Ajedrez o truco político?

En su programa televisivo, el periodista Feinman utilizó el ajedrez, juego milenario de estrategia militar en el que el éxito reside en prever varios movimientos futuros, para asimilar el conflicto entre el presidente y su vice, como una apertura de Cristina Kirchner con fichas blancas para intentar un gambito de dama. Manteniendo la metáfora del juego, sería más entendible apelar al popular truco, juego de naipes en el que el triunfo se obtiene en tiempos más cortos, a través de picardías, señas y mentiras. Previo a jugarlo, es oportuno presentar un registro sintético de antecedentes e hipotéticas jugadas, que merecerán análisis más exhaustivos a futuro.

1.- El presente truco político tiene una variante criolla inédita presentada a la sociedad sin disimulo, por la cual una vicepresidenta impone unilateralmente al presidente, bajo el eslogan “con Cristina no basta, sin ella no se puede”. Por lo cual no cabe invocar engaño, y las responsabilidades las comparten Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa.

2.- En el acuerdo privado entre desiguales en cuanto a peso político, Cristina definía la impronta de gobierno, mientras Fernández y Massa recolectaban votos en sectores medios y empresarios, y operaban sobre la justicia para desactivar causas judiciales que involucran a la ex presidenta y varios de sus funcionarios. En cuanto a los compromisos públicos electorales, no se apartaron de lo habitual desde hace décadas: el bien (promesas incumplidas), contra el mal (la herencia recibida). 

3.- El objetivo judicial en busca de impunidad ocupó gran parte de la acción de gobierno desde su inicio, en desmedro de otras prioridades y urgencias de la sociedad. Ello explicaría que la insólita implosión de la coalición provocada por una elección legislativa, ni siquiera cerrada sino en la etapa de definir candidaturas, concentre la preocupación en la pérdida de senadores que avalen acciones que diluyan las causas de corrupción, antes que en el resultado global. Tarea que cuenta con apoyo de muchos magistrados.

4.- Asumido que las castas políticas legislan buscando autoprotección judicial y mantenimiento del poder, es necesario que para la elección del 2023 se establezca que ningún procesado por causas penales por corrupción podrá ser candidato a cargos públicos políticos, y se implemente la lista única de candidatos. De igual modo, evaluar una reforma constitucional electoral, pues con estos niveles políticos el país no resiste elecciones cada dos años. En las PASO de agosto del 2019 en la que también perdió el oficialismo de entonces, el dólar estaba a $ 46,00 el viernes previo a la elección, y a $ 57,30 a dos días de conocido el resultado.

5.- El discurso político debe terminar con el cinismo de que existen “dos proyectos en pugna” o “debemos debatir que país queremos”. Hace treinta años que rotan por distintas esferas del poder las mismas castas, sin ningún plan integral y coherente sustentable en el tiempo. En contraposición, quienes representan “la voz del pueblo” son cada vez más ricos, y el pueblo más pobre.

6.- En rol de entrevistador, el periodismo debería ser más punzante respecto a preguntar cuáles son los dos proyectos en pugna. Si se obtienen respuestas con más de mil palabras que contengan datos en lugar de diagnósticos y promesas, sería un éxito. Sorprende la ausencia en los debates y cuestionarios periodísticos la ausencia de temas judiciales relacionados con la corrupción, eludidos tanto por el oficialismo como por la oposición.

7.- En lo estrictamente económico, hace décadas que al “querido pueblo” se le sigue poniendo el chupete preelectoral “deuda impagable” y “FMI go home”. La sociedad no tiene dudas que sus recursos públicos han sido saqueados, y que existe un sistema de impunidad judicial. En lo inmediato, el debate electoral debería plantear a los políticos “que nos cuidan” como hipótesis, cuál sería el plan de gobierno suponiendo que refinanciada a 4 o 6 años, no se pague ninguna deuda en moneda extranjera. Y que dicho plan de gobierno aprobado legislativamente, sea el verdadero acuerdo político institucionalizado.

Resumiendo. Políticos…. reemplazar “sarasa” por trabajo virtuoso.

Buenos Aires, 22 de septiembre 2021