Política navideña

Por razones meramente simbólicas, los cierres de año y comienzo del siguiente suponen la necesidad de realizar un balance del pasado, y proyectar el futuro. En el campo político, ante los conocidos sucesos de diciembre, cabe preguntarse qué puede aportar un ciudadano común ante el fárrago descontrolado de mensajes emitidos  por quienes supuestamente tienen el privilegio de legislar “para todos los argentinos”. En principio, intentar resumir en pocos conceptos lo sucedido, y en cuanto al futuro inmediato, plantear interrogantes concretos para luego esbozar respuestas durante enero, mes más propenso al sosiego.

Para entender los pobres y “apasionados” debates legislativos, en especial al referido a la actualización de las jubilaciones más bajas, es oportuno recordar una frase del economista argentino Rodolfo Frenkel en un reportaje: “Los conflictos en la Argentina no son por los pobres; son por los que más ganan”. No es casual entonces que en el clamor por los pobres jubilados, ningún sector político, entre ellos el defensor de la Tercera Edad, explicitara las causas de la quiebra del sistema jubilatorio: escandalosos privilegios sectoriales, con un uso político de los recursos de los genuinos aportantes al sistema. Basta mencionar tres ejemplos: 1) puede llamarse sistema sustentable, equitativo y de reparto, al que permite que las jubilaciones más altas superan en 40 veces a las más bajas?; 2) puede ser genuina la preocupación de gremialistas como Palazzo por los “pobres jubilados”, mientras combate contra la derogación de privilegios jubilatorios bancarios en provincia de Buenos Aires?. 3) puede existir preocupación por los que menos tienen, cuando un empresario privado puede robarse más de 8.000 millones de pesos en impuestos, en complicidad con altos funcionarios de gobierno?

Una circunstancia a tener presente, es cuando las inconsistencias verbales para enmascarar privilegios en nombre de reivindicaciones sociales (parlamento), buscan apoyatura en el terreno de los hechos violentos facciosos y organizados, como sucediera en el ataque al Congreso y a estoicos policías. Si bien este juego tiene anteceden históricos cercanos, presenta actualmente una interacción de intereses inédita y de altísimo riesgo.  Con la recuperación de la democracia las protestas, incluso con fines desestabilizantes, se resumían en repetidos paros generales de la CGT, cuyo resultado era la paralización del país, sin desmanes organizados anexos. Eran días “aburridos”. En la crisis 2001-02, cuando los políticos intentaron repetir la matriz de recambio anticipado de un gobierno, reemplazado por otro de “salvación nacional”, se vieron sorprendidos por el justificado reclamo “que se vayan todos”. Superada parcialmente la crisis a costa, una vez más, de los “que menos tienen”, durante el gobierno anterior se perfeccionó una trama de corrupción que integró eficazmente a los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y organismos de control, tras un objetivo necesario y tranquilizador: impunidad. Por ello los recientes sucesos de violencia física y verbal, exhibieron una confluencia de intereses inédita entre conocidos grupos de extrema izquierda violentos, asociados a políticos y empresarios multimillonarios a costa de los recursos del Estado, que pretenden salvar patrimonios y libertades. Como suele suceder, con la colaboración de demasiados “idiotas útiles”.

Hacia el futuro inmediato, es útil plantearse dudas e intentar respuestas clarificadoras, como ejercicio reflexivo veraniego. El cuestionario puede ser ampliado a voluntad. 1) A quiénes representan los legisladores?; si son libre pensadores autónomos, porqué se mantienen las listas sábana para elegirlos?; 2) En relación al síndrome de demagogias y fluctuaciones legislativas y políticas, a quién representa Sergio Massa?; 3) Peronismo y Partido justicialista son sinónimos?.

Como cierre del 2017, completaremos la esclarecedora frase del economista Frenkel, con un consejo no menos preciso de Maquiavelo: “los males que nacen del Estado, cuando se los descubre a tiempo se los cura pronto. Pero ya no tienen remedio cuando, por no haberlos advertido, se los deja crecer hasta el punto que todo el mundo los ve”.

Buenos Aires, 27 de diciembre 2017