Fuerzas del cielo y del infierno

Para acompañar como simples ciudadanos los cambios estructurales imprescindibles, en la última reflexión del 2023 se planteó la necesidad de que los análisis y argumentaciones políticas, con independencia de la complejidad de los temas a tratar, sean comprensibles por todos los sectores socio-culturales por igual. Este objetivo se aplica en los eslogans, que son instrumentos de la propaganda y discurso político que se diseñan con frases breves y contundentes que buscan convencer masivamente, sin que sus veracidades sean verificables. Pero dicha masividad permite explicar más sencillamente sus contradicciones, falacias y plantear interrogantes. En la tarea también pueden servir las metáforas adecuadas, como el recuerdo del famoso libro UPA de la década del 40, con el cual aprendieron a leer y escribir varias generaciones asociando palabras con imágenes (la palabra O-S-O se acompañaba con la imagen de un oso), que sirve para entender que en el discurso político la correlación entre palabra y realidad, al igual que en los eslogans es poco habitual.  

Ya instalados en el 2024, cabe comenzar por la recurrente invocación del presidente Milei a la ayuda de “las Fuerzas del Cielo” para el desempeño de su gestión, lo que como contrapartida supone la existencia de “las Fuerzas del Infierno”, posibilidad planteada por el propio Papa Francisco, al reconocer la presencia del diablo en la tierra, que en vista de la pobreza y degradación de vastos sectores sociales en contraposición con el enriquecimiento de funcionarios, sindicalistas, empresarios e intermediarios defendiendo “al pueblo y a los pobres”, cabe pensar que en nuestro país los diablos abundan. Las reflexiones al respecto evitarán las abstracciones, identificando con nombres a quienes integran las fuerzas en pugna. Dado que la Biblia habla de varias bestias del Apocalipsis que bajo el número 666 se asocian al diablo, para nuestro contexto político se puede establecer el número 355 para identificar a quienes protagonizarán la lucha entre el bien (interés general), y el mal (corrupción y privilegios), al estar conformado por el presidente, vice, 23 gobernadores, jefe de la ciudad y 329 legisladores nacionales, quienes poseen la cuota de poder necesaria para concretar las transformaciones virtuosas, imprescindibles y sostenibles para nuestro país. Obviamente, alrededor de ellos se moverán intereses y personajes secundarios que aconsejan, influyen, presionan, amenazan o pervierten, pero no deciden.

Por ser ampliamente conocidos la mayoría de los nombres, antecedentes y entornos político-familiares de los 355 elegidos, la gravedad de la situación económico-social del país aconseja ejercer inicialmente la virtud del perdón respecto a los pecados pasados de todos ellos, excepto los penales, por dos razones: evitar caer en el oscurantismo inicial de “las grietas”, y la imposibilidad de catalogarlos ideológica y partidariamente, considerando sus permanentes fluctuaciones y realineamientos. Es más razonable juzgarlos de ahora en más. También se deberá tener presente que tanto los querubines celestiales como los demonios malignos suelen subyugar con sus discursos, y apelar a actuaciones y declaraciones públicas farandulescas para distraer y ocupar titulares marketineros que no solucionan las urgencias del país. Tal los casos del gobernador Quintela amenazando renunciar si triunfaba Milei, y del gremialista Pablo Moyano manifestando su preocupación “por el avance de la derecha”. La única defensa ante estos sortilegios dialécticos es evaluar cómo argumentan, actúan y votan (o se ausentan para no votar), según corresponda, los 355 elegidos. En principio atravesamos un halo místico inédito: jamás desde 1983 se registró en enero tan arduo trabajo de legisladores, y de tantos jueces habilitando sus juzgados para recibir amparos. ¿Serán las fuerzas del Cielo o picardías del Infierno?

Para concluir, cabe referirse al recurrente eslogan “luna de miel del presidente que asume”, repetido por conocidos analistas de distintas ideologías en relación a Milei, resaltando en simultáneo su debilidad política pese a haber triunfado en 20 provincias sin estructura partidaria, y por más de 11 puntos sobre la opción Massa, quien aglutinara a derechas, izquierdas, empresarios, intelectuales, gremialistas y dirigencia de la AFA. Ante lo cual convendría incursionar en la hipótesis de que en realidad la sociedad terminó su extensa luna de miel con vetustas dirigencias aferradas a privilegios empobrecedores, siendo el fenómeno Milei una mera resultante. Los 355 elegidos tienen la palabra.

Buenos Aires, 24 de enero 2024