Sábanas políticas argentinas

A poco más de seis meses de que se definan las listas a presentarse en las elecciones que pondrán en juego 127 diputados y 24 senadores nacionales, los ámbitos políticos, ajenos a las urgencias sociales, están febrilmente dedicados a la lucha para ubicarse en las sábanas legislativas 2025. En lo discursivo abundan términos tales como  traidor, colaboracionista, desequilibrado mental y desagradecido, en tanto el muñeco para el “pegue y gane” del parque de diversiones es el presidente de turno. Es momento entonces que el ciudadano común analice las coyunturas políticas próximas a través de un metafórico juego de mesa llamado “Arme sus listas sábana 2025”, acotadas a las candidaturas de la Ciudad y Provincia de Buenos Aires por su peso electoral y toma de decisiones de impacto nacional, pero adaptable a las condiciones locales de distintas provincias. Consiste en una grilla subdividida en cuatro sectores, perteneciendo tres de ellos a las coaliciones de mayor peso electoral, y el cuarto oficiando de comodín, destinado a autoproclamados “moderados” que insistirán en presentarse de apuro como opción innovadora de centro. Cada sector contendrá siete casilleros, en los que se ubicarán fichas con los nombres de cinco supuestos primeros precandidatos a diputados y dos a senadores en la Ciudad, y siete diputados en la provincia, pues no eligen senadores. El juego finalizará quince días antes del cierre de listas, cotejándolas con las finalmente oficializadas, y otorgar a cada jugador un punto por acierto, marcando el puntaje final la calidad analítica del ciudadano.  

Al no ser un juego de adivinación, deberán observarse críticamente los discursos, conflictos y reacomodamientos políticos en busca de alternativas asociativas, para recién comenzar a mover las fichas en los primeros meses del próximo año. En cuanto a las reglas, que existen en todo juego, en este caso adquieren el rasgo de sugerencias. Como un nombre puede pasar de una coalición a otra fácilmente, no es aconsejable atarse a simbologías tales como PJ, UCR, Libertad, Renovador, Federal, o similar. Tampoco subyugarse con amontonamientos basados en el simplismo de “estar a favor o en contra de”, pues es una estrategia de quienes pretenden disimular su objetivo de que nada cambie. Por el contrario, abundarán los que en química se denominan radicales libres, que son átomos que disponen de uno o varios electrones de existencia independiente y corta vida altamente inestables, que se asocian fácilmente a otras moléculas provocando reacciones con distintos resultados y consecuencias. Serían como futbolistas que quedaron o quedarán libres en 2025, y buscan incorporarse a otros equipos.

Las internas radicales en provincia de Buenos Aires y del peronismo a nivel nacional para definir autoridades partidarias operativamente irrelevantes, dados los cruces de denuncias de fraudes e irregularidades administrativas, hace suponer que se valoran solo para ejercer autoridad en el armado de las listas sábanas. Los nombres elegidos para identificar agrupaciones internas ratifica el apego de las dirigencias a las grandilocuencias semánticas: “Primero la Patria” la lista de Cristina Kirchner para la presidencia del PJ, y “Democracia para Siempre” el bloque legislativo separatista radical del tándem Lousteau-Manes. Esta coctelera incluye a la Libertad Avanza, con muchos de sus legisladores/as dedicados a actuaciones faranduleras en lugar de promover  leyes virtuosas. Para los juicios de valor sobre cada precandidato, se tendrá presente que la renovación legislativa se producirá recién en diciembre 2025, por lo que lo relevante será detenerse en cómo los 329 legisladores en ejercicio votan leyes socialmente transformadoras, o las obturan en defensa de privilegios injustos y ruinosos, y no por lo que declaran.

En rol de analistas, es oportuno que cada ciudadano regularmente genere un espacio de reflexión, que bien describía el escritor Ray Bradbury: “Apaguen todo. Patrullen la casa para desconectar los enchufes de la televisión, la radio, el fax, la computadora que transmite el correo electrónico e Internet. Vayan a sentarse al porche con un vaso de vodka con limón, una libreta y un lápiz, y piensen de verdad”

