Mensajes enlatados

Los mensajes de las castas dirigentes, en especial durante las campañas electorales, recuerdan a productos enlatados de marcas reconocidas y consumo masivo, publicitados con personajes sonrientes o sufridos que destacan sus beneficios, pero propensos a ser falsificados. Esta metáfora que nos acerca al contenido del discurso político, se transparentó con el conocimiento público de una foto que mostraba a once personas en la quinta de Olivos el 14 de julio del 2020, festejando el cumpleaños de la primera dama junto al presidente, a cuatro meses de que se decretara una cuarentena estricta por la pandemia, que se encontraba vigente.

Los mensajes deben desmenuzarse sin partir de grandilocuencias verbales que intenten convencer desde lo emocional, que es el principio de la propaganda política, sino acudiendo a lo racional. Términos como indignación y escándalo se reservarán solo para quienes perdieron familiares, amigos o trabajos durante la pandemia, no para el análisis político con vista a futuro. A tal fin, el hecho debe evaluarse solo como un detonante dentro de una secuencia. El 19 de marzo de 2019 con motivo de una imprevista pandemia, se estableció por decreto una cuarentena nacional estricta. Días más tarde y ante incumplimientos detectados, en un reportaje televisivo el presidente manifestó: “A los idiotas les digo, la Argentina de los vivos que pasan por sobre los bobos se terminó, si lo entienden bien, sino…”.  El mensaje presenta en origen aspectos semánticos concurrentes: 1) un paternalismo vulgar; 2) el agravio (idiotas); 3) la autocomplacencia (se acabó la época de los vivos); 4) la amenaza (si lo entienden bien, sino…). Este enlatado se mantuvo en el mercado durante quince meses, hasta que se constató la falsificación del mensaje/producto a través de la potencia de una imagen, como en los casos de  López con millones de dólares en un bolso, Báez con millones de dólares en una oficina, y en este caso con el cumpleaños de la primera dama en Olivos. Su difusión sumó otro factor concurrente: el concepto de igualdad entre ciudadanos no rige para las castas, y sus responsabilidades políticas y judiciales en lugar de sancionarse, se debaten entre esgrimas verbales grotescas. Tan acendrado tienen el convencimiento de impunidad, que cuando algunos de sus integrantes son condenados por corruptos, se los nominan perseguidos políticos.

Tampoco cabe el término sorpresa para juzgar el hecho, que como muchos otros, está en concordancia con políticas que crean y mantienen jubilaciones de privilegio; crean ministerios y entes inútiles para negociar adhesiones políticas; cubren cargos públicos con parientes y amigos en lugar de hacerlo por concursos que brinden igualdad de oportunidades; trabajan a tiempo completo para crear y reformular pesadas cargas impositivas disfrazadas de solidarias, patrióticas y excepcionales, y usan todos los resortes del Estado para lograr impunidad en las causas de corrupción que las enriquecieron.

Una vez más se repite la escasa calidad argumentativa del presidente, preocupante no solo por su investidura, sino porque le encanta hablar. Mediante la argumentación se intenta convencer, demostrar, justificar ante otros, sin que ninguna afirmación se imponga por sí misma, ni que asegure verdad, pues pueden ser falacias, como se denominan a las psicológicamente persuasivas pero incorrectas. El requisito es que sea coherentemente presentada, y no presente contradicciones en un plazo de horas o días. Cuando Cristina Kirchner reclamó hace dos meses que los 4.300 millones de dólares que enviará el FMI para paliar efectos de la pandemia no se destinarán a pagar deuda, y afirmar lo contrario recientemente, no representa a la máxima autoridad institucional.

También cabe un mensaje a la oposición, referido a las denuncias. No está en duda que el hecho presidencial amerita sanciones judiciales y políticas, como sucediera con políticos de otros países. Pero es evidente que en nuestro contexto ni unas ni otras serán aplicadas, y mucho menos en el corto plazo. Por lo tanto, para sostener el vulnerado principio de justicia, equidad y saneamiento institucional, es más eficaz que la oposición vuelque todos sus esfuerzos para reclamar a la Corte Suprema y al Consejo de la Magistratura el inicio de los juicios en las causas por corrupción estatal-privada que desde hace dos años tienen designados a los Tribunales Orales y jueces integrantes. Respecto a festejos en Olivos, con la información obrante, discursos del presidente y oportunismos dialécticos, el ciudadano común tiene elementos suficientes para formar su propia opinión.

Buenos Aires, 18 de agosto 2021