Juego infantil con 30 políticos
Para analizar el actual desenvolvimiento político centrado en el tratamiento legislativo de la llamada Ley Ómnibus, es oportuno mantener el principio de la propaganda política, cuyos mensajes breves y de dudosa veracidad buscan ser masivamente entendibles, pero apelando a lo emocional en busca de subyugar. Principio que puede ser útil de ser aplicarlo a lo racional y formativo como sucede cuando se aprende a leer y escribir, para lo cual la palabra O-S-O debe coincidir con la imagen del oso, y P-A-T-O con la del pato. Para tal objetivo se puede plantear un juego compuesto de fichas divididas en tres cajas:
La caja “Políticos”, incluye 30 fichas con el nombre de legisladores en ejercicio que tienen actuación política desde hace décadas, muchos de ellos ex gobernadores: Corpacci, Juez, Alicia Kirchner, Ledesma de Zamora, Loustau, Manzur, Mayans, Parrilli, Recalde, Sapag, Suárez y Unac en el Senado. Barletta, Bordet, Casas, Cobos, Máximo Kirchner, López Murphy, Monzó, Moreau, Palazzo, Pichetto, Ritondo, Santilli, Snopek, Stolbizer, Soria, Valdés, Vidal y Yasky en Diputados.
La caja “Ideologías” posee 10 fichas con las supuestas variantes ideológicas que pululan en los análisis y discursos: radicalismo, peronismo, kirchnerismo, radicalismo K, peronismo federal, socialismo, desarrollismo, marxismo, populismo y neoliberalismo. Quien tenga dificultades para definir diferencias, puede usar como comodines la izquierda, el centro y la derecha.
La caja “Partidos, Coaliciones y Bloques legislativos”, se integra con 10 fichas con los Bloques actuales más representativos: Unión por la Patria, Juntos por el Cambio, La Libertad Avanza, Frente de Todos, PRO, UCR, Coalición Cívica, Hacemos Coalición Federal, Hacemos por Nuestro País e Innovación Federal. (nótese que a estos tres últimos bloques nadie los votó).
Puestas todas las fichas sobre una mesa y acorde a los antecedentes de los últimos veinticinco años, se verificará que es casi imposible encontrar una asociación coherente entre político, ideología y partido/bloque, situación que se transparenta cada dos años en el armado de las listas electorales. En el ejercicio de detectar las causales, un punto de partida razonable es el resultado electoral nacional del 22 de octubre pasado, que incluía una renovación legislativa parcial. La campaña, como mostraron los debates y como ya es habitual, careció de programas de gobierno con propuestas concretas, omisión que como ahora, se intentó disimular a través de intercambio de agresiones, amenazas y grandilocuencias farandulescas, incluido místicas. Massa exhibió un fuerte apoyo de las corporaciones relacionadas a prebendas y recursos públicos; Bullrich una hibridez interna que nunca terminó de explicitar los cambios (Larreta como precandidato, en un reportaje en Clarín el 26/02/23 expresó “Necesitamos en 100 horas, tomar 1.000 medidas”), y Milei formuló transformaciones con complejas resonancias académicas en lo programático, como la dolarización, pero potenció su identidad con un eslogan que interpretó el hartazgo social, al plantear terminar con las viejas castas de dirigentes. El resultado electoral ubicó primero a Unión por la Patria con el 36,58% de los votos, alcanzando el total de 138 legisladores; Libertad Avanza con el 30,04% y 46 legisladores, y fuera del balotaje, Juntos por el Cambio con el 23,85% y 116 legisladores. Datos duros que permiten tres deducciones: 1) ya desde octubre se conocía la debilidad legislativa de Milei; 2) el sistema electoral vigente impide al votante que tradicionales “castas” se mantengan en el poder legislativo; 3) el trípode conformado por las tres coaliciones que sumadas alcanzaron el 90,47% de los votos, hoy no existe. La segunda vuelta electoral el 19 de noviembre careció de sofisticaciones analíticas: el 55,69% de Milei respondió a un deseo de cambio y hartazgo social, y el 44,30% de Massa albergó continuidades corporativas para los negocios y subsidios como contención social. Cabe suponer que nadie pensaba que se votaba a coaliciones coherentes o a estadistas.
Paradójicamente esta liquidez abre un sendero difícil pero esperanzador si la información basada en datos estructurales veraces predomina por sobre los cruces de opiniones volcadas más al escándalo recreativo. La publicación en el diario La Nación del jueves 08 de febrero,que mostró en sus páginas 12 y 13 como votaron 55 legisladores los primeros 13 puntos de la Ley Ómnibus, por su claridad didáctica y visual, se asimila a la metáfora del juego infantil para analizar hechos políticos de modo comprensible, constatar que no todos los diputados están en un pie de igualdad en cuanto a sus votaciones, y saber que el término “traición” se aplica en acuerdos claves incumplidos entre líderes, pero en política legislativa lo correcto es hablar de “juego de intereses no explicitados públicamente”, incluidos los personales. Lo relevante, es que el actual debate y polémicas entre ejecutivo, gobernadores y legislativo, confirma que la atención ciudadana debe concentrarse en los 355 políticos que a nivel nacional tienen las responsabilidades institucionales y capacidad de decidir las imprescindibles transformaciones, siendo Milei la cabeza.
Buenos Aires, 14 de febrero 2024