Cerebros políticos y Manes

Mientras continúan los extensos debates legislativos para definir una Ley Bases y un eventual pacto de gobernadores para implementarla, es oportuno incursionar en las singularidades que presentan los conocidos cerebros políticos criollos, de las que el fallecido politólogo José Nun brindó en el 2019 un perfil preciso: “En las zonas cálidas abundan los peces voladores, que para huir de sus atacantes marinos saltan casi un metro fuera del agua y planean unos 200 metros antes de volver a sumergirse. Tienen un aire de familia con el planteo de muchos de nuestros políticos. Estos lanzan ideas voladoras, que tampoco llegan demasiado lejos, pero les sirven para salir a la superficie, esquivar a sus críticos y entretener a sus seguidores”.

Es de destacar que esta descripción fue hecha cuando aún no se había producido la experiencia del gobierno Fernández-Kirchner-Massa, y el posterior triunfo electoral de Milei. Sin embargo, la repetición por décadas de esta práctica provocó que gran parte de la sociedad sea reacia a permanecer engañada  por mensajes sin contenido, porque para ser creíbles necesitan que quienes los emiten sean creíbles. Pero conscientes de que quienes gozaron y gozan de privilegios intentarán mantener las estructuras administrativas, legales y electorales que posibilitaron sus permanencias y enriquecimientos, para concretar cambios estructurales virtuosos la sociedad deberá pasar del hartazgo emocional a ser capaz de detectar falacias, hipocresías y engaños discursivos. De allí la importancia de entender ciertas características de los cerebros políticos, ayudados por el surgimiento de dos actores ideales: el prestigioso neurólogo y diputado radical Facundo Manes, especialista en el estudio de cerebros, y del imprevisible presidente Javier Milei, cuya genética cerebral no pareciera seguir los cánones políticos habituales. Inicialmente cabe señalar sus semejanzas, que hacen más razonable la comparación: generacional (53 años Milei y 55 Manes); buena formación académica (economista uno y neurólogo el otro), y sin actividad político-partidaria previa al año 2021, en que ambos accedieron al rol de diputados nacionales.  Pero erróneamente a ambos se les adjudica la condición de “outsiders”, como se denominan a quienes sin antecedentes en la actividad política. acceden a altos niveles de representación pública por fuera de las estructuras político-partidarias tradicionales. Las listas sábanas legislativas abundan en nombres públicamente desconocidos que incluyen a familiares inútiles y portadores de apellidos, que ingresan producto de acuerdos entre cúpulas dirigenciales, en los que predominan nepotismos, amistades, figuras mediáticas y compromisos diversos, por lo que no se los puede denominar “outsider”. Tampoco lo fue Macri, a quien le llevó años consolidar su nuevo partido. Por ello el único fenómeno inédito desde 1983 lo representa Milei, no por ser “outsider”, sino por haber accedido a la presidencia sin una estructura partidaria nacional mínimamente consolidada. Ante lo cual, el cerebro de Milei con sus complejidades y verborragias incluidas merecerá un estudio más detenido, adjudicándole momentáneamente la condición de “disruptivo”, vale decir, que rompe con brusquedad un esquema político.

Distinto es el caso del cerebro de Manes, que como autor del libro “Usar el cerebro”, lo presupone capaz de formular argumentaciones entendibles y consistentes, pues en caso contrario solo aportan a la confusión general, que es un defecto habitual del discurso político. Por el contrario, y pese a ingresar como legislador a través de la estructura tradicional UCR, integrante de la coalición Juntos por el Cambio, afirmó que “Macri y Cristina no nos permiten pensar un país”, obviando de que en dichosgobiernos que cubrieron los últimos veinte años, participaron todos los políticos que hoy lo acompañan. Y sin rubor expresó su intención de querer ser candidato a presidente, haciendo sospechar que podría estar afectado de “hibris”” (soberbia), condición que también se le adjudica a Milei, Cristina Kirchner y Carrió. Sus discursos son del tipo motivador usuales en ámbitos académicos y empresariales, pero como legislador no solo no presenta proyectos de ley concretos, sino por el contrario, en el debate por la Ley Bases votó por su rechazo total en febrero pasado, y se abstuvo en la votación que aprobó la ley en general en abril. Por lo que la duda se asimila a la que provoca Milei: ¿qué encierra el cerebro de Facundo Manes?

Buenos Aires, 22 de mayo 2023