Buenos Aires, 30 de octubre 2024

Discurso e imagen en política

Rata, corrupto, traidor, Judas, maricón, mentiroso, ensobrado, idiota, sinvergüenza, vende patria, chorro, inútil, son entre otros, términos habituales en los debates legislativos, políticos, e incluso periodísticos, que suelen acompañarse con excelentes actuaciones gestuales que simulan indignación y enojo ante la degradación social, que desde sus posiciones privilegiadas, los simuladores supieron generar. En estos espectáculos brindados por dirigencias desacreditadas y bajo tensiones electorales, no se pueden ocultar sus decadencias y falacias, pese al uso de reglas básicas de la propaganda política moderna desarrollada en las primeras décadas del siglo XX, como la de Simplificación (ejemplo, “la Patria no se vende”), Enemigo Único (Macri, Cristina o Milei), Exageración (destrucción del país), Orquestación (frases fácilmente recordables a ser repetidas por distintos medios y personajes), y Unanimidad (presión del grupo por sobre la opinión individual). Tal fracaso se debe a que se incumple con el principio de que toda propaganda política exitosa debe diseñarse en base a una coherencia entre antecedentes, discursos, imágenes y simbologías empleadas. En lo discursivo, el fracaso se refleja en la imposibilidad de llevar a cabo el consejo de Maquiavelo respecto al modo en que los príncipes deben cumplir sus promesas: “Todos sabemos cuán digno de alabanza es que el príncipe mantenga la fe dada y viva con integridad y sin astucia. Si bien no es preciso que un príncipe posea todas las virtudes citadas, .es indispensable que aparente poseerlas”. Simulación de imposible cumplimiento por quienes durante décadas llevaron al país a su decadencia.

Las incongruencias se evidenciaron en la conmemoración del 17 de octubre de 1945, conocido como “Día de la Lealtad peronista”. Los recurrentes oportunismos ideológicos y partidarios hace más verosímil asimilar el término Lealtad al de Hipocresía, vicio aplicable al espectro político en general. En Berisso se realizó el acto central encabezado por el gobernador Kicillof, con tradicionales dirigentes canosos y enriquecidos en el palco. Su discurso se centró en la actualidad nacional y partidaria, recordando a Perón solo en el cierre, cuando Kicillof, que nunca fue peronista, lo vivó con entusiasmo. El gobierno por su parte, presentó un video que no recordaba a Perón sino a la gestión de Menem, en tanto la vicepresidenta Villarruel, en entrevista personal y busto en el Senado, reivindicó a María Estela Martínez de Perón como primera mujer presidente constitucional de nuestra república. En el mismo día, ratificando la simbiosis existente entre fútbol y política, por aclamación para no repetir el papelón de la última votación secreta que con 75 presentes terminó empatada en 38, en el predio de la AFA fue reelegido como presidente del organismo Claudio Tapia, alias “Chiqui” o “Comandante”, cuando aún le quedaba un año de mandato, y cual Maduro adelantando la Navidad en Venezuela, se anularon los descensos de esta temporada en pleno campeonato, y se amplió a cinco mandatos sucesivos la posibilidad para ocupar cargos electivos.

Recordar los principios de la propaganda política no es incongruente con señalar la dificultad de nuestros políticos para emplearlos con eficacia, pues permite tener presente un principio universal en pleno uso, que indica que toda propaganda política masiva debe establecer su nivel intelectual según la capacidad de comprensión del más limitado de aquéllos a quienes se dirige; vale decir, tanto más bajo cuanto más grande sea la masa de personas a convencer, lo que explica la pobreza de los discursos en general, y en actos públicos en particular. Pero este principio de simpleza comunicacional puede cobrar valor si  en lugar de usarlo solo para convencer, se lo empleara para educar, recordando que para aprender a leer y escribir, la coherencia entre palabra, imagen y realidad era ineludible. Perro, por ejemplo, debía coincidir con la imagen de un perro. Por el contrario, el eslogan “la Patria sos vos” propagado por políticos enriquecidos y empobrecedores, solo genera hartazgo social.

Buenos Aires, 23 de octubre 2024

Savonarola y el cerebro de Manes

Para analizar los acontecimientos hasta las próximas elecciones, la atención deberá centrarse en tan solo 355 políticos: el presidente, su vice, 23 gobernadores, jefe de la Ciudad y 329 legisladores, responsables de definir políticas relacionadas con el buen o mal uso de los recursos públicos. Asimismo no cabe distraerse con grietas existentes o nuevas, cuando la preocupación política predominante es como sobrevivir en la elección del 2025. Por ello lo más importante para los ciudadanos será observar si quienes tienen la responsabilidad institucional, ejecutan y legislan para promover cambios estructurales socialmente virtuosos, o para mantener inequidades y privilegios.  En este tránsito se deberá afrontar una práctica habitual en lo discursivo y propagandístico, en la que los reales objetivos políticos sectoriales y personales suelen enmascararse tras simbologías virtuosas, como Patria, Pueblo, Educación pública y similares, omitiendo, parcializando o distorsionando datos oficiales claros e inequívocos.

