Espiritismo y realidad

Para disimular culpas propias y mantenerse en el poder, las dirigencias corporativas en cabeza de la política apelan a prácticas espiritistas que invocan a muertos ilustres (Perón sería hoy kirchnerista), simulan acuerdos solo mostrando fotos grupales, transforman a las intangibles expectativas en adhesiones explícitas, convierten a los corruptos en perseguidos, y justifican ineptitudes apelando a exorcismos tales como “multicausal”, “volumen político”, “gobierno anterior” y “primero la Patria”. Para conectar a los malévolos espíritus con el común de los mortales, políticos, analistas y periodistas actúan como médiums, intentando desentrañar mensajes, intenciones y conversaciones privadas, tarea que incluye desafíos como el de interpretar los silencios de la vicepresidenta, y predecir hechos de corto plazo, como sucediera con la entonces ministra de Economía Batakis, que luego de comprometer en Washington racionalidad fiscal y afirmar contar con un total apoyo político ante el FMI, Tesoro norteamericano e inversores, fue eyectada del cargo durante su vuelo de regreso al país. Tras este fracaso, los médiums anunciaron un nuevo sortilegio llamado Massa, presentado, para superar escepticismos, como apoyado por poderosos dioses carnales identificados como “círculo rojo”.

Para evitar que estos juegos místicos intenten mantener a la sociedad en un clima de atontamiento para que nada cambie, es oportuno identificar aspectos tangibles de la realidad.  

1.- Coyuntura política. La describió Maquiavelo hace más de 500 años, cuando señaló: “A un principado civil se llega o por el favor del pueblo, o con ayuda de los poderosos, porque en todo Estado se dan estas dos tendencias, según halle ocasión favorable uno de los dos bandos. Si los poderosos ven que es imposible resistir al pueblo, empiezan por apoyar a uno de ellos y lo hacen príncipe por propia decisión, a fin de satisfacer sus apetitos a la sombre del elegido”. (Capítulo IX – El principado civil).

Dado que nuestro “principado”, pese a ser democrático, presenta desde hace casi 40 años una dirigencia sorprendentemente perdurable, cabe preguntarse quiénes representarían a los enigmáticos “poderosos”: El fenómeno de perdurabilidad hace pensar que lo integran sin “grietas” insalvables, el conjunto de dirigencias corporativas aunadas en obtener beneficios y privilegios públicos a través de lobbistas, gestores y corrupción, sea por parte de un sofisticado banquero o un gritón piquetero intermediador de pobres. Las estupidizantes grietas Ideológicas se reservan para inocularse en las masas. Dicho lo cual, a 32 meses de ejercer el poder, el desafío continúa siendo definir qué plan de gobierno pueden presentar la supuesta izquierda de Cristina Kirchner, el centro de Fernández y la derecha de Massa.

2.- Credibilidad. Considerando que 25 años definen una generación, y que dicho período fue superado por las principales dirigencias o sus descendientes (la tríada que encabeza el gobierno coexistió hace 14 años en roles claves de gobierno), se genera un serio problema político de credibilidad. El psicólogo británico Bartlett afirmaba que el propagandista debe mentir, pero cuando se descubre la mentira, el emisor desacredita su futura propaganda. Reconocida esta debilidad generalizada desde lo político, la crisis impone no menospreciar los futuros mensajes sin analizarlos previamente, con sustento en lo que se concreta y ejecuta, y no en lo que se anuncia y se promete.

3.- Gobernabilidad. La responsabilidad institucional, una vez concluida la epifanía Massa, continúa recayendo en el gobierno de Cristina Kirchner, Massa y Fernández (el ordenamiento es arbitrario), al menos hasta diciembre del 2023. En lo inmediato se asistirá a una ceremonia casi religiosa: los anuncios. En cuanto a sus efectos, cabe invocar a la providencia para que impida que una vez más, los mortales políticos recurran a los medievales ritos que les permitan socializar costos y sacrificios entre los muchos propagandísticamente etiquetados como “primero la gente”, para mantener privilegios e impunidades de quienes en sus discursos claman por “primero la Patria”.

En cuanto a los opositores, si pretenden gobernar a partir del 2023, es momento que abandonen actuar como médiums de augurios y predicciones, y comiencen a concretar acciones y planes de corto, mediano y largo plazo, pues si alcanzan el gobierno, la furia de las fuerzas del mal serán incontenibles.

Buenos Aires, 03 de agosto 2022