Ceos, científicos y burócratas

Nuestras castas políticas no se presentan como planificadoras de un futuro virtuoso, sino como reparadoras del pasado prometiendo “reconstruir al país”, pese a mantener el mismo sustrato político, gremial y empresario causante de los fracasos. Situación que se agrava en años electorales, en los que para triunfar, adoptan medidas de efectos económico-sociales destructivos en el corto plazo. Como votantes comunes, es prioritario detectar las falacias del discurso político, nexo comunicacional entre gobernante y gobernados. Hechos recientes brindan un excelente campo de análisis.

Al plantear Fernández en su eslogan electoral que su gobierno “no será de CEOS sino de científicos”, omitió a un sector políticamente esencial: el burócrata, funcionario público con responsabilidad de conducir y administrar. Un requisito ineludible para todos es el de capacidad de gestión para obtener resultados. Mientras el CEO refiere a directores ejecutivos en grandes empresas, y el científico sea en el campo privado o público, tiene la relevante tarea de generar nuevos conocimientos, el burócrata político es quien determina la impronta de un país, pues posee potestades para legislar, ejecutar y juzgar, y quien determina políticas a futuro. Todos los sectores además, debieran cumplir con los requisitos de formación y honestidad. Sin olvidar que las ineficacias de los CEOS, que manejan capitales privados, se refleja en los balances. Mientras que las de los burócratas, que manejan recursos públicos aportados por todos los argentinos, se traducen en los índices de inflación, pobreza y desocupación. Las diferencias aumentan cuando las castas políticas juegan a ser CEOS para manejar lo público, como el diputado Massa poniendo a su esposa al frente de la empresa Aysa, y el gobernador Morales a la suya en el directorio del Banco Nación.

El surgimiento de una pandemia de proyecciones aún indefinidas, puso a prueba a partir de marzo del 2020 el gobierno de científicos anunciado por Fernández, en el que coexisten burócratas (conducción, planificación y legislación), científicos (asesoramientos e investigación), y estrategias comunicacionales (discurso político). Esta interrelación debe evaluarse en cuanto a capacidad de gestionar el recurso vacunas, planificar logísticas, procesar resultados y emitir mensajes convincentes, para afrontar con éxito una pandemia que a nivel mundial presentará coyunturas sanitarias y farmacológicas cambiantes en el mediano plazo. El contexto no excluye pujas entre intereses económicos y juegos geopolíticos inevitables entre potencias y países desarrollados, pero demenciales en países con bajos niveles económicos y sociales como el nuestro. Dado que nuestras castas políticas manejarán la emergencia, por añadidura en medio de una campaña electoral que siempre les es de interés prioritario aún en pandemia, es oportuno reflexionar sobre las acciones y planteos discursivos políticos, preocupantes de mantenerse a futuro. Partamos de un breve resumen ordenador de antecedentes de hechos y declaraciones oficiales relevantes en el año 2020.

1) El 20 de marzo, conformada una mesa asesora de científicos epidemiólogos, el gobierno estableció una cuarentena estricta hasta el día 31 de ese mes. Tras 13 prórrogas sucesivas, finalizó de hecho el 31 de octubre.

2) En julio, tras reunirse con el representante de Pfizer en nuestro país, que utilizó a 6.000 argentinos para la etapa de experimentación, el presidente anunció el compromiso de la empresa para entregar 12,3 millones de dosis.  

3) En agosto se anunció oficialmente que a través del empresario argentino Hugo Sigman, se contrató con la empresa AstraZeneca la provisión de 22,4 millones de vacunas, a producirse con México y la Argentina asociadas.

4) En diciembre, en conferencia de prensa se anunció la firma de un contrato con Rusia para vacunar entre enero y febrero del 2021 a 10 millones de personas con dos dosis, o sea, 20 millones de vacunas Sputnik.

5) El 25 de diciembre del 2020 llegaron al país las primeras vacunas, con el envío de 300.000 dosis Sputnik. Se comienza a vacunar.

En la próxima reflexión se analizarán las contradicciones discursivas acumuladas en el presente año, pese a la experiencia transitada en el 2020. Las palabras claves a considerar serán confidencialidad, garantía, negligencia, esencial, estratégico, desorganización.

Buenos Aires, 16 de junio 2021