Considerando que todo análisis relacionado con el poder inevitablemente incluye preconceptos, sea en apoyos oportunistas para quien lo ejerce o críticas desaforadas de quienes intentan retomarlo o alcanzarlo, valecomentar los perfiles oportunamente analizados pero con mayor vigencia hoy, de dos actores que en roles de oficialista y opositor, comparten una buena formación intelectual, similares edades e involucramiento en actividades político-partidarias recientes: Javier Milei y Facundo Manes.  

A Milei metafóricamente se lo puede comparar con el fanático e histriónico monje Savonarola, surgido en 1493 en la Florencia de una Italia dividida en ciudades-estado que incluía a la Iglesia con sede en Roma, conducidas por príncipes hereditarios nepotistas en permanentes enfrentamientos militares, en los que se solía apelar a tropas mercenarias. En dicha ciudad gobernaba desde hacía décadas la familia de banqueros Médicis cual círculo rojo actual, que en condición de mecenas produjeron un reverdecer artístico inédito, que en nuestro caso no pasó del lenguaje inclusivo. En este contexto, con gran impacto inicial e invocando las fuerzas del cielo, irrumpió en solitario el dominico Savonarola para predicar contra el lujo, depravación y vanidades de las élites gobernantes, cual Milei contra las castas criollas. Ante las crisis económicas su discurso fue perdiendo fuerza, lo que fue aprovechado por la Iglesia para excomulgarlo y condenarlo a la hoguera en 1498, hecho que, esperemos, los golpistas no repliquen con Milei hasta el fin de su mandato. En ese mismo año Maquiavelo asumía sus primeros cargos diplomáticos, con posturas alejadas del idealismo aristotélico basado en el bien común, pues juzgaba los comportamientos humanos en las luchas por el poder, perspectiva más adecuada para juzgar la actuación de nuestros políticos. 

Situado Milei en un símil de Savonarola, cabe analizar como contraparte opositora, a un supuesto adalid de la racionalidad: el neurólogo Facundo Manes, autor del libro “Usar el cerebro”. La primera curiosidad es que ingresó a la política con el “hibris” (soberbia) incorporado. En un reportaje del 01 de agosto de 2021 en Clarín, expresó: “Como médico me formé para curar, y vengo a sanar la política”. De inmediato expresó su intención de postularse como candidato a presidente, y ante la falta de apoyo, a gobernador de la provincia de Buenos Aires, para terminar como diputado. En condición de tal no se le conocen proyectos concretos de su autoría, o transformaciones que esté dispuesto a avalar. Por ejemplo, en el debate por la Ley Bases en febrero pasado votó por su rechazo total. Sus manifestaciones públicas son del tipo motivador, usuales en presentaciones académicas y empresariales. Recientemente, quedó involucrado en el intento de fraude en la elección interna de la UCR en provincia de Buenos Aires, asociado a Lousteau y Jacobitti.

Como se observará, el gran desafío para detectar incongruencias y falacias exigirá presuponer que encierran los principales cerebros políticos. Facilita la tarea que sus mensajes, cual eslogans propagandísticos y menospreciando a la ciudadanía, son de una simpleza alarmante. Por ello un aporte formativo lo brindan las cartas de lectores en distintos medios, enviadas por ciudadanos con opiniones fundadas o partícipes en los hechos descriptos. Tal es el caso de la carta de una lectora publicada en La Nación el 10 de octubre pasado, titulada “Auditorías internas”, que indica que hay problemas estructurales no provocados por Savonarola (perdón, por Milei), sino que se mantienen inamovibles por décadas: “Las almas bellas que defienden las auditorías internas de la UBA borran la memoria de Oscar Shuberoff, rector durante 16 años ininterrumpidos, que sobrevivió a 7 presidentes y 13 ministros de Educación. Fue denunciado por enriquecimiento ilícito y ocultamiento de bienes (9 propiedades en Virginia, EE.UU)  y clientelismo, entre otras causas. ¡Ah! Era militante radical”

