20 caras bonitas 2023

En la década del 60, al pie de página de los avisos clasificados de un popular diario aparecía la publicidad de un cabaret del bajo Retiro, con el eslogan “20 caras bonitas 20”. La virtud del mensaje residía en su brevedad, que detallaba identidad (cabaret), tipo de servicio (cara bonita), y cantidad de empleadas (20). Los diálogos intercambiados con los clientes suelen ser superficiales, cargados de obviedades e inútiles grandilocuencias.  

Trasladado metafóricamente este recuerdo a la actualidad política, se observa la ausencia de identidad (partidos y coaliciones cambiantes), caras que acumulan años y fracasos (dirigencias), y excesiva cantidad de empleados (cargos políticos). El cabaret de los 60 no soportó la decadencia y cerró, mientras que su símil administrativo estatal actual, se mantiene en pie sostenido con impuestos de clientes forzosos (ciudadanos). Pero la semejanza más sorprendente entre las “caras bonitas” de entonces y los políticos actuales es la insustancialidad discursiva carente de acciones virtuosas, en muchos casos acompañada con actos político-teatrales en los que predomina el grotesco altisonante. En un contexto social de atraso extremo y pobreza, en estos espectáculos compiten dos compañías: la Gobernante y la Opositora, ambas con personajes de largo recorrido en las penumbras políticas.   

La Gobernante presenta una obra subsidiada por el Estado hasta diciembre del 2023, cuyos principales intérpretes son los afamados Cristina, Alberto y Sergio. La trama se centra en los permanentes conflictos entre quienes conducen al país y sus respectivos colaboradores, pero acotados al campo verbal, dado que todos los personajes se mantienen impertérritos en sus roles públicos, con eventuales rotaciones en sus papeles. El actor más desopilante, que ejerce el rol de presidente, solo atina a jurar que su único enemigo es Macri, actor de la compañía teatral opositora. La experimentada primera actriz aporta sutileza, al filosofar sobre la necesidad de modificar el diseño institucional establecido desde la Revolución Francesa (léase deshacerse de los jueces que actúan contra la corrupción). El tercer integrante, Sergio, permanece encorsetado en el recurrente papel de no ser confiable. Como personajes secundarios se destacan Sergio, un ineficaz ministro de seguridad provincial amante de moverse en moto y helicóptero, que acusa de fracasado al presidente. Y un desaforado apodado Cuervo, que vistiendo una remera que dice Cámpora irrumpe en escena clamando “el gobierno es nuestro”. Quizás el final de la obra sorprenda con todos los intérpretes festejando alborozados haberla mantenido en cartel pese a su mediocridad, y que las deudas acumuladas por sobrecostos innecesarios, incluida la asumida con el malévolo FMI, sean afrontadas por la compañía que inicie la temporada teatral 2023-2027.

Con la intención de ser la elegida, y que todos sus integrantes se salven de una renovada “tierra arrasada”, la compañía llamada Oposición está abocada a un “casting” para elegir a los principales intérpretes de la obra “Juntos por el Cambio”, que por los ensayos preliminares pareciera mantenerse en el campo del grotesco, dado que aún se discute si los intérpretes actuarán juntos y si harán cambios. Como suele ser habitual, entre los postulantes predominan autocomplacencias, sobreactuaciones y celos. La primera víctima fue nuevamente Macri, quien encabezara la cartelera teatral 2015/19. El veterano Morales, cuyas características actorales son similares a las de Sergio, dijo que no lo votaría; la reconocida actriz de carácter Lilita, amante de interpretar roles intelectuales o místicos, expresó su vergüenza por una foto en la que aparecía Macri en el extranjero con un ex presidente. Horacio, principal candidato a encabezar el elenco, temeroso de repetir los papelones de Alberto en la obra en cartel, planteó contar con un apoyo artístico-político del 70%. Postura económicamente inviable, si se considera que cada apoyo implica un cargo, cada uno de los cuales agrega seis puestos políticos más, a ser ocupados por familiares y amigos. Por lo que los costos de puesta en escena no podrían ser absorbidos por los clientes/espectadores/ciudadanos, e impedirían resolver los acuciantes problemas del “querido pueblo argentino”.

Al menos por el presente año, solo cabe esperar que las “caras bonitas” de ambas compañías continuarán practicando la banalidad y el egocentrismo, haciendo recordar lo que Borges escribió en “Utopía de un hombre que está cansado”: “No hablemos de hechos. Ya a nadie importan los hechos. Son meros puntos de partida para la imaginación y el razonamiento”.

Buenos Aires, 25 de mayo 2022