Maraña peronista

El concepto de maraña es aplicable a los objetos, hechos e ideas, que al entrecruzarse conforman un todo confuso. Pareciera adecuado para entender la larga crisis del peronismo, que excede lo partidario. Las democracias exigen opciones de gobierno con expresiones políticas basadas en principios y coherencia, y no en oportunismos de coyuntura. La confusión alcanza a sectores no peronistas, que en sus análisis suelen catalogarlo simultáneamente como peronismo, justicialismo, menemismo o kirchnerismo. El subterfugio “plasticidad ideológica”, o el eslogan “somos los únicos que sabemos gobernar”, sucumbieron tras décadas de ejercer el poder. La situación social de la provincia de Buenos Aires tras 26 años ininterrumpidos de gobierno, 24 de los cuales fueron con presidencias  del mismo signo, exime de mayores comentarios.

En la crisis del peronismo inciden contextos exógenos, producto de las transformaciones sociales y la crisis del 2001-2002, y endógenos, atribuibles a quienes pretenden continuar usufructuando poder invocando la memoria de Perón. En la recuperación de la democracia en 1983, el peronismo ya había perdido la jactancia de la imbatibilidad. Raúl Alfonsín (UCR), derrotaba a Italo Luder (PJ), por casi 12 puntos, en un contexto en el que entre ambos partidos captaron el 91,91% de los votos. La crisis 2001-2002 con la práctica de suplir los golpes militares por los “institucionales”, arrasó con ese histórico bipartidismo, tras el justificado y sorpresivo clamor popular para “que se vayan todos los políticos”. Las consecuencias sociales fueron catastróficas: una devaluación feroz; un empobrecimiento inédito con sustracción de los ahorros de la clase media, y estatización de parte de las deudas en dólares de grandes grupos empresarios. Por ello, quienes nostálgicamente recuerdan al helicóptero y reclaman la caída del gobierno actual, no defienden a los más humildes, sino añoran tomar el poder por asalto para mantener patrimonios mal habidos, y recuperar las inmunidades judiciales. 

Los partidos de Yrigoyen y Perón, quienes fueron impulsores de grandes avances sociales pero igualmente criticados y derrocados, perdieron su condición de expresiones unívocas. El sofisticado e indefinible concepto de ideología, sin estructuras coherentes que las sustenten, transformaron los acuerdos democráticos virtuosos en groseros oportunismos de cúpulas. Se inició con la fórmula De la Rúa-Alvarez en 1999, continuó con Cristina Kirchner-Julio Cobos y Roberto Lavagna-Gerardo Morales en el 2007, Ricardo Alfonsín-Francisco de Narváez en el 2011, para manifestarse hoy patéticamente con Leopoldo Moreau como portavoz del kirchnerismo. Un punto de partida para reconfigurar expresiones políticas medianamente coherentes y con posibilidades de gobernar, es comprender que la gente ya no se impresiona por la acumulación de dirigentes, muchos de ellos con viejos y discutibles antecedentes. Quizás un punto de inflexión haya sido el debate originado ante la propuesta de la fórmula Macri – Massa como única alternativa para triunfar en la elección presidencial del 2015.  Frustrado el intento, como candidato Massa obtuvo el 21,39% de los votos, y Stolbizer el 2,51%. Integrando una única lista en las legislativas del 2017, solo obtuvieron el 11,32% del padrón provincial.

El peronismo no ha podido superar aún viejos vicios para alcanzar el poder, que mezclan dosis de misticismo, corporativismo y dirigencias perennes. Para definir estrategias y minimizar subjetividades, es habitual formular preguntas concretas para intentar lograr respuestas convincentes. Mencionemos tres interrogantes: 1) Que podrían ofrecer a la sociedad, entre otros, Kirchner, Massa, Menem, Pichetto, Scioli, ambos Fernández, Ferraresi, De Vido, Urtubey, Rodriguez Saá, Espinoza, los Moyano, aunados en un mismo proyecto de gobierno?. 2) A qué ideología puede asimilarse cada uno de los mencionados: derecha, izquierda, neoliberal, populista, republicano o conservador?. 3) La última pregunta pareciera sencilla, pero no lo es: porqué no se vinculan peronismo (pensamiento) y justicialismo (partido)? Son distintos?

Posiblemente Maquiavelo colabore en lograr respuestas adecuadas, cuando señala que “el que pretende estar en distintos lugares al mismo tiempo, termina no estando en ninguno”.

Buenos Aires, 31 de enero 2018