Fútbol, política y corrupción

La convocatoria realizada a través del joven “influencer” Santiago Maratea, destinada a una colecta masiva que permita al club Independiente de Avellaneda cancelar a través de un fideicomiso, así sea parcialmente, una deuda que oscila en 20 millones de dólares, excede a lo meramente deportivo paraconvertirse en una útil plataforma que permita a todos los ciudadanos entender de modo básico pero suficiente, los vicios que llevaron a la degradación indetenible de nuestro país, dado que de fútbol todos creemos saber y tener  capacidad de debatir. Cabe entonces señalar coincidencias entre política y fútbol, que oportunamente merecerán análisis más profundos.

1.- Discursivamente se presenta a los clubes de fútbol como “un sentimiento” que permanece a lo largo de la vida, muchas veces transmitido de generación en generación, y patrimonialmente se proclama que “el club es de todos”. Mensaje que en política se replica cuando se expresa que al país “lo sacamos entre todos”, o bien “todos tenemos responsabilidad”, pero lo usufructúan pocos.

2.- En las pujas electorales para conducir clubes, en especial a los que ofrecen prestigio y contactos de poder, las comisiones directivas se arman con acuerdos entre políticos, sindicalistas, empresarios y personajes del espectáculo, de variados orígenes partidarios. Situación que se repite en las negociaciones electorales para conformar listas partidarias, que integran muchos personajes con ideologías líquidas y fluctuantes, pero intereses personales definidos.

3.- Alcanzada la conducción de un club, independientemente de su gestión los dirigentes pretenden la reelección. La lista de Hugo Moyano como presidente y Noray Nakis como vice, quien terminara preso meses más tarde por sus negocios con la barra brava, triunfó en julio del 2014 tras el descenso del club en el 2013, y la renuncia del entonces presidente Javier Cantero, amenazado por barras. Moyano fue reelegido en 2018 con el 89% de los votos (el número no es un error tipográfico), con su hijo Pablo de vice y Maldonado como secretario, cual gremio de Camioneros. Pese a la gestión económica y deportiva desastrosa, Moyano pretendió reelegir en diciembre del 2021, y para lograrlo apeló a un recurso político de manual: impugnó a la lista opositora encabezada por el periodista y conductor Fabián Doman, conformada con las presencias políticas de rigor, que se suponía vencedora. Mientras la justicia provincial actuó con sus habitualestemores, dilaciones y complicidades, los Moyano con mandato prorrogado continuaban tomando decisiones ruinosas para el club. Desechada la impugnación recién se realizó la elección en octubre, triunfando la Comisión encabezada por Doman, quien seis meses más tarde, asustado por los resultados deportivos y según él amenazado por barras, renunció. En su comunicado apeló a una frase que se ha hecho tradicional en cambios de gobierno de distinto signo político: “la magnitud de la crisis era más grande de lo previsto”. (en diciembre podría reutilizarse solo por un par de meses “tierra arrasada”). Lo descripto, en cuanto a actores, acuerdos, reelecciones, impugnaciones y discurso, muestra similitudes innegables con el accionar político.

4.- En este contexto Santiago Maratea, alejado de estructuras burocráticas ineficaces o preparadas para delinquir, se pone al frente para promover una colecta vía virtual para levantar embargos, con un resultado que en este caso presenta una diferencia aleccionadora con la política que marca la distancia entre dirigencias y sociedad, y desactiva el recurso manipulador de la “grieta”, al lograr lo que no conseguiría ningún político: la adhesión multitudinaria de neoliberales, populistas, derechas, izquierdas, entre otras etiquetas, usualmente aunados anónimamente en una tribuna, con solo exhibir credibilidad, condición escasa en los gobernantes y sindicalistas

5.- Pero como los escepticismos cunden en la sociedad, y pese a que Maratea se asumió como único responsable, explicitó su honorario y que el equipo profesional que actuará en la operatoria es rentado, bien o mal intencionadas se formulan dudas respecto a si puede haber estafas o lavados de dinero. Puede haberlas, pero asociemos la respuesta a las “entidades sin fines de lucro”: ¿el Estado no controla? ¿nadie se hace cargo de manifiestos negociados y despojos? A futuro inmediato es urgente profundizar el rol de las asociaciones civiles sin fines de lucro (clubes de fútbol), y cooperativas en general, que actúan como pantallas ideales para ocultar negociados entre políticos, sindicalistas y privados, situación que se reflejó en la denuncia penal contra la anterior Comisión Directiva, que detalla montos escandalosos percibidos por intermediarios y abogados, compra de jugadores con cotizaciones absurdas, salarios impagables que derivan en juicios ruinosos, y cuanto menos, malas praxis de los directivos. Como los delincuentes se adaptan a cualquier escenario, la solución no es convertir a los clubes en sociedades anónimas, sino legislar y actuar para que lo que es “de todos” sea realmente protegido por “el Estado que nos cuida”.

Buenos Aires, 03 de mayo 2023