No sabía, yo no fui

La expresión del título remite a excusas de la infancia ante travesuras de relativa gravedad que presuponían un castigo familiar. Si bien parecería absurdo que la formularan los padres ante sus infantes, ello sucede en nuestras castas políticas ante hechos que involucran al Estado en perjuicios patrimoniales o sospechas de corrupción. El conocimiento público de los mismos suele darse a través del odiado periodismo de investigación, que no debe confundirse con amarillistas operaciones de desprestigio. Tres casos actuales que interrelacionan altas autoridades públicas con grupos privados asociados, ejemplifican lo expresado: 1) gestiones para contratar la provisión de vacunas contra el Covid y planificación de vacunación; 2) la extracción irregular de dinero en efectivo en ATC; 3) el cobro de hisopados rápidos y obligatorios en Ezeiza y Aeroparque, por un laboratorio desconocido.

En dichos casos cabe destacar las declaraciones exculpatorias de los responsables involucrados, sin presuponer irregularidades o corrupciones aún no certificadas judicialmente, sino desde la óptica institucional, administrativa y operativa que define responsabilidades jerárquicas, niveles de control y calidad de gestión. Recordando que las castas designan en cada condado (repartición estatal), a personas de su “máxima confianza” (parientes, amigos y recomendados de otras castas), pese a lo cual al momento de aclarar y/o justificar irregularidades resurge el absurdo: los padres (altos funcionarios), dicen a sus hijos menores (ciudadanos): “no sabía, yo no fui”.

1.- En marzo del 2020 se decretó el primer aislamiento nacional obligatorio. En julio se anunció contactos presidenciales con el laboratorio Pfizer, que aseguró prioridad para el envío de 13 millones de vacunas al país en etapas a definir, por haber realizado ensayos de la vacuna con 5500 voluntarios argentinos, En agosto, el empresario argentino Sigman comprometió la provisión de 22,4 millones de dosis del laboratorio Astra Zeneca, abonándose un equivalente a 54 millones de dólares por el 60% del contrato. En medio de negociaciones confusas con crisis ministeriales y diplomáticas, cobra influencia la asesora argentina Nicolini, una desconocida de reciente residencia en España, con una supuesta mayor eficacia de gestión que el presidente, ministros y diplomáticos. Se negocia entre estados con Rusia y China para obtener vacunas de ese origen, tras lo cual el 10 de diciembre el presidente anunció un contrato con Rusia por el que se vacunarían 10 millones de personas entre enero y febrero, y 5 millones adicionales en marzo. El 24 de diciembre llegan las primeras 300 mil vacunas Sputnik al país, en medio de una algarabía aeronáutica. También ingresan vacunas chinas (Sinopharm), y  de Astra Zeneca vía Organización Mundial de la Salud para países en vías de desarrollo, fabricadas en India. Se retoman gestiones con Pfizer, y se anuncian contactos para obtener una desconocida vacuna cubana, y con el dueño del laboratorio Richmond, Marcelo Figueiras, para fabricar la Sputnik en Argentina en plazo indefinido, dado que a la fecha no cuenta con infraestructura y capital nacional necesario. A mediados de marzo, Sigman anuncia que en mayo llegarán las primeras partidas de Astra Zeneca, sin definir cantidades. El viernes 30 de abril se lanzó una campaña publicitaria oficial eufórica basada en el número 10, que refiere a  las 10 millones de vacunas llegadas al país hasta el momento, sin cronograma de entregas futuras. Conclusión, las castas políticas en una instancia de máxima gravedad exhibieron sus vicios: exitismo inicial y autocomplacencia, conducción administrativa carente de profesionalidad, y reformulaciones estratégicas tardías. En este combo, “yo no sabía, yo no fui” abunda.

2.- A comienzos de marzo trascendió que directivos del canal oficial ATC retiraron de la sucursal del Banco Itaú 11,4 millones de pesos en efectivo. Rosario Lufrano, quien preside la empresa estatal, manifestó sorpresa y anunció una auditoría, cuando lo inmediato era que los responsables explicaran la extracción irregular del dinero, y se aclararse si la misma es posible sin la firma, conocimiento explícito o responsabilidad de la máxima autoridad. En el interín se conocieron los desmesurados salarios de los responsables, que se asimilan a canales privados de alta rentabilidad obtenida por el aporte de anunciantes y clientes, pese a que la función de un canal oficial es priorizar lo cultural y lo “nacional y popular” por sobre lo comercial. Por el momento, Lufrano mantiene “no sabía, yo no fui”.

3.- La demora en la obtención de vacunas fue concomitante con la escasez de testeos. Pero ello no impide la obtención de ganancias fáciles auspiciadas por el Estado, que emitió una resolución administrativa que obliga a hisoparse a pasajeros del exterior (excelente). Tras lo cual el concesionario Aeropuertos 2000 cede el operativo con una recaudación diaria multimillonaria a la Fundación Educativa San Lázaro (los habituales intermediarios sin fines de lucro), que a su vez contrata al desconocido laboratorio Labpax, cuyos responsables son dos monotributistas. Detectada la irregularidad por un odiado periodista de investigación, los ministerios de Salud y de Transportes deslindaron responsabilidades, y Aeropuertos 2000 anunció una insólita auditoría, dado que se supone que conocía previamente los antecedentes de quienes contrató. En este caso el “no sabía, yo no fui” lo comparten Ministerios, una Fundación y Aeropuertos 2000.

Buenos Aires, 05 de mayo 2021