Buenos Aires, 16 de octubre 2024

Políticos en los botes

Ante la sorpresa generalizada que incluyó a encuestadores y analistas, el resultado de las PASO en agosto 2023 dio lugar a la presencia de tres navíos con tonelajes similares en riesgo de colisión: LLA con 30,15%; JxC con 28,26% y UxP con 27,18 %. El naufragio político se concretó en la elección presidencial de octubre, con el triunfo de la novel LLA guiada por el peculiar capitán Milei, dejando a tradicionales políticos responsables de la decadencia nacional cual náufragos agolpados en botes salvavidas, a la espera de ser rescatados por coaliciones cuyos diseños 2025 son aún desconocidos. Desesperados, muchos náufragos lanzan bengalas en busca de ser visibilizados, como sucediera en la manifestación en reclamo del presupuesto universitario, con Cristina Kirchner desde un balcón, Massa tras un cartel con su nombre, Pablo Moyano defendiendo la educación con un entusiasmo similar al de Jacobitti, y Larreta reapareciendo entre el oleaje humano, lo que confirma que ningún político renunciará a participar en el proceso electoral del próximo año. Los ciudadanos comunes, en tanto, intentarán continuar sobreviviendo en balsas precarias.

Esta trilogía electoral se mantendrá en el 2025, seguramente con coaliciones con nuevos nombres de fantasía, y los habituales traspasos y realineamientos de conocidos políticos. Los análisis deberán tener presente que los enfrentamientos personales, así sean reales, no priman sobre los intereses y acuerdos sectoriales, tal cual se verifica en los históricos pactos entre reinos en conflicto; entre mafiosos ante el riesgo de afectar sus negocios, y políticos otrora rivales en pos de negociar poder. En todos los casos, las expectativas se remiten a la durabilidad de dichos acuerdos, por lo que lo relevante es detectar contextos, entornos e intereses en juego.

En la última reflexión se analizaron los modelos de conducción de LLA y UxP, centrados en Milei y Cristina Kirchner, quedando pendiente reflexionar sobre la coalición JxC, que pasó de ser natural triunfadora para conducir al país bajo la invocación del cambio a principios de 2023, a quedar fuera del balotaje, y es la más apropiada para suponer posibles rearmados electorales por estar integrada por políticos de fidelidades fluctuantes. A falta de liderazgos definidos, se consideró oportuno comenzar por un interrogante que explicaría sus inconsistencias presentes: ¿quiénes avalaron a Martín Lousteau como presidente de la UCR? Para elaborar una hipótesis se recuerda que alcanzó la presidencia partidaria avalado por el ex presidente de la UCR Morales, caracterizado por su nepotismo extremo y relación con Massa; Jacobitti, político vicerrector de la Universidad Nacional asociado a Lousteau en una consultora privada, y los empresarios Enrique Nosiglia, con presencia política desde 1983, y Daniel Angelici relacionado con el negocio del juego, cuyos intereses consolidados desde hace décadas en las esferas porteñas, hacen presumir que sus objetivos son los de conservar, en lugar de transformar y desactivar privilegios. No en vano tras declarar en conferencia de prensa la neutralidad de la UCR en el balotaje, y criticar a Macri y Bullrich por el apoyo a Milei, Morales coincidió con los gobernadores peronistas respecto a que si ganaba Milei no se pagarían sueldos, y más sinuoso, Lousteau dijo que no votaría a Milei. Sobre esta base, se puede conjeturar realineamientos para el 2025, con Lousteau asociado a parte del kirchnerismo porteño, y a Morales, Larreta y Schiaretti repitiendo el desgastado recurso de anunciar la creación de un “nuevo partido de centro progresista y federal”, y paralelamente negociar posiciones en las listas de las coaliciones predominantes. En el proceso de captación de figuras, en UxP existe una ficha que en los juegos de mesa se conoce como comodín, llamado Sergio Massa, quien en principio priorizará su permanencia en la coalición.  Si bien, con excepción de Lousteau cuyo mandato vence en diciembre del 2025, los nombrados carecen de cargos legislativos, no están exentos de responsabilidades para definir en lo inmediato sus objetivos de conservar o transformar, pues tienen legisladores en funciones que ingresaron en las listas bajo sus padrinazgos, identificados en las crónicas políticas como “responden a”. Es el caso de la senadora Tagliaferri, a quien se le vence el mandato, y el diputado Alvaro González, quienes responden a Larreta.

A futuro lo relevante a considerar no será como se habla y se promete, sino como voten las diversas expresiones políticas, sean oficialistas u opositoras.

