibilidad y consistencia del programa del próximo gobierno:  1) Indicar cuál será el rediseño de la actual estructura político-burocrática, ineficaz y socialmente costosa, que solo a nivel nacional posee más de 10.000 cargos políticos. 2) Explicitar a través de un cuadro mensualmente actualizado, la real deuda externa (dólares, yuanes), e interna (pesos), con detalle de prestamistas, montos, tasas y desembolsos previstos. Carece de sentido centrarse solo en el FMI, a quien el gobierno le abonó menos de novecientos millones de dólares propios durante su gestión, cuando la deuda total argentina estimada a marzo de este año según fuentes financieras alcanzaba alrededor de 380.000 millones de dólares, correspondiendo el 67% a moneda extranjera, y el 33% a moneda local. Estos cuadros debieran públicos y de elaboración permanente a futuro.

Buenos Aires, 05 de julio 2023

Traiciones, enojos y pegoteos

El sábado 24 de junio se concretó por parte de las agrupaciones políticas la entrega de sus álbumes con las figuritas elegidas para competir el 13 de agosto en la PASO nacional. Ya con roles e identidades de postulantes conocidos, en su mayor parte vigentes desde los últimos períodos presidenciales, vale mencionar aspectos que pueden considerarse didácticos para lo que resta del  proceso electoral.  

1.- Para no atarse a debates estériles disfrazados de ideológicos que impidan exigir programas de gobierno integrales, concretos y factibles, se debiera asumir que Lenin, Trosky, Mussolini, Yrigoyen y Perón, entre otros, son inocentes en cuanto a lo actuado desde hace décadas por nuestros políticos. De los tres primeros mantiene vigencia las estrategias de acción directa para generar caos social, tema a desarrollar a futuro porque ya se está reinstalando en nuestro país.

2.- Lo transitado repitió la impúdica y recurrente manipulación de las reglas electorales, ya sea en el incumplimiento de normas, de requisitos para ser candidatos, ordenamiento de las posiciones en listas según porcentajes de votos en las internas, fijación de calendarios, argucias como listas espejo, dobles candidaturas, y la escandalosa ley de lemas, utilizada aunque existan las PASO. De igual modo se mantiene la resistencia a implementar las listas únicas que impidan manipulación de urnas, votantes, y negociados de impresión de boletas de los llamados “sellos de goma”. Se citan solo dos casos. En Tucumán rigió el sistema de acoples, teniendo el oficialismo 61, y la principal oposición 16. En Formosa, con ley de lemas, 64 de las 88 boletas ubicadas en el cuarto oscuro incluyeron a Insfrán, y 17 al candidato opositor del Frente Amplio. Estos son uno de los tantos retrocesos que se fueron acumulando desde las elecciones de 1983.

3.- En Tucumán, Beatriz Ávila perdió como candidata a la intendencia de San Miguel de la que su esposo Alfaro es intendente. Su derrota se explica por cortes de boleta por los cuales obtuvo 11.000 votos menos que su esposo en la capital, candidato perdidoso a gobernador, por lo que cabe suponer que hubo quienes no olvidaron que en 2019 dejó el bloque legislativo de Juntos por Cambio para alinearse con el kirchnerismo tras la derrota de Macri. Dato útil para quienes políticamente plantean un consenso del 70% para gobernar, sin aclarar si se conformará con personas formadas y con principios, o con oportunistas políticos que negocian cargos y privilegios.

4.- Tras el habitual juego “yo quiero ser presidente” como recurso para horas antes de la presentación de los álbumes negociar puestos privilegiados en las listas, quedaron confirmados 14 candidatos, dispuestos a conducir a un país que de “tierra arrasada” pasó a estar “en llamas”, interés que haría sospechar que pase lo que pase los privilegios políticos saldrían indemnes. Las denominaciones de las coaliciones, a falta de identidades partidarias unívocas como radicalismo, justicialismo y socialismo, fueron diseñadas bajo criterios casi comerciales. Por ello debe alertarse que la llamada Unión por la Patria contiene los mismos ingredientes que el Frente de Todos, producto que fuera retirado del mercado. La izquierda clásica es la única que mantiene una tradición: cuatro candidatos conocidos compiten en tres listas distintas.

5.- Una situación inédita en los procesos electorales se produjo con el cierre de listas del oficialismo. El día 22 se dio por definida la fórmula Wado de Pedro-Manzur, y el 23 a última hora se oficializó la fórmula Massa- Rossi. Pese a lo cual se logró que casi todos los principales actores “desunidos” incluidos los de la “generación diezmada”, se ubicaran en posiciones de privilegio para continuar protegiendo los intereses de los argentinos. Las curiosidades las brindaron Scioli abandonado en su lancha, y Wado que pasó a ser “Wadito” en cuestión de horas. Estos avatares los explica claramente Maquiavelo en el capítulo XII de “El príncipe”, donde describe a los soldados mercenarios.

6.- Tras el intenso proceso, el pasado lunes en un acto que una vez más utilizó a los manoseados derechos humanos como excusa, Cristina Kirchner intentó explicar el juego de presiones previo al cierre de listas, sin privarse de, sonriendo, llamar “medio fullero” (tramposo), al candidato Massa sentado a su lado. Hacia el futuro inmediato vale resaltar tres consideraciones: 1) Si bien la vicepresidenta perdió la capacidad de definir una candidatura presidencial por un tuit, aun con sus naves escoradas, las decisiones finales las adoptaron quienes desde diciembre del 2019 marcaron el rumbo del presente gobierno: Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa; 2) Quedó expuesta la incapacidad del kirchnerismo/peronismo para formar nuevos dirigentes aptos, expresada en el amateurismo con que el delfín Máximo se manejó como presidente del PJ, del bloque de diputados y del armado electoral. 3) Una ironía que refleja la insustancialidad de los llamados “relatos”, es que los “revolucionarios populares” deberán votar al candidato de derecha Massa.

Buenos Aires, 28 de junio 2023