Buenos Aires, 09 de octubre 2024

Detectar falacias políticas

Presuponer posibles armados de precandidatos a integrar las listas legislativas sábana 2025, implica observar el desenvolvimiento de quienes intentan integrarlas, sus entornos, y falacias en sus discursos políticos, como se caracterizan a las frases y argumentaciones falsas o erróneas pero psicológicamente persuasivas, empleadas para confundir o convencer a la ciudadanía. Un proceso electoral presupone una coherencia entre dichos discursos, el candidato que los pronuncia y el partido político al que pretende representar. Coherencia que no existe, por lo que la actividad preelectoral puede describirse con la metáfora de muchos políticos apelotonados en botes tras un naufragio, a la espera de ser rescatados por naves (léase coaliciones), de las que se desconocen detalles pues en cada turno electoral modifican sus aspectos (léase nuevo nombre de las coaliciones). Ante esta liquidez ideológico-partidaria y poder lograr cierta claridad argumentativa, los análisis se centrarán en nombres propios de precandidatos (el contenido y no el contenedor), y el tenor de sus acciones y discursos políticos, sean individuales o grupales. Dada esta estrategia analítica, y dado que nuestros políticos no han sido aún reemplazados por la inteligencia artificial, es necesario definir un perfil humano de referencia, apelando al que con humor y precisión describiera el fallecido politólogo José Nun en un artículo periodístico, cuando expresó: “En las zonas cálidas abundan los peces voladores, que para huir de sus atacantes marinos saltan casi un metro fuera del agua y planean unos 200 metros antes de volver a sumergirse. Tienen un aire de familia con el planteo de muchos de nuestros políticos. Estos lanzan ideas voladoras, que tampoco llegan demasiado lejos, pero les sirven para salir a la superficie, esquivar a sus críticos y entretener a sus seguidores”.

Esta caracterización obliga a explicitar dos preconceptos de base para analizar la actividad preelectoral iniciada bajo diversos formatos comunicacionales: 1) ante las anomias ideológicas y políticos fluctuantes, las denominaciones partidarias se utilizarán de modo referencial; los análisis se basarán en los nombres propios de candidatos con sus entornos, y se evaluarán sus mensajes en función de antecedentes que los avalen, pues lo que no se haya hecho en el pasado o se haga hasta las elecciones, no será creíble como promesas de campaña. 2) en cuanto al recurso de “entretener a sus seguidores” que señala Nun, no se considerarán relevantes los cruces agraviantes entre políticos, tales como traidor, coimero, sinvergüenza y otros similares, pues es una de las formas de disimular mediocridades y malas praxis, como también para presionar en el armado de listas, sin importar que se ponga en riesgo la implementación de políticas transformadoras e imprescindibles para una sociedad sumergida en la pobreza y decadencia. En los acuerdos preelectorales no se discutirán agravios sino intereses individuales y corporativos. Basta recordar la trilogía Fernández, Cristina Kirchner y Massa, condición que alcanza a sectores del oficialismo y de la oposición.

Para iniciar el movimiento de fichas políticas en el tablero de armado de listas sábana, cabe recordar que pese al holgado triunfo electoral de Milei adjudicado al hartazgo social, todas las “castas” políticas y corporativas se encuentran activas pero con limitados manejos de los recursos públicos, lo que plantea un desafío inédito desde 1983, que muchos dirigentes parecieran no entender: las opciones no están hoy entre múltiples caracterizaciones ideológicas que ni sus propios promotores entienden, sino en decidir si se conservan privilegios y malas praxis, o se implementan cambios estructurales virtuosos.

Vale ingresar al campo de lo concreto mencionando las conducciones del PJ y UCR, los dos partidos otrora predominantes como referencia nacional. En el caso del PJ, si se preguntara a cualquier ciudadano como llegaron Alberto Fernández a conducir el PJ nacional y Máximo Kirchner el de la provincia de Buenos Aires, todos inequívocamente responderían que por decisión de Cristina Kirchner, prácticamente sin objeciones internas. Vistas las mediocridades políticas y conductivas de ambos y suponer si las designaciones fueron producto de la necedad o de una estrategia, la personalidad de la ex presidenta indicaría que buscaba un control de poder interno total  trasladable al ámbito nacional, bajo un esquema conservador reacio a todo cambio, lo que se ratificaría con la postura actual de los legisladores de Unión por la Patria. En el caso de la UCR y considerando la ausencia de conducciones excluyentes, si se preguntara como llegó Martín Lousteau a la conducción de la UCR,  la hipótesis parecería no ser tan lineal como en el caso del PJ. Comenzando a mover fichas políticas radicales porteñas, se puede llegar a similitudes sorprendentes con el kirchnerismo en cuanto a objetivos. Vale tomarse una semana de reflexión.

Buenos Aires, 02 de octubre 2024